El diputado liberal desplegó su repertorio de ideas conservadores y reaccionarias, desde su rechazo al lenguaje inclusivo hasta el apoyo a Bolsonaro. La alianza con Fuerza Republicana, fuente de cuestionamientos hasta de sus propios seguidores.
Maximiliano Olivera @maxiolivera77
Domingo 2 de octubre de 2022 17:15
Fotografía: Atilio Orellana / Agencia Zur
El paisaje de los sábados que suele tener la plaza Alberdi y sus alrededores, en la capital tucumana, se fue alterando mientras avanzaba la tarde. Sobre las calles Catamarca y Suipacha pero sobre todo en la avenida Sarmiento, iban apostando las decenas de colectivos contratados tan característicos de la logística de un aparato político. Con ese trasfondo, Javier Milei tuvo su acto en Tucumán con miras a una candidatura presidencial en 2023. El diputado liberal desembarcó en la provincia de la mano de Fuerza Republicana, el partido fundado por el genocida Antonio Bussi y ahora administrado por su hijo Ricardo, alianza que despierta críticas que hasta se expresaron en el acto.
La tan anunciada “clase magistral” de Milei solo consistió en un repaso de bajo vuelo y mucho histrionismo de su repertorio de ideas conservadores y reaccionarias, junto a sus gritos contra “la casta” para ocultar su verdadero plan económico de brutal ajuste. El economista liberal centró su discurso en despotricar "contra la casta" sin muchas más precisiones, al punto delirante de afirmar que la Argentina “abrazó las ideas del socialismo” desde 1916. No perdió oportunidad para pronunciarse a favor de Jair Bolsonaro en Brasil y pedir por la vuelta de Donald Trump en Estados Unidos. Para completar, habló contra la “ideología de género”, el lenguaje inclusivo y los pueblos originarios.
Los gritos de Milei contra “la casta” suenan menos creíbles luego de sellar su alianza con Bussi hijo, que vive de cargos públicos desde hace más de tres décadas. El día previo, en una conferencia de prensa, dio rodeos para decir que su nuevo aliado no era “casta” pero no convence ni a los propios. Previo al discurso, Bussi salió al escenario y recibió algunos silbidos y abucheos, lo mismo ocurrió cuando Milei lo nombró entre los agradecimientos. Previamente, el Partido Libertario de Tucumán había emitido un comunicado rechazando el acuerdo y declarando a Milei "persona no grata" por su llegada de la mano del hijo del dictador.
Las declaraciones contrarias a la alianza con Bussi también se expresaron en algunas declaraciones a la prensa por parte de los asistentes. Entre ellos se pudo ver sectores claramente diferenciados entre jóvenes, desde sectores aislados hasta los “Pumas Libertarios”, y otro sector adulto más propio de la histórica base electoral que mantiene Fuerza Republicana. El número de asistentes fue absurdamente exagerado por los organizadores, al punto de afirmar que hubo 30.000 personas cuando ni siquiera se llegó a completar el tramo de la plaza sobre calle Corrientes. La convocatoria real fue de 3000 personas, algunas de las cuales se fueron retirando antes de que Milei terminara su discurso.
El paso de Milei por Tucumán arrojó luces sobre su proyecto político. Sin una estructura nacional, comenzó a establecer alianzas con personajes provinciales que son característicos de la “casta política” local, donde todo indica que el precio a pagar es alto. Además de que estas alianzas también muestran su carácter reaccionario al tener que explicar su pacto con un partido de defensores de la dictadura y responsables de crímenes de lesa humanidad, haciendo negacionismo de los 30.000 desaparecidos. Así, a lo sumo logra fidelizar núcleos de seguidores. Su hit “contra la casta” oculta un programa de medidas de ajuste y flexibilización laboral que sólo expuso ante un grupo de empresarios. Más allá del humo mediático y de las bengalas amarillas del acto, la semana política estuvo marcada por la lucha y el triunfo de los trabajadores del neumático, quienes demostraron en medio de la crisis que la rebeldía no es de derecha.