Ministra de educación señaló abrir la discusión para que el sistema completo de educación pública pase a ser mixto, sin embargo para acabar con las brechas de género al interior de los planteles educacionales el debate va más allá.

Suely Arancibia Auxiliar Hospital Barros Luco.
Lunes 1ro de abril de 2019
Luego de que el pasado viernes se dieran a conocer los resultados de la votación realizada en el Instituto Nacional, la cual tenía como fin conocer la opinión de la comunidad educativa respecto a si el Instituto debía pasar a ser mixto, la ministra de educación, Marcela Cubillos, salió a señalar que la educación pública debería ser mixta.
"Creo que en educación pública debiéramos tener, al menos, el debate para ver si es conveniente si el sistema completo vaya a educación mixta. Mi opinión personal es que debiera apostarse en la educación pública por educación mixta" señaló la ministra, agregando que “Tampoco hay que pasar por encima de familias que eligieron un proyecto educativo. Soy partidaria de que el debate se tenga luego"
La votación en el IN y las declaraciones de Cubillos necesariamente abren el debate sobre una educación sin segregación por sexo y no sexista, sin embargo el debate va más allá si los establecimientos son mixtos o no.
Demagógicamente la ministra de educación militante de la UDI habla de inclusión y educación pública mixta, sin embargo es la misma que junto a Piñera impulsan el proyecto de admisión justa, el cual solo viene a profundizar la segregación y la educación de mercado.
Así mismo, la ministra solo se refiere a la educación pública y señala que no “hay que pasar por encima de familias que eligieron un proyecto educativo”, sin realizar ningún cuestionamiento al negocio que hoy reina en materia de educación con los establecimientos privados, ni a la ligazón que tiene la Iglesia Católica con muchas instituciones educativas, en las cuales imparten su moral conservadora y se niegan a impartir educación sexual.
Mientras hablan de inclusión, la misma educación de mercado que defienden es la que deja a fuera a miles de mujeres pobres, si bien es necesario avanzar a un sistema educativo donde la enseñanza no sea exclusiva para uno u otro sexo, es necesario también avanzar a una educación laica, no sexista ni heteronormativa y que sea cien por ciento gratuita, para acabar con una educación para pobres y otra para ricos.