Vía redes sociales denuncian usuarios fallas estructurales, luego del colapso en metro de la Línea 12. Jorge Gaviño, ex director del metro y actualmente diputado local por el PRD, admite riesgos. Él también es responsable. Sheinbaum recortó presupuesto con excusa de menos afluencia por pandemia.
Jueves 6 de mayo de 2021
Apenas tres días después del colapso de un tramo de la línea 12, que costó 25 personas fallecidas y 70 heridas, la incertidumbre sobre el STC-Metro se acrecienta.
Desde esta tragedia, se multiplicaron en redes sociales denuncias de usuarios y trabajadores que dan cuenta de distintos problemas estructurales. Uno de los puntos de mayor riesgo es la estación Pantitlán, de la línea 9, otro es la estación Oceanía, de la línea B.
En el caso de Pantitlán, desde el puente que conecta el Centro de Transferencia Modal y el Bachilleres 10, se puede ver un desnivel en la estructura de la primera ballena que está a la salida de los andenes. Debajo de ese puente transitan cientos de camiones desde Nezahualcoyotl y Chimalhuacán, dos municipios del Estado de México. Abajo también hay puestos de venta de comida.
El Plan Maestro del Metro 2018-2030 da cuenta de los problemas de Pantitlán: “En general las diversas estructuras que constituyen el Conjunto Pantitlán presentan diversos tipos de daños y / o deformaciones en elementos estructurales y no estructurales. Estos efectos son de magnitudes variables y en ciertos casos los niveles de servicio no son deseables”. Un tono circunspecto para admitir que hay riesgos para usuarios y trabajadores del metro.
En el caso del metro Oceanía -donde se dio un choque en 2015- el mismo informe señala que de una pendiente máxima de 4.9% en la zona del cerro Peñón de los Baños, que tenía en 1981, año de su inauguración, se llegó al 7.2% en 2017, producto del hundimiento del suelo en Ciudad de México. Esto genera problemas de tracción y frenado en los trenes, así como problemas en el cajón del metro.
El máximo de pendiente establecido en el plan maestro del metro es 7%, es decir que se excedió ese límite. A su vez, el cajón del metro presenta fallas producto de la confluencia de suelo comprensible y suelo rígido (del cerro) y hay grietas en el suelo.
Recorte presupuestario con la excusa de la pandemia
En 2020 hubo un subejercicio de 587.8 millones de pesos, de los cuales 67.3% fue de materiales y suministros. En 2019, el subejercicio fue de 823.3 millones de pesos, y 61% correspondió también a materiales y suministros. Es decir, el mantenimiento del material rodante y la infraestructura no fue una prioridad, aún cuando había conocimiento de los problemas que presenta el STC-Metro.
Sheinbaum negó que hubiera subejercicio, incluso señaló que se subsidió el metro con 2 mil millones de pesos porque en 2020 por la pandemia no generó ingresos suficientes para financiar sus operaciones.
En conferencia de prensa este jueves 6 de mayo, Luz Elena González Escobar, secretaria de Administración y Finanzas de la Ciudad de México, declaró que el presupuesto global aprobado para el Sistema de Transporte Colectivo (STC) Metro en 2020 fue de 15,652.7 millones de pesos, pero ante la pandemia de covid-19 se modificó el presupuesto.
Según señaló la funcionaria, el presupuesto se “modificó” a 14,290.5 millones de pesos “debido a que se redujo el número de pasajeros”. Recortes son recortes, aunque busquen evitar decir las cosas por su nombre.
Con los problemas estructurales que presenta el metro de la Ciudad de México, en el cual se transportan alrededor de 5 millones de trabajadoras, trabajadores y jóvenes a diario, es una negligencia completa la reducción de presupuesto. Aún con menos afluencia, incluso en los peores momentos de la pandemia, cuando se suponía que sólo las y los trabajadores esenciales se transportaban a sus centros de trabajo, como los del sector salud, o de supermercados, los riesgos de colapso de las estructuras se mantienen.
Tan es así, que el lunes 3 de mayo los peores pronósticos se cumplieron. A todos nos hizo hervir de rabia el “accidente” que se produjo en la Línea 12. Es un verdadero crimen social, aunque desde el partido Morena altos funcionarios sugieren con perversidad total que se pudo haber tratado de un sabotaje, como Sergio Omar Saldaña Zorrilla, subsecretario de Electricidad de la Secretaría de Energía.
Claro que no es solo responsabilidad del Morena. El PRI, el PAN, el PRD también tienen responsabilidad. La decadencia del metro no se forjó en un día. Fueron décadas de falta de mantenimiento, de desvíos de fondos, de solapar a las constructoras para que hicieran sus negocios a cambio de dadivosas recompensas para los altos funcionarios que gestionaron las licitaciones. Los problemas de infraestructura de la Línea 12 son el punto máximo de acciones orientadas sólo en beneficio de los empresarios.
Como señala Pablo Oprinari “Para enfrentar la crisis estructural del transporte público, se requiere de un plan integral de obras públicas, así como el aumento del presupuesto para este sector, financiado sobre la base del no pago de la deuda externa e impuestos progresivos a las grandes fortunas, en primer lugar, a las constructoras como ICA y las demás empresas de Carlos Slim, quienes se han beneficiado durante décadas de las licitaciones otorgadas por el estado.”
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