Después de dos factores que marcaron la caída histórica de los precios del petróleo, primero la guerra comercial de EE. UU. con Medio Oriente y Rusia seguida de la sobreacumulación producto de un estancamiento de la circulación, ahora asistimos a su relativa recuperación. La mezcla mexicana ya rebasa los 30 dólares por barril, siendo que en abril llego a los -2.37 dólares.
Martes 2 de junio de 2020
Desde el 20 de febrero del presente año, la mezcla mexicana de petróleo comenzó a experimentar una estrepitosa caída debida a diversos factores, uno de ellos fue el efecto de la guerra de los precios del petróleo entre Rusia, Arabia Saudita y Estados Unidos, a esta le siguió la sobreacumulación que resultó del estancamiento de la circulación causada por la cuarentena a nivel mundial.
La caída más baja fue el 20 de abril, la mezcla mexicana alcanzó un precio negativo, -2.37 dólares por barril. A su vez, el West Texas Intermediate, que es el precio de referencia de EEUU, alcanzó los -37.63 dólares por barril. Las caídas fueron escandalosas en todo el planeta.
Desde entonces, la mezcla mexicana ha ido a la alza, en junio el precio inicia en 31.14 dólares por barril. Mientras que el West Texas Intermediate hoy sumó 1.37 dólares para alcanzar a los 36.81 dólares por barril. La referencia internacional Brent incrementó en 1.25 dólares, llegando a los 39.57 dólares.
El conjunto de estas subidas y bajadas violentas en los precios, más allá de los acuerdos y negociaciones, se enmarcan en la crisis energética global en la cual “la tendencia de largo plazo es hacia la subida del precio que no tiene porqué ser ordenada, fácilmente previsible, sino todo lo contrario”.[1]
Esta crisis implica el agotamiento del recurso fósil y los problemas que se irán agudizando dado que el capitalismo ancló su desarrollo global en el uso irracional de este recurso. La crisis del capitalismo mundial ha puesto sobre la mesa los límites históricos de este modo de producción basado en la devastación medioambiental, por lo que incluso una reconversión energética, si es que la llega a presentar, será nuevamente bajo este imperativo.
El problema nunca ha sido el uso de los recursos naturales y la relación metabólica entre el hombre y la naturaleza en sí, sino las particulares formas históricas en que se presenta esta relación, como la capitalista que termina "socavando, al mismo tiempo, los dos manantiales de toda riqueza: la tierra y el trabajador" (Marx, El Capital)
[1] Beinstein, J., “Rostros de la crisis: Reflexiones sobre el colapso de la civilización burguesa”, disponible en https://www.lahaine.org/mundo.php/1oxornadas_antirrepresivas_contra_o_sist.