En los últimos años el embarazo y la pobreza en adolescentes ha incrementado alarmantemente: 7 de cada 10 mujeres embarazadas (menores de 20 años) viven en condiciones de pobreza. Bajo la dirección del PRI-PAN-PRD, se han precarizado y atacado brutalmente las condiciones de vida. Esta democracia asesina, muestra su lado más cruel sobre las mujeres y niñas de las clases pobres y trabajadoras.
Miércoles 1ro de abril de 2015
En los últimos años se ha disparado de forma alarmante el embarazo en adolescentes: un factor importante es el inicio de la vida sexual de manera precoz y sin protección. De acuerdo con la tercera Encuesta de Exclusión, Intolerancia y Violencia en Escuelas de Educación Media Superior, el 20% de las y los adolescentes entrevistados tuvieron su primer relación sexual entre los 12 y 14 años, mientras que el 22.5% inició su vida sexual a los 15.
En la última década durante los sexenios panistas y priístas, la currícula educativa de primaria y secundaria ha sufrido recortes y modificaciones importantes en materia de educación sexual. A esto se suma el deterioro en las condiciones de vida y la exclusión de millones de jóvenes a la educación media superior y superior.
Jóvenes: entre el rezago escolar y el trabajo precario
Existe una importante relación entre el embarazo en adolescentes y la deserción escolar: por lo menos 7% de las estudiantes de bachillerato han abandonado sus estudios por embarazo o después de tener un hijo. Este fenómeno repercute en la formación académica y profesional de las jóvenes madres, quienes por su bajo nivel escolar tienden a engrosar las filas de los trabajos más precarios y a laborar con salarios de miseria.
Es justo este perfil de mujeres jóvenes con bajo nivel académico como mano de obra barata y altamente productiva, el que buscan las empresas nacionales y extranjeras al momento de invertir en el país. La situación de las mujeres trabajadoras es sumamente difícil, al percibir sólo entre el 68.7% y 70.6% de los ingresos que ganan los hombres, por realizar la misma actividad y con el mismo nivel de estudios.
En México la explotación y precarización laboral, así como la pobreza y migración, tienen rostro de mujer. La necesidad de un ingreso económico para miles de mujeres y sus familias, las ha orillado a tener que soportar las peores condiciones de trabajo, así como a vivir abusos y atropellos por parte de las empresas, las autoridades y la burocracia sindical.
Anticonceptivos para no abortar, aborto legal para no morir
Según declaraciones de la agrupación de mujeres Pan y Rosas: “sin una educación sexual real y el acceso irrestricto de anticonceptivos, es prácticamente imposible que cesen los casos de embarazos no planeados en adolescentes”. Las integrantes de la organización explicaron que ante el ataque a las condiciones de vida de la población, la mayoría de las madres adolescentes tendrán que vivir su maternidad en condiciones de pobreza y precariedad, sin poder garantizar una vida digna para sus hijos.
La violencia contra las mujeres y niñas se expresa en todos los espacios de la vida social: desde el brutal fenómeno del feminicidio y la precarización y explotación de miles de mujeres como mano de obra barata; el engrosamiento desmedido de las redes de trata y prostitución; hasta la falta de acceso a educación y servicios de salud.
La criminalización del aborto y la pobreza, aunado a la ausencia de programas de educación sexual y de acceso masivo a métodos anticonceptivos, orilla a miles de mujeres y adolescentes: a la deserción escolar y el rezago académico y salarial; en otros casos, éstas son víctimas de las terribles consecuencias de los abortos clandestinos e insalubres, problema igualmente grave que incluso llega a ser la quinta causa de fallecimientos femeninos en el país.