El Círculo Rojo. Mujeres mapuche. Lejos de los discursos, cerca de la represión

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· El martes 4/10, las fuerzas federales desalojaron a la comunidad Lafken Winkul Mapu de territorios de Villa Mascardi en Río Negro.

· El ministro de Seguridad Nacional Anibal Fernandez dijo que el resultado fue positivo, que “no ha habido ninguna clase de represión, ni siquiera un rasguño”. También dijo que actuó según la orden de la jueza María Silvina Domínguez.

· El periodista Santiago Rey reconstruye el operativo en una

crónica

del Comunidades del Parlamento Mapuche-Tehuelche de Río Negro, Soraya Maicoño, vocera de la comunidad mapuche, hizo un llamado especial a los colectivos de mujeres.

· El llamado es relevante porque existe una dimensión de género específica de los atropellos a los derechos de las detenidas. Y no es casual que la mayoría sean mujeres pobres y de una comunidad oprimida, como la mapuche, por el Estado.

· Arrestar a mujeres, niñas y niños pequeños busca un efecto disciplinador sobre la comunidad. Y amenazar con separar a una mujer de su bebé de pocos meses no es una distracción o una simple “falta de empatía”. Su objetivo es aterrorizar y, como efecto secundario, busca abonar la campaña demonizadora que existe contra la comunidad mapuche (“a las mujeres no les importan sus hijos”).

· Además de no comunicar a la defensa del traslado ni conocer la causa por la que están detenidas, no fue preocupación de la jueza ni la fiscal qué pasaría con los menores a cargo de las mujeres durante el operativo.

· La detención e internación de Romina Rosas fueron denunciadas como violencia obstétrica porque se desconocieron todos los derechos garantizados por la ley de Parto Respetado 25.929. La ley protege las decisiones de las mujeres y personas con capacidad de gestar. En el caso de Romina, parir junto a la mujer que la acompañó durante la gestación, según la tradición mapuche.

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Repudio

· Que esta situación se dé a dos días del Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias hizo que se amplificara el repudio de referentes y organizaciones feministas. No solamente los pueblos originarios, agrupaciones de izquierda como Pan y Rosas o referentes del Frente de Izquierda como la diputada Myriam Bregman, también el colectivo Ni Una Menos y Actrices Argentinas repudiaron la violencia institucional.

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· La socióloga y ensayistsa María Pía López (exdirectora del Museo de la Lengua) se preguntó “Volvimos mujeres/mejores para detener mujeres mapuches, encarcelar embarazadas y trasladarlas a cárceles lejos de sus territorios? Lo hicimos mientras se entregan las tierras a millonarios de todo el mundo?”. Comentarios similares se repitieron en las redes sociales y expresaron algo que mucha gente esperaba y espera de un gobierno que subraya la “perspectiva de género” de sus políticas.

Volvimos mujeres/mejores para detener mujeres mapuches, encarcelar embarazadas y trasladarlas a cárceles lejos de sus territorios? Lo hicimos mientras se entregan las tierras a millonarios de todo el mundo?

— maria pia lopez (@mpialopez4) October 6, 2022

Lejos de los discursos

· Uno de los silencios más criticados fue el de la ahora exministra de Mujeres, Géneros y Diversidad, Elizabeth Gomez Alcorta, que recién el jueves se refirió a los hechos y denunció las “violaciones a los derechos humanos de las mujeres detenidas” sin referirse a ningún funcionario del Gobierno. Sin embargo, su ministerio (hasta el anuncio de su alejamiento) no impulsó acciones concretas para proteger los derechos de las mujeres detenidas.

· ¿Qué sentido tiene publicitar constantemente leyes, resoluciones y programas “con perspectiva de género” si cuando el Estado los desconoce no se intenta siquiera frenar estos atropellos? El anuncio de la renuncia de Gomez Alcorta habla de algo de la impotencia o la incapacidad de su ministerio.

· El ministerio no avanzó en los objetivos que había delineado, como reducir las brechas de desigualdad o avanzar en programas como el Plan de Acción contra las Violencias. Y bajo su gestión hubo mujeres presas sin conocer de qué se las acusa, mujeres alejadas de sus familias y mujeres obligadas a parir privadas de su libertad y en soledad.

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· O nuestros derechos no valen o no valen para todas las mujeres. Cualquiera de las dos opciones está muy lejos de la tradición de lucha del movimiento de mujeres de Argentina. Es un aprendizaje de nuestro movimiento que los derechos se conquistan en la calle y ahí los defendemos, por eso hoy hubo movilizaciones en diferentes provincias y seguramente se haga eco en el Encuentro Plurinacional de Mujeres y Disidencias este fin de semana.