A propósito del grave problema de escasez de medicamentos. El círculo vicioso del modelo rentista. Los laboratorios y su sagrado dogma de la "rentabilidad". Jugosas ganancias detrás de una necesidad vital del pueblo y sobredosis de demagogia en gobierno y oposición.
Jueves 2 de febrero de 2017
Acusaciones cruzadas entre gobierno y oposición se suscitaron en torno a la problemática del grave déficit de medicinas, a partir de que el pasado viernes 27, el ex ministro Henry Ventura expusiera en el Teatro Nacional de Caracas, una tesis recriminatoria que reza abiertamente: "Escasez de medicamentos provocada por los laboratorios".
El círculo vicioso del modelo rentista
El médico Jacobo Mora, respaldando la tesis expuesta por el ex ministro Ventura, alegó como quien dice manejar todos los elementos probatorios (sin mostrarlos) que el problema de la escasez de medicamentos responde a un complot diseñado por el imperialismo norteamericano, el cual -según él- se estaría concentrando en atacar tres industrias estratégicas: la petrolera, de armamentos y la farmacéutica.
Como suele suceder después de un virulento y encendido diagnóstico proveniente de voceros del oficialismo, el antídoto que prescribe el médico especialista es el de enfrentar el complot con "unidad de todos los sectores y del pueblo"... con el gobierno de Maduro.
Por su parte, Esperanza Briceño, en representación del Ministerio del Poder Popular para la Salud, confía en que las soluciones provengan de una reforma de la Ley de Medicamentos para hacer que los médicos receten el nombre genérico del medicamento y la población pueda conocer el principio activo antes que la marca de los mismos, raquítico "avance" para una realidad afectada por súper marcas con precios que penetran la estratósfera y genéricos que desaparecen de la faz del país.
Durante su exposición el ex ministro Ventura se dedicó a amplificar la tesis de la "Guerra económica" en el terreno de la medicina, y los paralelismos no faltan, la "inflación inducida" de aquella se traduce en la "escasez inducida" de este otro sector, del mismo modo en que considera que la misma "no es una problemática económica sino política", pues -según refiere- la "conspiración de los laboratorios contra el pueblo" involucra el financiamiento a diputados de la derecha, incurriendo en "un acto criminal" contra el pueblo.
Las "contundentes evidencias" presentadas por Ventura no fueron otra cosa que un registro de datos que cualquier persona curiosa con un ordenador o móvil podría averiguar: en el año 2004, cuando no hubo escasez de medicamentos el Ejecutivo Nacional asignó 608 millones de dólares a los laboratorios, en cambio en 2013 se les asignó USD 3.200 millones, y en 2014 USD 2.400 millones, indicó que es prueba suficiente para "iniciar una investigación" (!), ¿y las acusaciones de complot que eran?
Pero si esto es así, los laboratorios y la oposición, no serían los únicos en burlarse de las necesidades del pueblo, también lo estaría haciendo el propio gobierno al sostener y defender este mismo esquema que reproduce las calamidades que vive la población más necesitada, al seguir llamando "a los laboratorios (a) que liberen los medicamentos porque el Gobierno del presidente Nicolás Maduro (ya) les entregó las divisas" (!).
Incluso, el llamado "Motor Farmacéutico", uno de los "quince motores" a los que apuesta el oficialismo, no pasa de ser una repetición del mismo esquema rentista fracasado, la misma subordinación a la engañosa promesa del supuesto "empresariado (farmacéutico) patriota", que como el conjunto del empresariado industrial del país, creció a la sombra de la renta petrolera, la explotación de una mano de obra barata y las enormes desigualdades y necesidades del pueblo pobre.
Los laboratorios y el sagrado dogma de la rentabilidad
Por supuesto, no se hizo esperar la respuesta del presidente de la Federación Farmacéutica Venezolana (Fefarven), Freddy Ceballos, quien hizo declaraciones a la prensa alegando que actualmente el país alcanza el 85% de escasez de medicamentos "porque lamentablemente las empresas ya no pueden dedicarse a programar y planificarse por la cantidad de problemas que tenemos".
Recordemos que este sector, el farmacéutico, es uno de los más empecinados en exigir la liberalización completa del dólar (y de precios) como precondición para el "funcionamiento normal" de los laboratorios, habida cuenta de la ingente cantidad de divisas que anualmente ingresan a una hoja de cálculo secreta que jamás verán los pacientes que ven encarecerse diariamente diferentes medicamentos, en eso consiste su "programarse y planificarse".
Prosigue Ceballos: "Todo se lo achacan a los precios del petróleo, nosotros no conocemos ningún país exportador de petróleo donde estén muriendo pacientes por falta de medicamentos... Al país llegan medicamentos (importados) que prácticamente cuestan más que un sueldo mínimo".
Ciertamente sucede que el gobierno y las mafias que manejan las importaciones sacan provecho de una necesidad vital como la de los medicamentos costosos que burlan los míseros sueldos de los trabajadores, pero el señor Ceballos no tiene escrúpulos en reconocer que "estén muriendo pacientes por falta de medicamentos" cuando argumenta esto movido de un similar y mezquino afán de lucro. Dice al gobierno "No, señores, acepten que es un problema de producción", donde la industria farmacéutica se presenta como la "producción", aspirando disponerlo todo, arrodillando a los que producen con sus propias manos los problemas de salud que sus sueldos no podrán "sanar".
Una sobredosis de demagogia
La escasez de medicamentos y su encarecimiento desmedido vienen siendo uno de los terrenos donde la oposición derechista ha invertido mayores dosis de demagogia con su llamado a "crisis humanitaria", reclamando al gobierno la "apertura de canales humanitarios" y hasta convocando a "marchas de los récipes", mientras el gobierno se limita a huir hacia adelante sin mirar para los lados la realidad del país.
No es ningún secreto las razones políticas por las cuales la derecha no dice una sola letra que comprometa la prédica de los laboratorios y su sacrosanta rentabilidad, los hermana la razón empresarial, esa comunidad de intereses entre la ubicación de clase de los industriales nacionales y transnacionales, y su ubicación política como oposición pro patronal y pro imperialista. Pero como hemos visto, la habilidosa instrumentación de las necesidades del pueblo con fines políticos no es cosa que le sea exclusiva a la derecha opositora, el foro preparado por el gobierno sobre la problemática de la escasez de medicamentos, no pasa de ser otro intento de vertir ingentes dosis de demagogia para evadir responsabilidades propias.
El "acto criminal" denunciado queda como una simple burla o compromiso con la impunidad criminal si no se pone públicamente al desnudo todas las pruebas de los mecanismos de chantaje y extorsión, si no se toman medidas elementales para despojar a estos criminales de su principal arma contra el pueblo, la industria farmacéutica misma.
Mientras gobierno y oposición vierten su demagogia la vida y la salud de millones peligra, y las farmacéuticas nacionales y transnacionales incrementan sus ganancias.
Solo la clase obrera puede dar una salida de fondo
La nacionalización de la industria farmacéutica bajo control de los trabajadores es un primer paso para dar una salida para estos padecimientos, poniendo en marcha junto con médicos, farmaceutas, especialistas y comunidades vulnerables, un verdadero plan nacional de producción y abastecimiento de medicamentos gestionado directamente por sus productores directos.
Esta medida tiene que estar acompañada de la nacionalización de toda la banca, creando una banca estatal única, bajo control directo de los propios trabajadores y disponer de todos los recursos para las necesidades de los trabajadores y el pueblo pobre. Mientras se sufre la escasez de medicinas se han pagado más de 60 mil millones de dólares en tres años a los buitres del capital financiero internacional, basta de seguir pagando la deuda externa a costa del pueblo.