Salud obrera. Mientras el patrón se queda las ganancias, trabajador@s asumimos los riegos laborales

Un accidente de trabajo es toda lesión orgánica o perturbación funcional, inmediata o posterior, o la muerte, producida repentinamente en ejercicio, o con motivo del trabajo, cualesquiera que sean el lugar y el tiempo en que se preste. También se incluyen los accidentes ocurridos durante el traslado de manera directa del domicilio al centro de trabajo y viceversa.

El Instituto Mexicano del Seguro Social (IMSS) señala que, en promedio, en un día suceden casi 1,000 accidentes de trabajo, una gran parte se dan en actividades que podrían no parecer riesgosas.

Las actividades en las cuales se focalizan estos accidentes van desde elementales o de apoyo (24,178); venta, despachadores y dependientes en comercio (16,669); en control de almacén y bodega (14,638), intendencia (12,729); demostración y promoción (12,456); cocineros (11,720); choferes vendedores (9,793); carga (8,773); manejo de camiones, camionetas y automóviles de carga (8,670) y de apoyo en la industria no clasificados (7,835).

Por otro lado, se han reportado más de 15,000 padecimientos laborales, entre los cuales los trastornos músculo-esqueléticos son cuatro de cada 10, por lo que son una de las principales enfermedades de trabajo, según el IMSS.

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Largas jornadas de trabajo y accidentes laborales

A pesar de la realidad presentada por el propio IMSS, esta institución continúa del lado de las patronales, preocupándose más por culpar al trabajador que por exigirle a la patronal que garantice condiciones seguras para las y los asalariados, pues señala que en el 85% de los accidentes laborales hubo un acto inseguro por parte del trabajador. Pero de acuerdo a una encuesta de OCC, el 40% de personas trabajadoras desconocen el protocolo de seguridad y solo el 32% cuenta con información.

Además de las actividades desempeñadas, hay aspectos ligados a los riegos de trabajo como las jornadas excesivas de trabajo y las pesadas cargas laborales. Lo cual se corrobora por datos de la Organización del Trabajo (OIT), pues 39.2% de las muertes en el mundo se relacionan con jornadas excesivas, las cuales pueden tener consecuencias en la salud de la persona trabajadora, al desencadenar cardiopatías y accidentes cardiovasculares. Por ello, este factor se convirtió en el principal riesgo de trabajo, superando al aire contaminado y gases, así como lesiones.

Además de las cifras, ejemplificamos un caso en el 2022, en una planta de General Motors, donde un accidente dejó a una persona trabajadora discapacitada. Ante esta situación, la respuesta de la patronal fue intentar silenciar el hecho y culpar al accidentado para evitar cualquier tipo de responsabilidad para la empresa o jefe.

Las condiciones de las excesivas jornadas también se denunciaron, pues eran incluso de 12 horas, no podían parar, ni para ir al baño, a pesar del cansancio físico y la extrema fatiga mental, a lo que se suman las problemáticas de cada trabajador/a. Esto afecta el sistema nervioso. Además, hay un exceso de producción, porque la patronal siempre buscan cumplir sus metas y generar ganancias, ignorando las condiciones de seguridad. Por lo que los salarios de 9 mil u 11 mil pesos, que están muy por debajo de la canasta básica, son insuficientes.

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La vida y salud de las personas trabajadoras valen más que las ganancias patronales

Ante los riesgos que nos imponen las patronales, las medidas para enfrentarlas pueden venir de las y los trabajadores organizados mediante comisiones de seguridad e higiene, que exijan al patrón presupuesto y establecer un mecanismo para la exigencia de la extensión universal -que cubra todo tipo de enfermedades- en la cobertura de salud pública y gratuita para nuestras familias, así como el tratamiento de los riesgos de trabajo, tanto enfermedades como accidentes de trabajo.

Es importante poner en pie comisiones de seguridad e higiene en cada uno de nuestros centros de trabajo, que sean representativas, democráticas e independientes de la patronal, el gobierno, las burocracias sindicales y los partidos del régimen, para hacer efectivo nuestro derecho a la salud y a condiciones seguras.

Finalmente, en sentido contrario a la extensión de las jornadas laborales, es necesariom luchar por una reducción a seis horas, cinco días a la semana, sin reducción salarial, para evitar condiciones que representen un riesgo y para repartir las horas disponibles con sectores desempleados.

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