Un funcionario salpicado por los escándalos de corrupción de Arturo Montiel, exgobernador del Estado de México y tío de Peña Nieto, es el nuevo titular de la secretaría que maneja los planes sociales.
Lucía Rodríguez México D.F.
Jueves 8 de septiembre de 2016
Luis Miranda Nava, el nuevo administrador de los planes sociales de la Secretaría de Desarrollo Social (Sedesol), parece que muy poco sabe de la pobreza. Gusta de las mansiones, los lujos, y las escoltas de seguridad aparatosas. Eso lo saben bien los vecinos y los trabajadores de la colonia Lomas de Chapultepec, el selecto vecindario donde reside.
Según una investigación publicada por la revista Proceso, está por edificar una mansión en Sierra Ventana 300. El terreno -ubicado en la Barranca de Barrilaco, con de 1693 metros cuadrados- tiene un valor estimado de 55 millones de pesos y está a nombre de su esposa, Alma Laura Saldaña Farach.
Mientras tanto, su lugar de residencia es una mansión propiedad de la familia Burillo Azcárraga, emplazada en la calle Sierra Gorda 525 de las Lomas de Chapultepec: 1,902 metros cuadrados, al mejor estilo de la casa blanca de Angélica Rivera.
La renta neta que debería pagar por mes, de acuerdo con la investigación de Proceso, debería rondar los 218,000 pesos mensuales, una cifra que casi duplicaba los 135,967 pesos netos que Miranda Nava percibía como funcionario en 2015.
Un amigo fiel
Luis Miranda Nava es parte del grupo Atlacomulco, el sector dominante del Partido Revolucionario Institucional (PRI).
Durante el sexenio del ex gobernador Montiel, fue director jurídico, luego subsecretario de Asuntos Jurídicos y llegó a titular de la Secretaría de Administración y Finanzas del Estado de México. En 2005 la Procuraduría General de la República (PGR), lo investigó en 2005 por ser sospechoso de actuar de prestanombres de Montiel, que poseía 123 propiedades en la entidad que gobernaba.
Pasó el tiempo, las aguas se acallaron, y en 2007 Peña Nieto, durante su gubernatura del Estado de México, lo nombró subsecretario de gobierno, y en 2009 ya había ascendido a secretario. En el medio, fue uno de los responsables políticos de la represión al pueblo de San Salvador Atenco.
Durante la campaña presidencial de Peña Nieto fungió como vicecoordinador político. Luego, con su jefe y amigo ya como titular del Poder Ejecutivo, le dio el cargo de subsecretario de Gobernación, el número dos luego de Osorio Chong.
Ahora, Miranda Nava se ha convertido en uno de los administradores de la crisis del gobierno. El que debe contener con asistencia social los focos más grandes de pobreza, como medida preventiva tendiente a evitar que se exprese el descontento y el hartazgo ante la miseria.
Apenas en 2015, el Consejo Nacional de Evaluación de Política de Desarrollo Social (Coneval) reconoció que 46.2% de la población está en situación de pobreza. Los números golpean como un látigo: hay alrededor de 55.3 millones de personas pobres. Y esto, en gran parte, es resultado de la proliferación de los salarios mínimos, los más bajos de la Organización para la Cooperación y el Desarrollo Económico (OCDE).
Los programas Prospera y la Cruzada Nacional contra el Hambre, administrados por la Sedesol, han sido utilizados como forma de comprar el voto de los que menos tienen. Una manera vil que tiene la “clase política” de aprovecharse de la miseria que ellos mismos generan gobernando al servicio de las trasnacionales, los magnates como Slim y el imperialismo estadounidense.