Se dio a conocer la noticia de la imputación a una pareja en Neuquén por la muerte de su bebé en un parto domiciliario. Este caso reabrió varios debates sobre el cuerpo de las mujeres
Viernes 5 de agosto de 2016 16:04
Parto Domiciliario. Mujeres que pueden elegir parir en sus casas
A poco más de dos años del primer #NiUnaMenos resulta menos fácil reproducir discursos y prácticas machistas sin generar polémica. Las mujeres ya no callamos y esta vez abrimos el debate sobre parto domiciliario.
El parto domiciliario es un tema controversial con posiciones extremas tanto de los que están a favor como de los que están en contra. Nos preguntamos por qué las mujeres que pueden acceder a través de la información y del dinero a parir en sus casas lo eligen por sobre parir en las instituciones médicas.
Las respuestas son muchas, en general, encuentran en sus hogares intimidad, tranquilidad, confortabilidad, buenos tratos, etc. Aspectos que no están garantizados en los hospitales y clínicas y que lleva a las mujeres que pueden costearlo a optar por el parto en casa. Por otro lado quedan las mujeres pobres y las mujeres trabajadoras condenadas a sufrir la violencia obstétrica.
Violencia obstétrica: una violencia institucional
Cuando decimos violencia obstétrica hablamos del trato deshumanizado ejercido hacia las mujeres embarazadas y sus bebés en las instituciones de salud. El personal médico abusa de su situación de poder sobre la mujer en estado de suma vulnerabilidad y avasalla un proceso natural y biológico patologizandolo. De esta manera cercena el derecho a las mujeres a vivir un parto respetado.
El avance de la ciencia en materia de salud ha sido beneficioso en muchos aspectos. Sin embargo, cuando se trata del proceso del embarazo, pre parto, parto y pos parto sostiene ciertas prácticas innecesarias, machistas e ilegales. Muchas veces con el fin de acelerar procesos biológicos priorizando la comodidad del equipo médico por sobre el bienestar materno-infantil.
Desde las primeras consultas hasta el alta de la internación las mujeres podemos vivir diferentes situaciones tales como: que se deslegitime nuestra opinión por no ser médicas, que nos hagan tactos indeseados, que no se nos explique el tratamiento médico que nos van a aplicar, que nos rompan bolsa manualmente, que extraigan a nuestros bebés con fórceps, que se nos anestesie o corte, que nos aten, que nos insulten, que nos callen, que nos sometan a operaciones innecesarias, que nos aíslen de nuestros seres queridos, todo esto sin brindar ningún tipo de información o requerir nuestra autorización.
Para evitar estas situaciones de violencia completamente naturalizadas existe la Ley Nacional nº 25.929 de Parto Respetado sancionada y promulgada en el 2004. Pasaron 12 años de la existencia de esta ley, el debate sigue vigente y las mujeres seguimos sufriendo violencia obstétrica. Esto demuestra que sin la presión de las mujeres organizadas luchando por sus derechos la ley es papel mojado.
Parto Respetado
Hablar de parto respetado no significa hablar de parir sin ningún tipo de intervención médica, sino de que el accionar del cuerpo médico se base en respetar las elecciones personales de cada mujer brindando toda la información necesaria para que esto suceda.
Las prácticas más comunes que vulneran este derecho fundamental se basan en grandes negociados en el sistema de la salud privada y en falta presupuestaria en el sistema de salud público.
De esta manera vemos que en el ámbito privado de la salud el número de cesáreas casi triplica al de la salud pública.
Resignificar el lugar que ocupa la mujer embarazada en un paradigma médico que nos somete a un tratamiento deshumanizado no depende de las leyes ni de la buena voluntad del cuerpo médico, depende de con cuanta fuerza levantemos las exigencias por todos nuestros derechos las mujeres en las calles.