La izquierda junto a organizaciones sociales y trabajadores en lucha convocan a movilizarse contra el acuerdo con el FMI anunciado por el gobierno nacional y que es apoyado por los gobernadores, grandes empresarios y la CGT.

Gastón Remy Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.
Lunes 7 de febrero de 2022 10:15
Un acuerdo de coloniaje. Tal como ha sucedido en cada acuerdo con el FMI, Argentina, marcha hacia una mayor dominación por las potencias imperialistas, comenzando por Estados Unidos (el mandamás en el Fondo, que cuenta con poder de veto) detrás del cual se encuentran Japón, China y Alemania, entre otros. Estos Estados van a presionar por mejorar los negocios de los capitales extranjeros que controlan el 62% de las grandes empresas en el país, aquellas que ya están explotando los recursos minerales y petroleros, controlan los puertos y el agronegocio, telecomunicaciones, alimentos y un largo etcétera. El gobierno nacional y los gobernadores les facilitan esta tarea, diciendo que “hay que conseguir dólares para pagar la deuda”, abren el país al saqueo de los recursos naturales (litio, petróleo offshore, fracking, recursos pesqueros y forestales, etc.), sin importales el altísimo impacto sobre el medio ambiente. En este marco de entrega, la revisión trimestral de los burócratas del Fondo sobre la economía argentina es casi un detalle. Kristalina Georgieva (titular del FMI) y los empresarios que festejan el acuerdo, cuentan con los funcionarios locales que con traje y corbata cumplen el papel de los soldados indios al servicio del imperio británico, francés y portugués durante la colonización de la India. Fernández, Morales y todos los que festejan o incluso quienes critican el acuerdo desde el propio FdT pero no se oponen en las calles junto a la clase trabajadora al acuerdo con el FMI, son los cipayos del siglo XXI. Por eso, la pelea contra el acuerdo con el FMI y el pago de la deuda, es parte de una cuestión de fondo, expulsar al imperialismo del país y de toda América Latina.
Sin asado y con más ajuste al bolsillo
El acuerdo anunciado por el gobierno nacional con el Fondo y apoyado por Morales y los gobernadores trae un mayor ajuste sobre el pueblo trabajador, aunque traten de disfrazarlo de otra cosa. La hoja de ajuste al déficit fiscal hasta llegar a cero en 2025, la suba de las tasas de interés por encima de la inflación, la devaluación del peso y los tarifazos en los servicios públicos, implicarán profundizar el camino iniciado por Macri contra los jubilados cuyo poder de compra desde 2015 perdió un 23% y contra los trabajadores cuyos salarios en promedio cayeron un 20%. Las y los trabajadores estatales jujeños lo viven cada año con las paritarias que quedan por debajo de la inflación y cada vez con salarios más lejos de la canasta familiar. No es casual que Morales haya sido el primer gobernador que felicitó al Presidente por el acuerdo con el Fondo. Para que quede claro, el FdT no solo no devolvió el asado; sino que seguirán ajustando en nombre de cumplir con el FMI. Morales, lejos de la “pobreza cero” anunciada con Macri multiplicó la pobreza y lo seguirá haciendo. Del otro lado, los grandes empresarios (extranjeros y nacionales) en los últimos cuatro años pasaron de llevarse el 39,9 al 48,3 por ciento de la riqueza que se genera año tras año según el Indec. Esta política favor de los dueños del país es lo que hay que frenar en las calles con la fuerza organizada de la clase trabajadora, ocupados y desocupados, junto a los estudiantes, mujeres y pueblos originarios.
Cipayos en los sindicatos y organizaciones de masas
Los grandes empresarios que lanzaron una lluvia de comunicados a favor del acuerdo anunciado por el gobierno con el FMI cuentan con sus cipayos a sueldo en la CGT y la CTA. Los dirigentes sindicales vienen de una larga tregua que comenzó ante el gobierno de Macri diciendo “hay 2019” y hoy continúa llegando incluso la CGT a reivindicar el acuerdo con el Fondo. Ellos son los que garantizan con paritarias a la baja y despidos el retroceso de las condiciones de vida de la clase trabajadora que termina engordando los bolsillos de los empresarios. Se dividen tareas con otros cipayos que dirigen las organizaciones sociales de la denominada “economía popular”, dividiendo a ocupados y desocupados. Pero también hay cipayos en los centros de estudiantes que gestionan servicios a cambio de evitar todo cuestionamiento y organización del movimiento estudiantil a la crisis que recae sobre la Universidad (pese a que el Rector de la UNJu diga lo contrario) y aportan así su cuota de división para que la juventud no se una a la clase trabajadora. En Jujuy estas direcciones sindicales han dejado pasar ataques durísimos de Morales y las patronales como en el Ingenio La Esperanza, el cierre de minera Aguilar, Garbarino, entre otros. En el caso de los estatales aceptan sin plantear ningún plan de lucha serio las paritarias a la baja de Morales. Contra ellos también está planteada la exigencia a que rompan la tregua y convoquen asambleas para que las bases definan un plan de lucha unitario para recuperar lo perdido y esto no puede hacerse sin enfrentar de conjunto el plan del FMI que condicionará cada una de las decisiones del Estado argentino durante más de una década.
Ganar las calles y preparar la huelga general que expulse al FMI
El Frente de Izquierda Unidad ha impulsado junto a más de 200 organizaciones en todo el país una movilización independiente de los gobiernos contra el acuerdo con el FMI y el pago de la deuda bajo un programa para que la crisis la paguen los capitalistas. Estas acciones unitarias apuestan a mostrar que hay un “plan b” a la resignación que militan día a día los cipayos del FdT y la oposición de Juntos, siendo un ejemplo del camino que hay que tomar en las calles, apostando a organizar a la clase trabajadora y la juventud a multiplicar las acciones hasta imponer a la burocracia de la CGT y la CTA la huelga general con piquetes, tomas de facultades, colegios, etc., el único método de lucha que puede abrir paso a la expulsión del FMI. Pero no queremos un nuevo default como hizo Rodríguez Saá en 2001, por el contrario, nuestro programa apunta a evitar el saqueo al pueblo trabajador. Por eso, planteamos medidas como el monopolio del comercio exterior, controlar desde el Estado los dólares que ingresan por las exportaciones, como también decidir sobre qué importar y qué no, y redistribuir la renta del agronegocio o la minería hacia las necesidades del pueblo trabajador (aumento de salarios, jubilaciones y planes; un plan de obras públicas que genera trabajo genuino) como también fijar los precios internos. No puede ser que nos quieran imponer el precio de los alimentos y de la carne en dólares. Tampoco podemos permitir más extractivismo considerando los daños ambientales que ya está generado. Para evitar nuevos corralitos y la fuga de dólares, se necesita pelear por la nacionalización del sistema bancario, creando un banco estatal único, controlado por los trabajadores reorganizando el crédito para los pequeños productores, jubilados y trabajadores. La movilización del 8F apunta a fortalecer esta perspectiva de movilización unitaria, donde desde el PTS apostamos a la coordinación de distintos sectores en lucha en la provincia (despedidos del Casino, Garbarino, rurales de Ledesma junto a los trabajadores del ex Banco de Desarrollo) y lucha programática con las organizaciones convocantes de cara al pueblo trabajador.
Un partido para derrotar al FMI y sus cipayos
El FMI tiene en el FdT y Juntos a sus cipayos garantizados con quienes pretenden co-gobernar el país durante los próximos años. La clase trabajadora necesita poner en pie un gran partido dispuesto a organizar la pelea en los sindicatos, centros de estudiantes, en las organizaciones sociales y en los barrios, para que irrumpa en las calles la fuerza social del pueblo trabajador hasta imponer la huelga general que le ponga fin al acuerdo con el FMI y abra paso a la pelea por un gobierno de trabajadores en ruptura con el capital. Solo la clase obrera en el poder en alianza con los sectores populares y las clases medias arruinadas puede ajustar cuentas con el FMI y abrir paso a medidas de otra clase en defensa de la soberanía nacional (como mencionamos antes) y de los intereses más inmediatos de las mayorías populares hundidas en la miseria. Nuestro partido, el PTS viene impulsando esta perspectiva en los lugares de trabajo y estudio, proponiendo coordinar a los sectores en lucha; a la vez que nos jugamos a organizar agrupaciones que se preparen para disputar los sindicatos y centros de estudiantes con estos fines, en el parlamento junto a nuestros legisladores como en el Congreso con Myriam Bregman, Nicolás del Caño y Alejandro Vilca, denunciando este nuevo pacto de coloniaje y llamando a la movilización obrera y popular. Se trata de preparar conscientemente una fuerza política y social que se capaz de expulsar al FMI del país y avanzar en imponer una salida propia a favor de las mayorías trabajadoras.

Gastón Remy
Economista, docente en la Facultad de Cs. Económicas de la UNJu. Diputado provincial del PTS - FITU en Jujuy, Argentina.