Trabajadores, docentes y estudiantes de la universidad Autónoma de Zacatecas salieron a las calles para repudiar el feminicidio de Cinthia Nayeli, encontrada el pasado sábado sin vida. Exigen justicia para Nayeli.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Lunes 16 de octubre de 2017
El viernes por la mañana Cinthia Nayeli salió de su casa rumbo al plantel 1 del campus de la UAZ (Universidad Autónoma de Zacatecas) de preparatoria para tomar clases, pero nunca llegó al plantel. A la tarde siguiente vecinos de la colonia Orquídeas del municipio de Guadalupe encontraron el cuerpo de Cinthia.
El feminicidio de Nayeli provocó una enorme oleada de indignación entre sus compañeros y maestros de la preparatoria. El sábado la rectoría de la UAZ publicó un comunicado repudiando el crimen y exigiendo al Estado justicia para la alumna.
Para el domingo, el secretario general del Sindicato de Personal Académico de la Universidad de Zacatecas (SPAUAZ), Pedro Martínez Arteaga, llamó a estudiantes, padres de familia y docentes a movilizarse en rechazo al feminicidio de Citnthia Nayeli.
Frente al repudio creciente las autoridades salieron rápidamente a convocar a una reunión extraordinaria del grupo de Coordinación Local se Seguridad, encabezado por el gobernador de Zacatecas, Alejandro Tello. A esta reunión se invitó al rector de la UAZ, Antonio Guzmán.
Sin embargo, este lunes más de doce mil estudiantes, trabajadores y docentes de la UAZ marcharon desde la Facultad de Ingeniaría hasta la plaza de armas y el Palacio de Gobierno de Zacatecas.
Es de resaltar la presencia del sindicato ya que es un factor que inclinó la balanza para una masiva movilización en repudio al feminicidio de Cinthia.
Mientras tanto, el rector de la UAZ y demás autoridades pretenden centrar el feminicidio de Nayeli en una situación general de violencia que se vive en la entidad, y desviar la sentida exigencia de “justicia” a la exigencia al priista Tello de mayor seguridad, lo que podría traducirse en mayor presencia de cuerpos policiales.
Esto, lejos de resolver el problema de los feminicidios, lo agravaría. Ya se demostró que la militarización, con el despliegue de las fuerzas represivas –Ejército, marina, policía- en las calles tuvo entre sus consecuencias nefastas el aumento de los feminicidios, las desapariciones forzadas, torturas, ejecuciones y desplazamientos forzados.
El dolor y la rabia con la que miles de trabajadores, docentes y estudiantes inundaron las calles tiene todo el potencial para convertirse en un organización que pugne por poner en pie un amplio movimiento de mujeres independiente del Estado, sus instituciones y los partidos al servicio de los empresarios que, como en este caso, convoque a los sindicatos a movilizarse para parar los feminicidios y la violencia contra las mujeres.