“Impuestos u horquillas”, es el slogan que usan para expresar su temor a que la desigualdad desate la lucha de clases. ¿Les preocupa la desigualdad o perder sus privilegios?
Juana Galarraga @Juana_Galarraga
Sábado 4 de junio de 2022 09:55
"Taxes or Pitchforks" (Impuestos u Horquillas), es la metáfora que algunos millonarios utilizan para expresar su temor a la lucha de clases | Foto: Paul Taylor / Getty Images
La campaña “In Tax We Trust” (en los impuestos confiamos), es una iniciativa impulsada por más de 150 millonarios que piden que les cobren más impuestos, para "combatir la desigualdad".
Se trata del grupo estadounidense, “The Patriotic Millionaires” (Millonarios Patrióticos), “Millionaires For Humanity” (Millonarios por la Humanidad) de Dinamarca y el alemán “Tax me now” (Cóbrenme impuestos ya).
Como acostumbran, estos millonarios publicaron una carta en el contexto del Foro Económico de Davos. El evento reunió el pasado lunes a más de 2.000 líderes políticos, empresariales y de distintas organizaciones del mundo.
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“A nuestros compañeros millonarios y multimillonarios”, comienza la carta, “si participa en la Reunión Anual del Foro Económico Mundial en Davos, Suiza, se unirá a un grupo exclusivo de personas que buscan una respuesta a la pregunta: ’¿Cómo trabajamos juntos y restauramos la confianza?’".
“La confianza -en la política, en la sociedad, en los demás- no se construye en pequeñas habitaciones", dicen. Tampoco "por viajeros espaciales multimillonarios que hacen una fortuna con una pandemia pero no pagan casi nada en impuestos y proporcionan salarios bajos a sus trabajadores", agregan, en alusión a empresarios como el creador de Amazon, Jeff Bezos o Elon Musk.
Por su parte la ONG Oxfam, también en los inicios del Foro, publicó un informe titulado “Beneficiarse del sufrimiento”. Allí desnuda cómo crece la pobreza extrema en el mundo, al mismo ritmo que la riqueza extrema. Según su investigación, durante los 4 días que duró el foro las fortunas de los empresarios de la energía y de la alimentación aumentaron en dos mil millones de dólares, mientras 3 millones de personas cayeron en la pobreza extrema. Esto en el marco de la crisis económica, sanitaria, ambiental y social que venía en desarrollo y dio un salto con la pandemia. Ahora da otro salto con la guerra en Ucrania y la consecuente inflación a nivel mundial, que encarece alimentos y combustibles.
Los millonarios que “confían en los impuestos”, saben de qué habla Oxfam: “Si bien el mundo ha pasado por una inmensa cantidad de sufrimiento en los últimos dos años, en realidad hemos visto aumentar nuestra riqueza durante la pandemia. Sin embargo, pocos, si es que alguno de nosotros, puede decir honestamente que pagamos nuestra parte justa en impuestos”.
"Esta injusticia arraigada en los cimientos del sistema fiscal internacional ha creado una colosal falta de confianza entre la gente del mundo y las élites, que son los arquitectos del sistema”, aseguran.
¿Millonarios preocupados por la desigualdad o por sus privilegios?
“La historia pinta una imagen bastante sombría del final de las sociedades extremadamente desiguales (...). Para nuestro bienestar, ricos y pobres por igual, es hora de enfrentar la desigualdad y elegir gravar a los ricos”, lanza la carta.
¿Es hora de enfrentar la desigualdad? Como ya señaló este diario, Oxfam plantea lo mismo en cada Foro de Davos, “siempre con el mismo resultado: Oxfam les habla con el corazón y los poderosos le contestan con el bolsillo”. Lo mismo pasa con los millonarios que hace más de una década piden que “por favor” les cobren más impuestos.
Patriotic Millionaires surgió en 2010. Durante el foro de Davos de enero de 2020, poco antes de que estalle la pandemia, difundieron una carta que titularon “Millionaires Against Pitchforks”, es decir, "Millonarios contra Horquillas", una herramienta similar a un tridente o rastrillo. En ese momento ya se veía esa “falta de confianza” en los sistemas democráticos. Había protestas y lucha de clases en distintas partes del mundo, como las revueltas contra el gobierno ultra neoliberal de Sebastián Piñera en Chile. En Francia la clase trabajadora impedía que Macron avanzara con la reforma del sistema previsional, con huelgas y movilizaciones.
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En su última carta repitieron la idea: “Las conversaciones privadas no cambiarán lo que se avecina: son “Taxes or Pitchforks” (impuestos u horquillas)”. La palabra “pitchforks” es una metáfora de la lucha de clases y de la furia de los pueblos cuando se hartan de la desigualdad y salen a las calles. Los millonarios lo que dicen literalmente hace años.
Cuando el 1% de la humanidad habla francamente
“No soy el tipo más inteligente que hayas conocido, ni el más trabajador. Yo era un estudiante mediocre. (...) Lo que me distingue, creo, es la tolerancia al riesgo y la intuición sobre lo que sucederá en el futuro. Ver hacia dónde se dirigen las cosas es la esencia del espíritu empresarial. ¿Y qué veo en nuestro futuro ahora? Veo rastrillos”, decía en 2014 el millonario Nick Hanauer.
A pesar de ser heredero de tercera generación en una empresa, se define a sí mismo como un “emprendedor”. Ha gestionado, fundado y financiado más de 30 compañías, incluida Amazon, empresa en la que se jacta de haber sido el primer inversor no familiar. Contra todo ideal meritocrático del enriquecimiento a partir del esfuerzo, él mismo reconoce que no es ni el más inteligente ni el más trabajador. Pero para él, lo que lo distingue no es haber tenido una fortuna heredada para invertir en el proyecto de Jeff Bezos, sino tener “visión de futuro”.
“El resto del país, el 99,99 %, se está quedando atrás. La división entre los que tienen y los que no tienen está empeorando muy, muy rápido. En 1980, el 1 % superior controlaba alrededor del 8 % del ingreso nacional de EE. UU. El 50 % inferior compartía alrededor del 18 %. Hoy, el 1 % superior comparte alrededor del 20 %; el 50 % inferior, sólo el 12 %”, detalla. Como se ve la desigualdad va en aumento desde hace décadas.
Sin embargo, para él “alguna desigualdad es intrínseca al funcionamiento de cualquier economía capitalista”. El problema según señalaba en 2014, es que esa desigualdad ya alcanzaba niveles extremos. “A menos que nuestras políticas cambien drásticamente (...) volveremos a la Francia de finales del siglo XVIII. Antes de la revolución”, dice.
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Según Hanauer, cualquier estudiante de historia sabe cómo funciona: “las revoluciones, como las quiebras, vienen gradualmente y luego repentinamente. Un día, alguien se prende fuego (así se disparó la Primavera Árabe en 2011, NdR), luego miles de personas están en las calles, y antes de que te des cuenta, el país está ardiendo. (...) Si la desigualdad sigue aumentando como lo ha hecho, eventualmente sucederá. No podremos predecir cuándo, y será terrible, para todos. Pero especialmente para nosotros”.
El apuro de Hanauer por ayudar al 99 % surge de la necesidad de adelantarse “a los revolucionarios y locos, los que tienen las horquillas, eso también será lo mejor posible para nosotros, los ricos. No es solo que escaparemos con nuestras vidas; es que seguramente nos haremos aún más ricos”.
Relatos: entre derrames y galas
En 2014 Hanauer decía que ya no es muy creíble la teoría del derrame ("trickle down economics"), según la cual cuanto más ganen los ricos mejor, porque esa riqueza se "derrama" hacia abajo. Alertaba a los ricos que rechazan los impuestos por su visión fuera de la realidad. Por eso él y sus amigos sugieren largar algo en impuestos, a cambio de preservar la estabilidad de las cosas como están y hacerse más ricos.
Contrariamente, con la llegada de Donald Trump en 2016, las empresas y los millonarios en los Estados Unidos recibieron la mayor reducción impositiva de la historia del país.
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En 2021, el senador demócrata, Sherrod Brown, dijo a Pitchforks Economics, que las corporaciones y las élites pagan menos en impuestos que un maestro o un camionero. Aseguró que los ricos dicen que si les cobran menos impuestos, su riqueza se derramará, “pero nunca lo hace”.
La idea de cobrar más impuestos a los ricos ha estado en las plataformas electorales de candidatos demócratas que se dicen progresistas, como Bernie Sanders. Sin embargo, en los últimos veinte años, Amazon ha recibido más de 4.000 millones de dólares en exenciones fiscales e incentivos económicos de gobiernos estatales y locales dirigidos por republicanos y demócratas por igual.
La actual congresista demócrata, Alexandria Ocasio Cortez, se hizo tiempo para asistir a la Gala de la Ópera Metropolitana con un vestido de 10.000 dólares con la inscripción “tax the rich”, (impuestos a los ricos). Sin embargo, argumentó que no tuvo tiempo para acercarse a la lucha de los trabajadores de Amazon de Staten Island cuando peleaban para poner en pie su sindicato y enfrentan la súper explotación de Bezos.
¿La "arquitectura del sistema" siempre tiene que ser desigual?
En Argentina la extrema derecha representada por José Luis Espert y Javier Milei, está totalmente en contra de subir los impuestos a los ricos. Dicen que cuanto menos impuestos haya mejor le va a ir al país. Hablan en contra de los impuestos en general, pero no cuestionan el más regresivo de todos, el IVA, que lo paga toda la población y que perjudica especialmente a los y las más pobres.
El Frente de Todos impulsó en el Congreso un impuesto a las grandes fortunas que se cobró una sola vez y que tuvo la trampa de que un porcentaje se destinó a financiar negocios hidrocarburíferos. Ahora impulsa un proyecto para cobrar un impuesto a los fugadores y evasores, cuya recaudación usaría para pagar la deuda externa ilegal que tomó Macri con el FMI. Hasta el ex presidente reconoció que buena parte de esa deuda se usó para financiar fuga de capitales, pero el oficialismo está ajustando al pueblo para legitimar eso.
El 1 % del planeta, los partidos políticos que se dicen progresistas y la extrema derecha, dan por sentado que la desigualdad nunca se terminará. Asumen que el sufrimiento y el resultado del trabajo del 99 % de la humanidad, seguirá al servicio de su riqueza y de pagar sus estafas con violentos ajustes. A lo sumo, en situaciones excepcionales, están dispuestos a entregar alguna migaja más para no poner en juego "la arquitectura" que les garantiza sus privilegios.
Tan por sentado lo dan, que en Argentina la vicepresidenta llegó a decir que el capitalismo es el "sistema más eficiente". Por abajo en las fábricas, en los talleres, en los servicios, en los empleos precarios y en los barrios donde abunda el desempleo, el capitalismo muestra lo que es: millones no tienen empleo y viven en la miseria absoluta, mientras otros millones trabajan 10, 12 y hasta 18 horas para sobrevivir. Solo una minoría disfruta la vida.
La izquierda socialista plantea que no hay forma de terminar con la desigualdad sin afectar realmente la ganancia capitalista y todo su sistema de explotación. Es necesario organizarse desde abajo para pelear por medidas que cuestionen “la arquitectura del sistema” de las élites y sus partidos, para imponer un sistema planificado de la economía, que disponga los recursos que la humanidad genera en función de las necesidades sociales y no de la ganancia de pocos.
El relato de Hanauer delata que hasta hace poco el estilo de Jeff Bezos no les molestaba a los millonarios. Era el ícono del emprendedor ejemplar. El problema de su ostentación es que sus trabajadores acaban de agradecerle los vuelos al espacio, porque mientras él estaba ahí arriba pudieron organizar su sindicato. Esto, en el contexto del surgimiento de una generación en Estados Unidos, que se llamó a sí misma “Generación U”, por “Unions” (sindicatos). Ese no es el camino, Jeff, advierten sus "fellows" (compañeros): "los pitchforks vienen por nosotros".