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Red Internacional
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Cataluña. Movilizaciones juveniles por documental "Ciutat Morta": un caso de represión policial y corrupción silenciado

El sábado pasado, miles de jóvenes se sumaron a la iniciativa creada a través de las redes sociales #baixaalbar -baja al bar-, para visionar el documental Ciutat Morta “Ciudad Muerta”. Un documental que desgrana paso a paso el “4F”, uno de los mayores casos de represión policial encubierta entre Guàrdia Urbana -cuerpo policial de Barcelona-, responsables políticos y poder judicial.

Arsen Sabaté

Arsen Sabaté Barcelona | @ArsenSabate

Martes 20 de enero de 2015

“Cuando quiero darme cuenta me están esposando, gritando: es ella, la de los cuadros en la cabeza. Flipo, no sé cómo reaccionar, tengo el teléfono requisado y paso a disposición judicial. Se me ocurre preguntar porque me detienen, me contestan que por un mensaje en el móvil. ¿Y de que se me acusa?, y es entonces cuando realmente me empiezo a preocupar, estoy acusada de homicidio. Todo se vuelve confuso”.

Este es tan solo uno de los pasajes que va anotando Patricia Heras desde el momento “0” en que pasa a formar parte de todo el entramado inculpatorio del caso “4F”.

Patricia, Alfredo, Rodrigo, Juan y Alex son cinco de los detenidos el 4 de febrero de 2006, acusados en un primer momento de homicidio de un Guardia Urbano, que quedó en estado vegetativo, durante el transcurso de una intervención policial en una fiesta con autorización en un teatro ocupado, propiedad del Ayuntamiento de Barcelona.

No obstante, como dice Gregorio Moran, periodista y escritor que siguió todo el caso “4F”: “el caso de Patricia Heras tiene un valor especial, ese suicidio, es quizá el rasgo más bestia para nosotros, es decir que si ella no se suicida tras todo lo ocurrido, probablemente no estaríamos hablando ahora. La prueba de la verdad es la vida”.
Esa misma noche, la Guàrdia Urbana empieza una carga policial en la que detienen a Rodrigo, Juan y Alex, que se encontraban próximos al teatro, mientras son víctimas de las sucesivas palizas en plena calle y acto seguido en comisaría.
Rodrigo, uno de los jóvenes explica en el documental las agresiones sufridas por la policía: “me acuerdo de entrar en la comisaría y que preguntaran por los tres “sudacas”.

Fue atroz, a cada paso nos daban ostias. Nos metieron en el calabozo y entró uno de los policías. Puede que fuera un minuto, pero a mí se me hizo eterno”.
Al trasladar a los jóvenes detenidos al Hospital del Mar, se producen las detenciones de Patri y su compañero Alfredo, quienes en todo momento negaron haber estado esa noche en la calle en la fiesta, ni en las proximidades de la zona.

El cambio de la versión de los hechos, es una de las mayores sombras que arroja el caso “4F”, ya que la versión del Ayuntamiento sobre una maceta arrojada desde el balcón, cambió de repente y a través de la Guàrdia Urbana por la versión de una piedra lanzada desde la calle por los jóvenes detenidos.

El caso es que en el interior del teatro se encontraban cientos de personas, si en realidad se hubiera lanzado una maceta sería imposible saber quién es el verdadero culpable, por lo que el propietario de la finca, el Ayuntamiento, debería cargar con la responsabilidad del policía herido, actualmente en estado vegetativo.
Los peritos forenses contratados por la defensa entregaron un informe que determina que el tipo de fractura que presentaba el policía solo podía haberse producido por un objeto pesado lanzado desde mucha altura.
Por su parte, en el juicio celebrado en 2008, dos años después de las detenciones, el tribunal se basó solamente en el montaje policial del “4F” y las declaraciones policiales para condenar a los detenidos. La fiscalía incluso se negó a aceptar las pruebas periciales y las “desafortunadas” declaraciones en TV, en las que el Alcalde revelaba nuevamente, tras el cambio de versión hecho por la policía, que el impacto provenía de una maceta arrojada desde un balcón, asi como se negó a que declarase en la causa.

En ese sentido el abogado de Rodrigo apunta que durante el juicio: “sabíamos todos los que estábamos en esa sala que estaban mintiendo. Y cuando digo todos, me refiero a todos los que estábamos con toga”, en referencia a las declaraciones de los policías.

La sentencia dictó para Rodrigo cuatro años y seis meses, y entre tres y cuatro años para Alex y Juan. Por lo que pudieron quedar en libertad provisional al haber pasado dos años en prisión preventiva. Sin embargo, la sentencia fue recurrida y a su vez confirmada en su totalidad por el Tribunal Supremo, el cual aumentó las condenas. Al respecto, Mariana Huidobro, madre de Rodrigo confiesa en el documental: “el error fue confiar tanto en la justicia”.

Patricia fue condenada a pena de tres años, a pesar de las pruebas que demostraban que no se encontraba en el lugar de los hechos, ingresando en prisión en 2010, casi cinco años después. En diciembre de ese mismo año, se le concede el régimen de tercer grado y se suicida el 26 de abril.

Por otra parte, la presión juvenil que se ha generado entorno al desmontaje del “4F”, consiguió que el canal autonómico de Cataluña TV3 emitiera “Ciutat Morta”, premiada en multitud de festivales de cine, tras meses de lucha. Sin embargo, la cadena pública consiguió censurar cinco minutos, ordenado como medida cautelar por el juzgado de primera instancia número 25 de Barcelona, al considerar que las imágenes que hacen referencia al ex-jefe de información de la Guàrdia Urbana pueden suponer una violación de su derecho de honor, así como a la intimidad personal y familiar. Sin embargo, estos minutos fueron los más vistos en las redes sociales
Al acabar el documental se convocaron manifestaciones en diferentes ciudades donde miles de jóvenes volvieron a salir para homenajear a Patricia, exigiendo también la reapertura la del proceso judicial y el desmontaje del “4F”.