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Red Internacional
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ACTUALIDAD. Misterio incómodo: la posición de MORENA sobre la marihuana

Muchos personajes de la política nacional se han pronunciado en torno al debate sobre la legalización de la marihuana. PRI, PAN, PRD y otros partidos han hecho públicas sus posturas y, sin embargo, llama la atención el silencio de MORENA. La ausencia de una postura concreta en su programa a nivel nacional salta a la vista, así como en las propuestas de sus candidatos rumbo a la Constituyente de la Ciudad de México.

Nancy Cázares

Nancy Cázares @nancynan.cazares

Miércoles 18 de mayo de 2016

La legalización de las drogas, particularmente la marihuana, no es tema nuevo de debate. A casi cien años de su prohibición en México, la política estatal ha dado saltos en el manejo de su producción y consumo. La línea de “lucha” contra las drogas, calcada del modelo estadounidense, se ha empeñado en llevar el tema al terreno de la seguridad nacional y a desplegar todo un entramado jurídico y judicial para controlar y perseguir el consumo de sustancias declaradas “ilegales”.

Recientemente, el debate adquirió nuevas dimensiones con los dichos de Enrique Peña Nieto en la Sesión Especial de la Asamblea General de la Organización de las Naciones Unidas (ONU), en donde sugería que debía avanzarse en materia de legalización de ciertos aspectos en torno al cannabis. Esta propuesta no contiene grandes avances, por mucho que planteé elevar el gramaje portable permitido de 5 a 28 gramos (cantidad desde hace mucho tiempo aceptada por instancias de la ONU), pues cuestiones como la siembra y el comercio de la marihuana siguen sin contar con propuestas regulatorias reales.

MORENA sin posición rumbo a la Constituyente

Andrés Manuel López Obrador (AMLO), dirigente nacional del Movimiento de Regeneración Nacional (MORENA) ha evadido el tema desde que ocupaba el cargo de Jefe de Gobierno del entonces Distrito Federal y desde que emprendió su carrera a los Pinos. En aquellos años, declaró que había otros temas de mayor importancia en la agenda. Esta postura es la misma que mantiene hasta la fecha, calificando como “cortina de humo” la discusión.

En su programa a nivel nacional, MORENA menciona el tema diciendo que “la violencia desatada por una equivocada política de combate al narcotráfico que emplea sólo medidas coercitivas y viola los derechos humanos ha costado al país decenas de miles de muertes, sobre todo de jóvenes a quienes se les han negado los derechos sociales y una esperanza de vida digna” sin volverlo a mencionar nuevamente en las 9 páginas que componen el documento disponible en la página oficial de MORENA.

En el programa presentado por los candidatos de MORENA para conformar la próxima Asamblea Constituyente de la Ciudad de México tampoco hay claridad. Inclusive el Partido de la Revolución Democrática, responsable directo de la desaparición de nuestros 43 normalistas y cómplice activo de la aprobación de las reformas estructurales, toma posición, aunque sigue por la línea del PRI y el PAN de tratar el tema con una perspectiva de “seguridad”, según declaró su Comité Ejecutivo Nacional, que fortalece las medidas de militarización y criminalización.

Si bien es cierto que el grupo parlamentario de MORENA en la Cámara de diputados ha promovido reformas a la Ley General de Salud y al Código Penal Federal encaminadas a la despenalización del uso industrial del cannabis, ha sido sólo en torno al cáñamo (variedad del cannabis sativa con una menor cantidad de tetrahidrocannabidol) y sólo especifica algunos puntos con respecto a la siembra industrial. Una evasión más de la discusión sobre el consumo con fines medicinales y recreativos, así como el del cultivo individual (actualmente castigado con penas que van de uno a seis años de prisión).

¿Un tema menor?

AMLO señaló, tras las declaraciones de EPN, que la corrupción, la desigualdad, la pobreza y la violencia son temas más apremiantes que hablar de la legalización de la marihuana. Sin embargo, invisibiliza que hablar de legalización y no sólo de despenalización ha sido un tema tan ríspido no sólo por los prejuicios sobre su consumo, sino por el gran negocio que significa que sea ilegal y por la política de militarización que le rodea.

Cultivo, cosecha, preparación, transporte, compra venta, almacenamiento, portación, consumo, cada aspecto penalizado, con excepción del consumo (legalidad que de inmediato se contradice con la ilegalidad en que se mantiene el resto del proceso). ¿Sobre qué bases se acaba con “la corrupción” en torno a un producto que no solamente es ilegal, sino que es la droga más consumida en México y en el mundo?

Negarse a reconocer que es necesario legislar en torno a este tema es cerrar los ojos ante las cifras que son cada vez más apremiantes, no sólo en cuanto a su consumo, sino a esas otras cifras, las de los muertos y los presos que ha dejado tras de sí la agenda prohibicionista y punitiva impuesta desde Washington.

La prohibición ha sido aprovechada por el crimen organizado y ha generado un negocio millonario del que participan todos los niveles de gobierno. Atacar únicamente esta colusión entre la clase política y hampa es como querer frenar una inundación sin detener primero el origen de la misma.

Marihuana legal YA

El debate no es sólo por el uso de los derivados de la marihuana para fabricar fibras, telas y papel. Aunque es importante señalar que una sola planta puede rendir cinco veces lo que un árbol en la fabricación de papel y que sus bondades medicinales y terapéuticas están siendo poco a poco estudiadas y comprobadas por la ciencia (pues desde hace muchos años se utiliza de forma tradicional en el manejo de determinadas dolencias), no podemos dejar de mencionar que el debate en torno a las drogas atraviesa necesariamente por el derecho al libre desarrollo de la personalidad y a la capacidad que cada persona tiene de decidir sobre su cuerpo.

El intento estatal de controlar cada aspecto de nuestras vidas y de hacernos respetar sus leyes nos condena a la estigmatización y nos deja en manos de la extorsión policiaca. Permitir su consumo pero penalizar sembrarla, comprarla o almacenarla, es el camino más corto para perpetuar dinámicas de esa corrupción en la que, por participación o por omisión, todos los partidos del régimen están involucrados.

Es responsabilidad del Estado garantizar medidas sanitarias que se enfoquen en la educación y no en la desinformación, en el tratamiento y no en la criminalización de aquellas personas que así lo requieran. Sin más policía en las calles, sin impuestos onerosos para quien la siembre o en el pago del consumo individual. Tal es la propuesta de la fórmula número 5, Anticapitalistas a la Constituyente.