La minera perteneciente al grupo transnacional BHP, fue multada por más de $6.000 millones. La Superintendencia de Medio Ambiente (SMA), informó que el daño que la compañía ha provocado sobre las aguas en parte del Salar de Atacama son irreparables. Ante la degradación del medio ambiente, es necesario una política y un plan racional de mano de la clase obrera junto a las comunidades.
Viernes 11 de marzo de 2022
La SMA constató que la compañía minera produjo un daño irreparable en el ecosistema de las Vegas de Tilopozo, en el Salar de Atacama. Esto producto del perjuicio ocasionado en las aguas subterráneas que sostienen este ecosistema, lo que se traduce en la reducción del nivel freático (la capa superior del agua acumulada en el subsuelo) mayor a 25 cm en el sector de de Tilopozo, superándose de forma irreversible desde el 2005, cuya denuncia fue presentada el 20 de abril de 2018, por el Departamento de Conservación y Protección de Recursos Hídricos de la Dirección General de Aguas (DGA).
Así, la Comunidad de Peine ha sido la principal afectada producto del uso a destajo de las aguas por parte de BHP, recurso hídrico que es central para el sustento económico y de las tradiciones ancestrales de la comunidad.
El Superintendente de Medio Ambiente, Cristóbal De La Maza declaró que "La infracción fue clasificada como gravísima en el año 2019, tras el análisis de todos los antecedentes y las inspecciones ambientales realizadas por la SMA, incluidas mediciones de profundidad del agua subterránea en los pozos de observación del acuífero y datos de monitoreo histórico que fueron remitidos por la empresa”, y que "como medida de mitigación del impacto sobre el recurso hídrico y la vegetación, la empresa comprometió en su Resolución de Calificación Ambiental (RCA) la limitación del tiempo de bombeo y, por su parte, la entidad contempla el monitoreo continuo y en línea del componente hídrico en cientos de puntos para la extracción de agua y salmuera y el seguimiento remoto del estado de sistemas vegetacionales Altoandinos con el uso de imágenes satelitales".
Por su parte, Minera Escondida dijo no estar de acuerdo con la resolución de la SMA y que “reitera su rechazo a la existencia de un supuesto incumplimiento de los compromisos adquiridos en la Resolución de Calificación Ambiental (RCA) N° 1/1997, que habilitó la extracción de agua en Monturaqui entre los años 1998 y 2019”.
¿Por qué los empresarios no pueden ser “verdes”?
El desprecio que tienen los grandes empresarios como lo expresa lo sucedido en el Salar de Atacama por parte de la transnacional BHP, no es un caso aislado ni tampoco una cuestión accidental o fallas en los análisis y mediciones de niveles del agua subterránea.
En los hechos, esto es parte de la ambición de ganancia que tienen los capitalistas, y es algo que hemos visto más irracionalmente durante las últimas tres décadas en el territorio, y lamentablemente el Salar de Atacama ha sido uno de los más afectados.
A firmas como BHP, se le suman los niveles de estrés hídricos provocados por las grandes compañías del litio como lo son SQM del ex-yerno de Pinochet, Ponce Lerou, quien durante el 2021 aumentó su fortuna a US$4.100 millones y la norteamericana Albemarle, la que espera este año obtener por ventas entre US$ 3.050 millones y US$ 3.150 millones, esta última por sí sola utiliza 63 mil millones de litros de agua al año en pleno Salar de Atacama. Por su parte, Minera Escondida obtuvo ganancias a septiembre del 2021 por US$2.662.904.000, lo que en ganancias diarias serían más de US$9 millones.
Lo anterior expresa, que los capitalistas no pueden ni les interesa ser “verdes”, no les interesa el medio ambiente, no les importa que por ejemplo como resultado de lo que sólo las dos grandes compañías del litio esperan producir de aquí el 2030, lo que sería una 18 veces más que lo actual, pueda implicar el agotamiento de las reservas de agua que utilizan las comunidades, lo de Minera Escondida es parte de lo mismo. Y esto se debe, a que están dispuesto a sacrificar el ecosistema y la vida de todo y todos menos ellos, con tal de seguir acumulando grandes ganancias, lo que es uno de los motivos principales por el cual el Estado chileno y los empresarios transformaron en un bien de consumo y mercantil el recurso hídrico.
La única forma de evitar lo irreversible es con la producción bajo el control obrero y las comunidades
La crisis ecológica es mundial, y no se resolverá mientras el patrón que actualmente rige la explotación de nuestros recursos son las ganancias capitalistas o por sanciones que en el caso de Minera Escondida equivale al 0,31% de las ganancias de septiembre del 2021. Pero a la vez, hay un sujeto que se encuentra en las “posiciones estratégicas” de la producción como lo es la minería, que bajo lógica empresarial destruye nuestro medio ambiente. Esos sujetos son las y los trabajadores, quienes mueven los engranajes de los medios de las compañías mineras. Pero, así como los mueven pueden paralizarlos y es más también controlarlos en perspectiva de una planificación racional.
Esa planificación racional de la producción, la distribución e incluso el consumo que sólo podrían llevar adelante las y los trabajadores que se encuentran en estas posiciones estratégicas de la economía, podría mitigar y reducir al máximo el impacto ambiental que han ocasionado los empresarios y su sed de ganancias. Por eso es necesario el control obrero de la producción, que junto a las comunidades y profesionales podrían racionalizar la producción, así como reconvertir la industria y su tecnología para terminar con la crisis ambiental producto de la acumulación capitalista.
