En una carta pura y sincera, se plasma el rol que juegan unos y otros artistas. Unos que solo alimentan su ego y buscan asenso social, y otros que sensibilizados se movilizan con iniciativas para concientizar y reclamar por la aparición de los normalistas.
Martes 18 de noviembre de 2014
Cuando yo era pequeño y mis padres me llevaban a ver algún espectáculo, mi madre siempre me hablaba de que los y las artistas eran personas muy cultas, con mucha preparación y con un gran compromiso social. Ahora que mi vida está dedicada por completo al arte, llevo las palabras de mi madre en el alma y en la cabeza, pero veo con decepción que no todos los y las artistas tienen ese compromiso del que mi madre hablaba.
Me he encontrado con una gran cantidad de gente que utiliza la trinchera del arte para satisfacer su ego. Personas que basan su felicidad en la cantidad de fotos en las que salen, en los nombres de las celebridades que conocen y en cuántos seguidores tienen en twitter; si han hecho algo en televisión, o han salido en la sección cultural de los grandes diarios, la soberbia les nubla todo intento de sensibilidad.
Es 2014, y mi país, México, que se agitado encuentra —quizá mucho más que en otros tiempos–, miles de personas están dispuestas a manifestarse ante las injusticias. Creo que hoy en día, sin importar la diversidad de puntos de vista, todos estamos de acuerdo: México está mal y es un depositario de infamias a todos los niveles.
Con sorpresa me doy cuenta que muchos de mis conocidos, autonombrados artistas, parecen ignorar por completo lo que pasa; o bien, se erigen fiscales de los que, en las calles, sí llamamos a la justicia. Por fortuna y en contraparte, un nutrido grupo de artistas, principalmente escénicos, hemos salido a las calles.
Por ejemplo, el pasado lunes hicimos una intervención callejera que logró llamar la atención de los medios de comunicación y de un buen número de transeúntes que pasaban en las cercanías de la Columna de la Independencia, lugar que elegimos para nuestra manifestación. A su pié, cantamos repetidamente una estrofa de «Do You Hear The People Sing?» (Hoy el Pueblo Cantará), canción del musical Los Miserables, que encaja perfecto con el momento que vivimos.
A su vez, se han formado colectivos de artistas que, organizándose en asambleas, buscan informar a los ciudadanos y mostrar, siempre desde la creatividad artística, las injusticias que se viven por todo el territorio.
Los artistas nos estamos moviendo —los artistas genuinos, quiero decir– porque no podemos ser indiferentes; seguramente, quienes sí lo son, tendrán sus motivos para mostrarse ajenos a las situaciones que ahora nos movilizan. No lo sé. Sería decepcionante saber que son indolentes ante las desgracias de nuestros hermanos. En todo caso cabe la pregunta: ¿qué clase de artistas serán sino se conmueven ante el dolor y la rabia que me impulsa a escribir esta carta?
Pero con todo, nunca es tarde para cambiar de opinión. Invito a los y las artistas de Iberoamérica, y a todos los ciudadanos y a todas las ciudadanas, a leer e informarse acerca de lo que ocurre en México, pues los mexicanos nos encontramos ante una realidad que puede definir muchos aspectos de nuestro futuro como país.
¡Vivos se los llevaron, vivos los queremos!
México, D.F., a 13 de noviembre de 2014
"Hoy el pueblo cantará con gran coraje y voluntad, esta es la música de un pueblo que reclama libertad. Si al redoble del tambor tu corazón latiendo va es que la luz de un nuevo día por fin vendrá"
El evento se lanzó en las redes y los participantes fueron de diversas compañías de teatro, entre ellas se encontraba gente de las obras "Wicked", "Hoy no me puedo Levantar", "Los Locos Adams, "Mentiras el Musical", "Cats", entre bailarines, técnicos, iluminadores, dramaturgos, productores y demás personas relacionadas al medio.
