Entrevista a trabajadoras y trabajadores del local de Mostaza del Portal Patagonia Shopping de Neuquén donde cuentan el maltrato laboral que sufren y cómo la empresa dejó empleados en la calle ante la pandemia.
Miércoles 15 de abril de 2020 17:08
“Lo mejor de trabajar en Mostaza es el ambiente” dicen dos sonrientes actores, simulando ser empleados satisfechos, en un video promocional de la sección “Trabaja con nosotros” del sitio web de Mostaza. Así la empresa invita a jóvenes trabajadores a “sumarse al equipo”, en un lavado de cara también incluye sponsoreo a la Selección Nacional de Futbol, publicidades con reconocidos conductores de TV y promesas de hamburguesas más grandes que las de la competencia. Una enorme maquinaria de marketing preparada para ocultar las duras condiciones de trabajo a las que someten a pibas y pibes en los más de 130 locales con los que cuenta la franquicia en todo el país.
Mostaza lleva más de 20 años operando en el mercado de comida rápida, además de Argentina tiene sedes en Paraguay y Uruguay y se calcula que emplea más de 3500 personas en toda la cadena. Su modelo de negocios mixto, entre franquicias y tiendas propias, le permite altos niveles de rentabilidad. Su CEO y accionista mayoritario, Christian Galdeano Alvarado, se jacta en revistas empresariales de que la baja del consumo y contracción de la actividad en Argentina en 2019 no les afectó, por el contrario, tuvieron un crecimiento del 7% en sus ventas.
Pero la realidad que viven sus trabajadores dista mucho del paraíso laboral que venden en sus publicidades. En esta ocasión entrevistamos a trabajadoras y trabajadores del local que tiene Mostaza en el Portal Patagonia Shopping de Neuquén, pero como ellos mismos cuentan su situación es muy similar a la que sufren quienes trabajan en otros locales de comida rápida. Un verdadero modus operandi de cadenas como McDonald’s, Burger King, etc. que cuentan con una estructura montada para explotar al máximo a sus empleados, robándoles horas de trabajo impagas con las que amasan fortunas millonarias.
Trabajo gratuito
“Hago muchas horas y he tenido un montón de problemas por el pago. Nunca respetan las horas de trabajo que hacemos.” Es lo primero que nos dice uno de ellos al comenzar la entrevista, mientras otro de los chicos cuenta que “después de la 1:30 de la mañana no se pagan más las horas, pero a nosotros nos tienen trabajando hasta las 4 de la mañana. Hay veces que terminas tu horario, pero te obligan a hacer 6 u 8 horas más. Eso molesta mucho porque nos cansamos y cuando te hacen hacer 7 u 8 cierres de local seguidos ya llega un punto que se te revienta la cabeza.”
Para las pibas las cosas tampoco van bien. “Al principio, por falta de personal me hacían cubrir francos y varias horas extra. Cuando empecé a decir que no porque me cansaba de los doble turnos que no me pagaban bien, cambiaron el trato y me empezaron a descontar horas. Te tratan bien mientras les convenís y después… bueno.” Es el relato de una trabajadora que ha escuchado excusas insólitas por parte de la empresa para pagarles menos, como sanciones por no sonreír lo suficiente. Otro trabajador reconoce que hace horas extras desde el primer día que entró: “vos te vas en el horario que ellos quieren, para salir en tu horario tenés que rogarles”.
Pero no solo de horas de trabajo no remunerado vive esta empresa. Una chica nos contó que muchas veces el sueldo lo perciben en cuotas, primero una parte y luego tienen que reclamar reiteradas veces para que les depositen el resto.
Maltrato
La cuestión no termina ahí y se va poniendo cada vez peor. La entrevista continúa y todos nos cuentan que diariamente son objeto del maltrato por parte de gerentes y encargados. Lo que hacen es tan evidente que hasta algunos clientes se han quejado al verlo.
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“En la cocina hace mucho calor y la empresa no nos permite tomar agua. Hay veces que lo único que tomo en todo el día es el té que desayuno en mi casa. No te dejan consumir nada, ni agua.”
“No te dan tiempo de descanso, estoy ocho horas seguidas sin parar y no me dan un descanso.”
“El maltrato de los gerentes a veces te desanima, no sabes si seguir yendo a trabajar porque te desalientan con las cosas que te dicen.”
“Una compañera se quemó la mano y no la dejaron ir. La gerenta directamente le decía que no fuera al médico. Ella se tuvo que ir igual porque estaba en carne viva. En menos de 48 horas tuvo que volver a trabajar porque como nunca nos dieron nada de la ART si nos pasa algo no tenemos garantías para las licencias.”
“No les importa, a ellos no les interesa lo que te pase ahí adentro” es la conclusión evidente a la que llegan luego de compartir sus experiencias.
Pandemia: despidos y rebaja salarial
“Echaron a todos los chicos nuevos que entraron en enero y febrero y de los que quedaron ninguno cobró más de $10.000” es la respuesta que nos dan cuando les preguntamos qué decidió la empresa ante la pandemia del coronavirus. Nada de alcohol en gel, ni barbijos ni medidas sanitarias. Directamente despidieron a la mitad, aprovechando las precarias condiciones contractuales que tenían.
A pesar de haber trabajado hasta el día 15 del mes, en algunos casos superando las 60 horas trabajadas, los sueldos que percibieron no se corresponden ni si quiera con el mínimo de 40 horas que les habían prometido. Al día de hoy no les entregan los recibos de sueldos para impedir cualquier tipo de reclamo y tampoco les dicen que va a pasar el mes que viene, no saben si van a cobrar algo correspondiente al mes de abril.
A los despedidos directamente los echaron por WhatsApp y hay casos de pibes a los que no les quieren pagar por banco sino en efectivo en el local, por lo que van a tener que esperar hasta que termine la cuarentena para poder recibir su liquidación final.
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Ante esta situación el gran ausente es el sindicato de pasteleros que directamente ha ignorado los reclamos que algunos de los trabajadores acercaron a sus oficinas. Por lo que pudo averiguar La Izquierda Diario, la seccional local del sindicato está abocada a una lucha interna con la central de Buenos Aires para ver quién se queda con la cuota sindical de los trabajadores de la región. De organizar trabajadores y trabajadoras para enfrentar los despidos y rebajas salariales mejor no hablemos.
Medidas insuficientes para una situación cada vez más difícil
Las y los trabajadores de Mostaza son muy jóvenes, tienen entre 18 y 22 años según la política de la empresa. Sin embargo, nos cuentan que con su trabajo se hacen cargo de sus gastos, algunos alquilan e incluso son sostén de sus familias.
“Yo tengo familia que depende de mí. Estuve meses buscando laburo, lo conseguí acá y me echaron. La única entrada que teníamos era lo que yo estaba ganando. Tenemos casa, pero mi familia come porque yo trabajo, si no trabajo no comen. Estamos sobreviviendo con lo que teníamos de antes, pero cuesta.”
“Tuvimos que pedir que nos dejen pagar menos de alquiler, porque nos quedaban $1000 para todo el mes. El mes que viene se nos va a complicar para pagar la universidad y no abandonar.”
“Vivo con mi familia y tal vez no la estoy pasando tan mal como algunos compañeros. Pero siempre aporto para pagar los servicios de mi casa. Ayer fui a comprar y me gasté la mitad del sueldo. Iba a empezar a estudiar este año, pero con esto no pude.”
Uno de ellos sintetiza la incertidumbre que recorre a todos y todas: “El tema es que hacemos el mes que viene que no trabajamos en todo el mes. Si trabajando cobramos $5000 ¿qué pasaría si no trabajamos en todo el mes?”
A esta altura resulta obvio, pero hay que decirlo: las medidas que vienen adoptando tanto el gobierno nacional como el provincial no dan ninguna respuesta la realidad que viven estos trabajadores. Varios intentaron acceder al bono de $10.000, pero como en Anses figuran con trabajo o reciben la obra social por parte de algún familiar no pudieron. Nadie puede vivir con un sueldo de $5.000. Nadie puede salir a buscar trabajo en esta situación. Mientras las grandes empresas reciben subsidios, créditos y ayudas por parte del Estado, millones de laburantes no tienen ni para comer. Las y los propios trabajadores de Mostaza son conscientes de esto:
“Para mí son insuficientes las medidas del gobierno, porque la salud y la economía tenían que venir de la mano. ¿Si no hay ingresos como pretenden que sigamos pagando impuestos o servicios? En Argentina hay mucho trabajo en negro, son personas que no están recibiendo ayuda”
“Dijeron que iban a prohibir despidos por 60 días, pero yo quiero cobrar mi plata de este mes y además ¿Qué va a pasar con nosotros después de esos 60 días? Yo necesito saber que va a pasar con nosotros.”
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Una salida de las y los trabajadores
Las promesas de prosperidad de la mano de Vaca Muerta no se vieron reflejadas en ningún cambio en las condiciones de vida de esta juventud trabajadora, que al igual que en los grandes centros urbanos del resto del país, conforman la mano de obra descartable para las empresas de servicios y comercio.
En La Izquierda Diario venimos reflejando la realidad de una juventud trabajadora super explotada, que no muestran los grandes medios de comunicación afines ni opositores al gobierno. Pero como decía Nicolás Del Caño en un vivo de Instagram, queremos que el diario sea una herramienta no solo para denunciar sino también de organización, donde abrir debates y discusiones, para organizarnos por las peleas cotidianas de todos los días, pero también para construir una alternativa política capaz de terminar con este sistema capitalista de explotación y opresión. Esta idea es la que impulsamos desde la Juventud Trabajadora del PTS Neuquén. Nuestras vidas valen más que las ganancias de un puñado de capitalistas. Estas son algunas de nuestras reivindicaciones:
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