El Tratado de Aguas de 1944 trajo conflictos en la región del norte de México en años pasados, además de que las condiciones climáticas han significado sequías extremas a ambos lados de la frontera, por lo que en 2021 se dijo que sería hasta 2023 que se revisaría el documento.
Miércoles 20 de diciembre de 2023
Tamaulipas, el principal afectado por el Tratado de 1944, no ha participado en un acuerdo para su modificación, sin embargo, la Comisión Internacional de Límites y Aguas (CILA), organismo binacional encargado de garantizar que se cumpla el Tratado por el que ambas naciones se trasvasan agua, sacó un acta, numerada 330, que dispone que México entregará 33 % más agua a EE.UU. con el almacenaje en la Presa Falcón y La Amistad, lo que volvió a despertar el descontento de agricultores y usuarios.
Cabe mencionar que dicha Acta no es oficial, pues le corresponde a la Comisión Nacional del Agua (Conagua) hacer las modificaciones pertinentes al Tratado del 44, lo que mantiene la discusión pendiente, es decir, aún puede aprobarse.
El Tratado de 1944 obliga a México a asignar al vecino del norte 431.6 millones de m3 anuales del río Bravo, una tercera parte del líquido que almacena.
Las entregas de este cauce se hacen en ciclos de cinco años y México se encuentra en el segundo año de haber cumplido con la demanda de agua, aunque legisladores advierten que está pendiente el envío de 830 millones en el ciclo 36, que corre actualmente.
¿Cómo afecta la sequía?
De acuerdo con datos de CILA, el 11 de diciembre las dos presas internacionales tamaulipecas reportaron bajos niveles de almacenamiento, el embalse Falcón estaba a 18.4 % de llenado y La Amistad a 28 %.
El gobierno de Tamaulipas, a través de los representantes del Distrito de Riego 025 Reynosa-Río Bravo y el respaldo de los vocales del Consejo de Cuenca, se negó a firmar el Acta 330, bajo la justificación de que Monterrey no llevó a cabo el trasvase de agua de la Presa El Cuchillo a la Presa Marte –pues priorizó el consumo humano–.
La negación del trasvase entre las presas El Cuchillo y Marte R. Gómez para el ciclo otoño-invierno pone en riesgo la siembra de 68 mil hectáreas de maíz, algodón, sorgo y soya el p®oximo año.
Otro argumento fue que, de acuerdo con el Artículo 4º del Tratado de Aguas entre México y Estados Unidos, “sean los Tributarios (Chihuahua el principal) quienes paguen el agua a EE.UU., con la condición de que el país norteamericano conserve el vital líquido de las presas internacionales La Amistad y Falcón”. A cambio, Chihuahua pagaría con el agua de la Cuenca del río Conchos y las presas estatales.
La suspensión del Acta fue corroborada el 14 de diciembre por la Conagua, pero se prevé que este acuerdo entre en vigor a partir del próximo año si es que es autorizado por CILA.
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¿Por qué el Tratado de 1944 es injusto?
Por un lado, el tipo de agua que suele entregarse por el Colorado es salitrosa y el tratado no contempla ese aspecto, porque se dejó a la buena voluntad de los norteamericanos el entendido de que debía ser agua para riego.
Por otro lado, grandes extensiones de las zonas de entrega o captación de agua fueron adquiridas por capitales norteamericanos, o como en el caso de la cuenca del Conchos, por grandes terratenientes. Es en esa zona en donde se ubicaba el rancho del expresidente norteamericano Lindon Johnson y muchas de las propiedades que acaparó el ex gobernador César Duarte.
Además, el tratado obliga a México a que, si por sequía o alguna otra contingencia no pudiera entregar lo acordado, debe entregar en los años siguientes las cuotas de aguas que se acumulen; esta cláusula NO aplica al revés, es decir, no obliga en el mismo sentido al vecino del norte.
Desde hace una década, el gobierno de Estados Unidos ha entregado a México hasta 82.71 % menos agua de los 74 millones de metros cúbicos pactados anualmente en el Tratado.
La más reciente dotación certificada por la CILA en 2021 fue de sólo 17.29 % de la cuota. Debido a la sequía, esta comisión dio a conocer en septiembre que en el 2024 la asignación de agua para nuestro país del Río Colorado se verá reducida en un total de 757 Mm3 (613,000 acre-pies). La reducción ocurrirá por tercera vez desde la firma del Tratado de Aguas de 1944.
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Es necesario que los distintos movimientos en defensa del agua y el medio ambiente, que se levantan en México y Estados Unidos, unan sus fuerzas junto con las y los trabajadores del campo y del agua, así como la población indígena y las y los usuarios para denunciar los aspectos abusivos del Tratado de Aguas y terminar con el acaparamiento del agua por parte de políticos y empresarios en cada país.
Se encuentran cercanas las elecciones presidenciales en México y es importante destacar que el movimiento en defensa del agua ha sido utilizado como bandera, tanto por panistas como por priístas que no se habían inmutado antes del gobierno de Morena.
Por su parte, el presidente López Obrador se muestra conforme y servil a los mandatos del establishment norteamericano.
La población no puede confiar en que los políticos resuelvan el problema del acaparamiento del agua. La agenda por la recuperación del derecho sobre el vital líquido debe ser impuesta a través de la movilización y la organización independiente.
Las grandes mayorías merecemos gozar del acceso al líquido vital como un derecho humano y acabar con la rapacidad imperialista.
