Mientras una de las principales instituciones financieras del empresariado a nivel mundial destaca el crecimiento en el Producto Interno Bruto (PIB) de Chile, el desempleo, la precariedad y los contagios siguen golpeando a miles de familias trabajadoras que reciben medidas cosméticas y totalmente insuficientes ¿Cómo es posible esto?
Miércoles 7 de abril de 2021
FOTO: Agencia UNO
Chile en la actualidad es un ejemplo de contradicciones, y no es sólo por un asunto de maliciosas interpretaciones. Ya distintos medios internacionales se han referido a nuestro país frente al alto número de vacunaciones efectuadas en nuestro país, y el alarmante número de contagios fallecimientos, que rompe records día tras día. Y a esto se suman importantes cifras de desempleo y precariedad ante la enorme crisis económica y sanitaria que sacuden decenas de miles de hogares, que arriesgando contagiarse ven día tras día más difícil llegar a fin de mes.
Sin embargo, es en medio de este contexto que ni más ni menos que el propio Fondo Monetario Internacional (FMI) se ha referido al crecimiento en el Producto Interno Bruto en nuestro país, que mes tras mes parece incrementarse, llegando a este mes de marzo al 6%, y previendo que la economía chilena llegará al 6,2%, una cifra que destaca a nivel latinoamericano.
¿Cómo es posible que dada estas estimaciones realizadas por una de las principales organizaciones financieras al servicio de los grandes intereses empresariales, se sienta tan fuerte la precariedad de la vida?
No hay que ser ingenuos, si es que el FMI prevé este crecimiento en el PIB, tiene que ver con un aparente éxito proveniente del plan de vacunación efectuado por el gobierno, que debiera dejar a Chile en una mejor posición, dentro de los distintos países de Latinoamérica, y a lo que podría asociarse una eventual recuperación económica, en miras de este fin de año. Sin embargo en el caso chileno hasta el momento lo que hemos visto, es como la situación sanitaria lejos de mejorarse, empeora, y donde los efectos reales de la vacunación se encuentran aún lejos de visualizarse. Esto ad portas de un tercer retiro del 10% de las AFP, con periodo electoral en curso hacia los días 15 y 16 de Mayo, y con la Convención Constitucional como asunto principal.
Ya distintos economistas se han referido al particular caso chileno en que el pago de la crisis ha venido de la propia población afectada, y en que frente al absoluto blindaje de las fortunas empresariales por medio del gobierno, han debido hacer uso de sus fondos de cesantía, y en particular del sus fondos de pensiones, no una vez, sino dos veces.
Ya en una nota publicada en El Mostrador se daba cuenta de cómo el dichoso plan de rescate del gobierno frente a la alarmante situación económica y sanitaria, que contemplaba el 16,3% del PIB, aportó apenas un 3,7% (US$ 9,4 billones), mientras que el 12,6% (US$34 billones) restante se financió con los dos retiros del 10%. Es decir ha sido el propio pueblo trabajador chileno el que ha terminado paliando la crisis a la que nos ha arrojado este gobierno, que expone a amplios sectores al contagio, y dando rienda suelta a las restricciones en las libertades democráticas de la población. Y en pleno auge en el precio del cobre que se encuentra cercana a los US$ 4 la libra.
Y para qué hablar de los bonos y créditos que entregará el gobierno que una vez más vienen con letra chica, y dejando al enorme porcentaje de trabajadoras y trabajadores que realizan su actividad de manera informal.
No podemos confiar en este gobierno hipócrita
Queda claro que este gobierno que se ha encargado de salvaguardar a los grandes empresarios, buscará entregar lo menos posible frente a las exigencias de las familias trabajadoras que hoy se encuentran golpeadas por el desempleo, la precariedad, y lo más terrible, por los contagios.
Un gobierno que estuvo semanas vanagloriándose por su exitista plan de vacunación, y que hoy no hace más que desligarse completamente de su responsabilidad frente a los contagios y fallecimientos, adjudicándole toda la responsabilidad a la gente ¡Los éxitos son del gobierno, pero los fracasos son de la gente! Una absoluta hipocresía simple y llanamente.
Es imposible confiar en este gobierno de empresarios que nos condena a la enfermedad, y tampoco a una tibia “Oposición” que descansa en la política de la cocina parlamentaria, incluso votando a favor leyes totalmente en contra de los trabajadores, como es la “ley de protección del empleo” que condena a los trabajadores, a costa de darle tranquilidad a empleadores inescrupulosos y grandes empresarios. Una ley aprobada incluso por el propio Partido Comunista (PC).
Sólo la organización y el camino de la movilización independiente de los partidos de los 30 años, que pelee por los derechos fundamentales visibilizados durante la rebelión del 2019 como son salud, educación, vivienda y pensiones –entre otros- podrá enfrentar realmente a este gobierno criminal, en perspectiva de la lucha de una Asamblea Constituyente realmente libre y soberana, y no esa política ficción llamada Convención Constitucional.