El exasesor económico de Daniel Scioli afirmó que “la devaluación se mantiene bajo control. Aunque es inevitable la recesión, no se desmadró ni se convertirá en una depresión económica”.
Lunes 15 de febrero de 2016 10:33
Lo dijo en una entrevista realizada por el diario Clarín que se conoció ayer. Allí, entre otras cosas, señaló que la base para un nuevo endeudamiento reside en el hecho de que la relación entre deuda y PBI actual es muy baja.
“Somos el país más desendeudado del mundo con el mercado. Como contrapartida hay deuda con el Banco Central, la Anses. Pero es deuda que se renueva, no agrega riesgo financiero al país” afirmó.
Destacó en la entrevista que “la devaluación se mantiene bajo control y aunque es inevitable la recesión, no se desmadró ni se convertirá en una depresión económica”. De esta forma coincidió con el programa de ajuste en curso.
En el mismo sentido señaló que “si se miraba el tipo de cambio había atraso cambiario e inflación reprimida. En lo fiscal había y sigue habiendo un problema, con una enorme presión impositiva sobre sectores, como el campo, que proveen el 65% de las divisas del país. El problema más importante es la restricción externa, con exportaciones planchadas por el enfrentamiento estéril con el campo. Pocos dólares, ante una necesidad creciente de divisas para importar insumos, con un déficit en la industria de autos, incluyendo autopartes de US$ 8.000 millones y el régimen de electrónica de Tierra del Fuego con un rojo de US$ 4.000 millones. No se podían tomar créditos en el exterior por el conflicto no resuelto en Nueva York. En vez de devaluar, se puso el cepo, la economía dejó de crecer. Y el atraso cambiario generó una cuenta de turismo al exterior de US$ 7.000 millones. En lugar de estimular las exportaciones se siguió la pelea con el campo, hubo jaque mate a las economías regionales, no daban los números para sembrar trigo. Si no daban para trigo, no sé cómo dan para tubos sin costura”.
Ante la consulta sobre la dinámica de la inflación y la cuestión de los salarios, señaló que “cuando se devalúa sin plan no mejora la competitividad porque te alcanza la suba de precios. El traslado a precios debe ser moderado. Para eso juegan las expectativas y las paritarias. El llamado a la responsabilidad está muy bien. Sino se puede fracasar. Se necesita política antinflacionaria, fiscal y monetaria y un acuerdo social”.
Así mostró una completa coincidencia con lo que se viene planteando desde el gobierno nacional hacia las negociaciones paritarias. Al mismo tiempo, agregó que “en lo fiscal una sola regla, casi hogareña, que el gasto aumente menos que la recaudación, cuando hay un déficit fiscal tan grande, no hay muchas agendas posibles”. Esta es precisamente la misma justificación que esgrime hoy el gobierno para avanzar en los despidos en el Estado nacional.
No fue el único ex asesor de Scioli en salir a señalar coincidencias con la actuación del nuevo gobierno. El ex presidente del Banco de la Provincia de Buenos Aires, Gustavo Marangoni deslizó también en los medios que “Daniel no hubiera hecho las cosas tan distintas”.
Estas declaraciones no hacen más que volver a poner en evidencia que en las cuestiones centrales que está llevando adelante el gobierno en materia económica, no había diferencias sustanciales entre lo propugnado por Scioli y el programa de Macri.