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Red Internacional
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Nacional. Millones para los empresarios, tarifazo para los trabajadores

El planteo del sindicalismo clasista para enfrentar el ajuste en unidad con los usuarios.

 Claudio Dellecarbonara

Claudio Dellecarbonara Miembro del Secretariado Ejecutivo de la AGTSyP (Subte)

Jueves 7 de abril de 2016 00:03

Los anuncios de tarifazos son indignantes. En el caso del transporte, el ministro Guillermo Dietrich aumentó el sueldo de muchos funcionarios a casi $200.000, dijo que este año los subsidios aumentarán 20% y a la vez incrementa salvajemente las tarifas. Es un nuevo golpe al bolsillo, que se suma a las subas en otros servicios como gas y agua, además de miles de despidos y suspensiones.

Los que debemos soportar este aumento somos los que viajamos todos los días en transporte público: millones de trabajadores, jubilados, estudiantes, docentes y los sectores populares que utilizamos el colectivo, subte o tren para llegar a nuestros trabajos.

Este ajuste del macrismo nosotros ya lo vivimos en el subte, así gobernó el PRO en la Ciudad. En 2012 la tarifa pasó de $1,10 a $ 2,50. En 2013 hubo un aumento del 40%. La última suba fue en marzo de 2014 y ahora anuncian que subirá en dos meses de $4,50 a $7,50. Desde que Macri se hizo cargo del subterráneo, aumentó un 581 %.

Pero además la forma de implementarolo es una burla: todavía no se han realizado las audiencias públicas, pero ya anunciaron el aumento.

Nosotros viajamos mal, ellos ganan millones

Durante años los empresarios recibieron millonarios subsidios que no usaron para mejorar el servicio, sino todo lo contrario. Desde la gestión kirchnerista, pasando por el macrismo, compraron trenes que luego no eran adaptables al sistema de subterráneos argentinos (por las vías, los andenes o el sistema de seguridad). Se hicieron millonarias reformas para adaptarlos, que pagó también el Estado y sigue habiendo un pésimo servicio para el usuario: demoras, accidentes y en las horas pico hay que dejar pasar dos o tres formaciones para viajar igual en condiciones deplorables. Todos los días van quedando vagones que dejan de funcionar y paralizan el servicio por horas. Y así una sumatoria de problemas que hacen un servicio desastroso para los casi 800.000 usuarios diarios.

En cambio, el servicio es muy rentable para la concesionaria Metrovias. Durante doce años de subsidios millonarios, sin invertir un peso, dejando obras a medio camino, “se la llevó en pala”. En estas condiciones aplican un tarifazo a millones de pasajeros que no tienen otra opción para trasladarse con salarios que en la mayoría de los casos no superan los $8.000, porque encima nos ponen topes a las paritarias.

¿Quién enfrenta el tarifazo?

Ninguno de los burócratas de los gremios del transporte ha salido a repudiar este aumento. Roberto Fernández de la UTA llegó al colmo de acompañar al ministro Dietrich en el anuncio. No nos extraña, pues la UTA siempre ha estado a favor de los subsidios y de los empresarios.

Tampoco hablaron Maturano de La Fraternidad ni Sergio Sasia de la Unión Ferroviaria. Esta connivencia con el nuevo gobierno, como lo hicieron con el anterior, les garantiza negocios a costa de nuestro trabajo y de las condiciones en las que mantenemos los servicios funcionando.

Ante esta situación desde nuestra Agrupación Bordó de trabajadores del subte, y desde el lugar que ocupamos en el Secretariado Ejecutivo de la AGTSYP, vamos a plantear a nuestro sindicato hacer una gran campaña denunciando este tarifazo. Hay que poner en pie comités de trabajadores y usuarios para enfrentar este ajuste, con petitorios, acciones en las líneas como apertura de molinetes y todo lo que esté a nuestro alcance. Apoyando movidas como la de los estudiantes y organizaciones que se van a movilizar por el boleto educativo gratuito, o confluyendo con otros sectores combativos de ferroviarios o choferes. Porque somos los trabajadores y usuarios a los que realmente nos interesa un servicio, seguro, barato y eficiente. Para eso, nuestra salida de fondo pasa por la estatización del transporte, y de todos los servicios públicos, bajo administración de los trabajadores y con control de usuarios.