Martes 7 de mayo de 2019
Ayer la Comisión Permanente del Congreso de la Unión determinó, con 30 votos a favor del PRI, el PRD, Movimiento Ciudadano (MC) y Morena, 6 en contra del PAN y cero abstenciones, iniciar un periodo extraordinario de sesiones a partir de mañana 8 de mayo a las 10:00 horas.
En la Cámara de Diputados, el asunto único a tratar será la reforma educativa. En el Senado, además de dicha reforma se abordarán, entre otras, las cuatro leyes secundarias de la Guardia Nacional.
La reforma educativa pasó a periodo extraordinario luego de que en el Senado no pudiera aprobarse el 30 de abril por un voto, esto debido a que el PRI, el PRD y MC la votaran en contra en lo particular. El PAN, por su parte, la votó en contra en lo general.
Para estos partidos, al parecer, el dictamen que recibieron de la Cámara de Diputados -que votó la reforma de madrugada y en periodo vacacional- no es suficientemente neoliberal, por lo que tiene que regresar a la Cámara Baja.
El coordinador de Morena en San Lázaro, Mario Delgado, adelantó que la Cámara de Diputados aceptará algunas reservas a la reforma educativa presentadas en el Senado por el PRI y MC. No es nuevo que el legislador haga concesiones pragmáticas para sacar acuerdos, en lo cual comparte posiciones con el Secretario de Educación, Esteban Moctezuma.
López Obrador, por su parte, en su conferencia matutina de este lunes expresó su deseo de que en el periodo extraordinario se apruebe la nueva reforma educativa, “que cancela a la anterior”.
De esta manera, AMLO insiste con su discurso de que se cancela la reforma de Peña Nieto, lo cual ha sido desmentido hasta el cansancio por numerosos especialistas en educación y por la CNTE, así como lo hemos hecho desde la agrupación magisterial Nuestra Clase, señalando la continuidad neoliberal en la reforma de la 4T.
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En la conferencia, además, aunque el Presidente dijo que se mantenía el diálogo abierto con los maestros y que “si no están conformes tienen todo su derecho a manifestarse”, agregó que “no se trata de protestar por protestar”, que “cuando se plantean cosas irracionales no se ve bien”, y advirtió sobre la utilización de la fuerza de la opinión pública, tal como lo hizo contra la lucha de los maestros michoacanos a principios de año.
El magisterio no debe confiar más en el gobierno
Mientras el gobierno quiere confundir al magisterio con maniobras como el memorándum del 16 de abril, el Morena se prepara para aprobar, junto a los partidos del Pacto por México, la nueva reforma educativa neoliberal.
Leer: Memorándum, oposición parlamentaria y el magisterio frente a la reforma educativa
Se trata, además, de los mismos partidos que ya votaron, por ejemplo, la Guardia Nacional y con ello la continuidad de la militarización del país; o la nueva reforma laboral, que restringe más el derecho a huelga y deja intacto el outsourcing. Ellos son los que legislan sobre la educación pública, con el aval del Ejecutivo y a favor de los empresarios.
En cuanto a la CNTE, si bien rechaza la reforma educativa de AMLO y exige “abrogación, no simulación”, prepara un paro de 72 horas para el 15, 16 y 17 de mayo y acordó una consulta para un paro indefinido, el problema fundamental que vemos es la insistencia en buscar diálogo y mesas de negociación con el gobierno.
No porque nos opongamos a que pueda haber diálogo, sino porque opinamos -como hemos venido insistiendo desde Nuestra Clase- que la clave está en levantar una política independiente del gobierno, los partidos y las instituciones del régimen, para el desarrollo de la lucha magisterial junto a los padres de familia y otros sectores de trabajadores, los normalistas y todos los estudiantes afectados por la nueva reforma educativa.
Es decir, la clave está en generar una correlación de fuerzas favorable para imponer la abrogación total y efectiva de la reforma educativa del Pacto por México. Consideramos que la CNTE, como referente nacional de lucha, debe retomar esta perspectiva para preparar los paros que vienen y vencer.
Que López Obrador mantenga en el discurso que la reforma se cancela, la votación del dictamen por las “Comisiones Unidas” aprovechando el retiro de la CNTE de San Lázaro, y el “madruguete” del 25 de abril en la Cámara de Diputados, son motivos suficientes para dejar de confiar en el gobierno y las instituciones del régimen.
Respecto al anzuelo lanzado por Mario Delgado en el sentido de que el magisterio podrá participar en la elaboración de las leyes secundarias de la reforma educativa, citamos las palabras de Hugo Aboites:
“En un aparente intento por ofrecer esperanza, el Presidente ahora reitera que debe darse prioridad a los normalistas y desde la Cámara se habla de que las demandas y rectificaciones se incluirían en la legislación secundaria. Viendo cómo se arrasó con las propuestas y reservas de las minorías y hasta con la propia iniciativa presidencial, sería ingenuo confiar de nuevo.” (La Jornada, 27/04/19)
Te invitamos a organizarte en la agrupación Nuestra Clase para impulsar juntos una política independiente y combativa para el magisterio, en defensa de la educación pública y gratuita y de los derechos de los trabajadores de la educación.