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Red Internacional
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UNIDAD DE TRABAJADORES Y ESTUDIANTES. Mujer y trabajo: La Usach sostiene la violencia machista en base a explotación y precariedad laboral

El pasado viernes 18 de mayo se llevó a cabo el foro: Mujer y subcontrato, donde se expuso la necesidad que el estamento estudiantil recoja las demandas de las mujeres trabajadoras y precarizadas.

Vencer Usach

Vencer Usach Universidad de Santiago de Chile

Martes 22 de mayo de 2018

Se instala nuevamente el cuestionamiento al régimen de subcontrato en la Usach

Para el jueves de esta semana está programada la realización de jornadas triestamentales, organizadas por la Vocalía Laboral en conjunto con la Vocalía de Género y Sexualidades y los distintos gremios de la universidad, para discutir -en conjunto- la unificación de sus demandas con el petitorio que ya se actualmente se está trabajando.

El pasado viernes 18 se llevó a cabo el foro “Mujer y Subcontrato”,organizado por la Vocalía laboral de la Universidad, el cual contó con la participación de Romina López, estudiante de la carrera de Historia, quien expuso con datos duros las implicancias del subcontrato en la universidad, y con la presencia de Margarita Martí y María Díaz, dirigentes del Sindicato de Aseo y Jardines de la Universidad, quienes hablaron de su experiencia.

Las trabajadoras hablaron de las precarias condiciones bajo las cuales estaban sumidas, como los bajos sueldos, no contar con los implementos necesarios para trabajar y los tratos denigrantes que ha implicado acoso laboral y sexual por parte de supervisores y mayordomos, lo que las llevó a la necesidad de organizarse bajo un sindicato, desde el cual organizaron una paralización en el año 2016.

También salió a la luz de que la nueva supervisora ha impuesto nuevas reglas, como la de descuento de $3700 por hora en caso de que algún trabajador necesite permiso para ir al médico u otros trámites, lo que está fuera del contrato.

Las trabajadoras expusieron además sobre la negociación colectiva pendiente, ya que la empresa pidió una prórroga en la inspección del trabajo, la que puede llegar a 90 días, lo que impide la realización efectiva de la negociación, puesto que en esa fecha la empresa no estaría en la universidad, dado que la licitación es anterior.

Dentro del foro se recogió parte de sus experiencias, en la movilización que llevaron el 2016 con la huelga, y su enfrentamiento hacia las autoridades, lo que también cuestionó de fondo las razones por las que la universidad prefiere la mantención del régimen de subcontrato: no las quiere organizadas.

Es que una alianza organizada entre los y las trabajadoras con estudiantes no resulta conveniente para las autoridades ni para quienes sostienen intereses privados, que son quienes son parte de la profundización del mercado en la educación. Vale la pena volver a discutir los casos de corrupción en la Universidad, que en el 2015 fue el punto de inicio de la movilización en ese entonces.

Una vez más, se hace evidente cómo la educación de mercado, con su estructura autoritaria y antidemocrática, sostiene y reproduce una educación que busca ser útil para sus intereses, negando el derecho de las comunidades a decidir la educación que se quiere: de clase y no sexista, y es por eso, que hasta el día de hoy, los problemas no se han solucionado, pues no se han conseguido cambios estructurales.

En los últimos años, ha crecido la feminización del trabajo, y la explotación laboral ha ido en aumento para las mujeres, que concentran la mayor tasa de subcontratación y precarización laboral en chile y el mundo. Esto es una base indispensable y material para sostener la violencia machista en la sociedad. Es decir, no sólo se trata de hacer cambios culturales, pues hay una base material que propicia los abusos a las mujeres.

Mientras las decisiones sigan pasando por un número limitado, y sólo autoridades, no es posible pensar en una institución que esté en función de las necesidades sociales, ni de la educación que se quiere en cuanto al financiamiento, mallas, enfoques, etc.

Precarización del trabajo, precarización de las vidas

Lo perverso del subcontrato es que las empresas son licitadas, y la opción ganadora es la que cueste menos dinero para la universidad, lo que significa que se abaratan costos en materiales y sueldos para los y las trabajadoras.

Según un estudio realizado en el 2016 por estudiantes de periodismo, la USACH desembolsa $423.000 por cada trabajador y la empresa entrega $282.000, es decir, una diferencia de $141.000 pesos por trabajador/a”.”

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El régimen de subcontrato incluso resulta ser más caro para la institución, por ende, no hay razón lógica para que este se mantenga, salvo el hecho de que bajo este régimen las y los trabajadores subcontratados no sean trabajadores planta de la universidad, lo que desliga a la universidad de responsabilidades, y divide también a trabajadores, y sus formas propias de organización y representación.

Demandas como la democratización, educación no sexista, fin al subcontrato, son históricas dentro de la universidad. Este año, con un gobierno de derecha ampliamente cuestionado por el movimiento estudiantil, y con el contexto de elección de autoridades unipersonales, vuelven a ponerse sobre la mesa.

Tal como ha señalado Valeria Abett, Coordinadora de la Vogesex: “el petitorio que ahora es simplemente estudiantil y hacer asambleas triestamentales en cada una de nuestras carreras, conversar con funcionarios académicas, trabajadoras y trabajadores subcontratados, porque ellos son los más precarizados y precarizados. (…) Ellas son las que ven la peor cara del machismo en esta sociedad y nosotros tenemos que hacernos cargo de eso. Porque nosotros en esta posición de elite, que es ser estudiante universitario con acceso a la educación pública, tenemos que ser capaces de tomar sus demandas, tomar la mínima demanda que significa poner fin a la brecha salarial que hoy tiene trabajadores y trabajadoras de la universidad.”