En tres hechos aislados, soldados y miembros de la Guardia Nacional hirieron de muerte a tres personas: una menor de ocho años, una enfermera y un muchacho, el cual presentaba signos de tortura dentro de una camioneta.
La Izquierda Diario México @LaIzqDiarioMX
Martes 15 de octubre de 2024
Este fin de semana pasado resultó en una jornada mortal en Nuevo Laredo. En la ciudad fronteriza, elementos del ejército y la Guardia Nacional, en tres hechos distintos, dispararon contra civiles e hirieron de muerte a tres personas: una enfermera, una menor de ocho años y un muchacho al interior de una camioneta, el cual posiblemente se encontraba en calidad de secuestrado.
Yuricie Rivera, la enfermera que iba a cenar
El primer caso, cronológicamente hablando, es el de Yuricie Rivera Elizalde, enfermera trabajadora del IMSS. Yuricie se encontraba de camino junto a su esposo e hijo a una cena cuando un vehículo militar les cerró el paso. El esposo de Yuricie, quien conducía, redujo la velocidad y pronto escuchó disparos. Al poco tiempo se dio cuenta que Yuricie había sido herida.
Según el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, los militares dispararon porque se encontraban persiguiendo civiles armados. En el fuego cruzado habría muerto de manera instantánea Yuricie de un disparo en la cabeza.
Se denuncian nuevos casos de abuso de la fuerza letal por el #Ejército en Nuevo Laredo, Tamps., donde al menos tres personas, incluida una niña, perdieron la vida. Este hecho subraya los riesgos de la innegable #militarización.
Debe haber investigación civil y atención a las… pic.twitter.com/AyXSFG6Cb6— Centro Prodh (@CentroProdh) October 15, 2024
Iris, de 8 años
El segundo caso es el de Lidia Iris Fuentes Galván, de tan sólo 8 años de edad. Según cuenta su abuela, Lidia Galván, de 60 años, ambas se encontraban al interior del coche de Lidia cuando éste fue embestido por un vehículo de la Guardia Nacional.
De inmediato, uno de los elementos uniformados abrió fuego contra el auto en el que circulaban Lidia e Iris, hiriendo a la menor en la cabeza. Su abuela tuvo que salir por la ventana y pedir auxilio a militares que se encontraban cerca, quienes trasladaron a la pequeña al Hospital Militar, pero para ese entonces, la menor ya había perdido mucha sangre y falleció.
Para agregar insulto a la injuria, cuando los familiares de Iris llegaron al lugar de los hechos fueron recibidos con gas lacrimógeno. Según su testimonio, esta vez se trató de personal militar el que habría hecho uso del gas para dispersarlos.
Diego Alfredo, presunto secuestrado
Finalmente, el último caso de muerte es el del joven Diego Alfredo, de 18 años. Según el Comité de Derechos Humanos de Nuevo Laredo, Diego Alfredo se encontraba al interior de un vehículo que perseguían miembros de la Guardia Nacional y el Ejército dentro del fraccionamiento de Palmares.
Al disparar contra éste, hirieron de muerte al muchacho. Según el citado Comité, su cuerpo presentaba huellas de tortura, por lo que se presume que se encontraba en calidad de secuestrado al momento de fallecer.
Son tres casos que ilustran perfectamente el problema de la militarización en México. El gobierno local, encabezado por Américo Villarreal Anaya, ha decidido minimizar los hechos. Tanto a nivel estatal como a nivel federal, se trata del Morena quien gobierna tanto la entidad como el país. He aquí las consecuencias de mantener la política de militarización de los gobiernos neoliberales aunque sea bajo otro nombre.
¡ABAJO LA GUARDIA NACIONAL!
¡MILITARES A SUS CUARTELES!
