Un soldado vendió granadas a una célula criminal, además le solicitaron municiones y cargadores para armas, se propuso informar sobre los movimientos de las fuerzas armadas e información para atentar contra un fiscal.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Lunes 10 de octubre de 2022
Las filtraciones de documentos de la Secretaría de la Defensa Nacional (Sedena) por el grupo de hackers "Guacamaya" revelan que miembros del ejército mexicano han vendido armas a grupos criminales que operan en el Estado de México.
Investigaciones de inteligencia de la Sedena que daban seguimiento al teléfono de un soldado informó en junio de 2019 que se ofrecía equipo táctico, armas y granadas a un cártel del narcotráfico que operaba en el municipio de Tejupilco, al sur del Estado de México y que colinda con el estado de Guerrero.
El informe detalla: “…. el militar ofreció a operadores del grupo delictivo 70 granadas de fragmentación a un costo de 26 mil pesos cada una; la célula delictiva confirmó la compra de ocho de ellas, las cuales fueron entregadas en Atlacomulco, Estado de México”.
La base de operaciones del mencionado militar era Villa de Almoloya de Juárez, al poniente del Estado de México en el 8/o. Octavo Regimiento Mecanizado de la Sedena. Pero el proveedor de armas y equipo táctico es otro soldado que los criminales apodan “antiguo” y que se comunicó desde el Campo Militar 1 en la Ciudad de México.
En otro reporte fechado el 24 de junio de 2019 se informa que el militar que abastecía a los delincuentes era escolta de un coronel de ejército al que se referían como “nuevo comandante”.
Las llamadas interceptadas por la Sedena revelan que el militar daba información a un líder criminal sobre el superior del cual era escolta, un Coronel originario de Tepalcatepec, Michoacán, que describió como, “…gusta de dinero, bebida y le entra a todo”.
El líder criminal solicitó a su enlace castrense municiones para fusil AK-47 y R-15, además de cargadores para las armas. El militar se ofreció para dar información para ubicar al fiscal regional de Amecameca, al poniente del Estado de México, ya que se planeaba su asesinato.
Más corrupción
El Centro Nacional de Inteligencia informó el contubernio de autoridades de Jalisco y el Estado de México con grupos delictivos. Un caso documentado en enero de 2019 narra cómo un elemento en activo de la Fuerza Única de Reacción Inmediata Mixta, una institución que depende de la Fiscalía estatal, adscrito a la zona metropolitana de Guadalajara, era el enlace con líderes del Cártel Jalisco y autoridades de los tres niveles de gobierno, federal, estatal y municipal.
El enlace tenía que cooptar a funcionarios públicos para incrementar la influencia de corrupción del cártel en el estado.
Otro informe de enero de 2019, describe como una célula delictiva que opera en el Estado de México participa en las obras públicas municipales. Se interceptaron llamadas telefónicas donde se había programado reuniones con dos alcaldes y líderes delincuenciales para abordar el tema de la compra de camiones recolectores de basura.
Se informó que los delincuentes tenían interés “… por el manejo de recursos públicos de ambos municipios…” para financiar las operaciones de sus células criminales. Las filtraciones de documentos de la Sedena que realizó el colectivo Guacamaya, abarcan miles de informes, lo primero que interesó a los periodistas fue el espionaje realizado con el Malware Pegasus, a su gremio e interpusieron una demanda.
Al pasar del tiempo distintos medios y organizaciones han analizado y corroborado la información de la inteligencia militar, que además de espiar a periodistas lo hacía con organizaciones sociales y sindicatos como el caso de Sutnotimex. No han sido las primeras filtraciones de la Sedena llevadas a cabo por un grupo de ciber activistas que en ocasiones anteriores han realizado lo mismo en países de Centroamérica.
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