En Neuquén la educación no escapa a la crisis económica, social y sanitaria. Presentamos una nota de opinión sobre el rol de la conducción del sindicato (ATEN) durante el periodo de aislamiento y las consecuencias que tiene desconocer los métodos democráticos de decisión.
Martes 6 de octubre de 2020 15:18
Diseño de portada: Juan Pablo Stevenson
“yo no estoy loco, mi realidad es diferente a la tuya”
Lewis Carroll no podría conocer la realidad de aten 2020, pero la frase del gato sonriente, cuando la escribió, encaja en la realidad pandémica de estos días.
La masa de trabajadoras y trabajadores de la educación de Neuquén está loca, nuestra realidad es diferente a la de la conducción del sindicato.
Más de seis meses de enloquecedores ritmos virtuales de teletrabajo, que incluyen rebaja salarial, menos asistencia social y de salud, menos compañeras y compañeros en el sistema educativo, menos familias conectadas en las aulas digitales…y el acoso de las cuentas de alquiler, telefonía y del crédito nación para la neo máquina procesadora de neuronas.
Y, sin embargo…
La realidad de la conducción del gremio fue aislarse de las bases del sindicato. Evitar cualquier contacto contagioso. Sobre todo, si el virus es la locura democrática. Y amoldarse a las oficinas del gobierno con calefacción, café y Netflix.
La realidad de la conducción del gremio, que ahora pide que se declare la emergencia educativa, fue ser parte de provocar esa emergencia. Apoyó y aportó, con el silencio o activamente, cada uno de los parches que en una ruleta rusa el Ministerio de Educación y el CPE enviaban a las direcciones de escuelas a cumplir. Tal y cual caían desde el Consejo Federal de Educación. Contradictorios. Imprecisos. Ambiguos. Mientras centenares de familias perdían sus trabajos, alimentación, techos, vestimenta… y a sus maestras, maestros y profes. Y de la parte del presupuesto que no se utilizó, nadie conoce su destino.
Nota original www.lmneuquen.com
La emergencia es sistémica. Hace años que todos los ciclos lectivos empezamos con paros y movilizaciones porque la política educativa, del gobierno que fuere, fue desmembrar y destruir la educación pública, libre y gratuita, la educación laica, científica y democrática que merece el pueblo trabajador. Favoreciendo la mercantilización educativa, la fuga de capitales y la obsecuencia ante la opresión del FMI y los “bonistas”.
Escuelas deterioradas, sin materiales ni insumos, salarios básicos que no cubren la canasta familiar, desconocimiento y ataque al trabajo docente, en el aula y fuera de ella, en horario de trabajo y fuera de horario, cierre de cargos y horas, reformas impuestas que atentan al desarrollo de la pedagogía, al derecho laboral, previsional y de atención social y de la salud.
Ejemplos de que la conducción está en “emergencia sindical” y es urgente que abra las puertas al debate, para construir un pliego de reivindicaciones, para la educación en aislamiento o el posible regreso a la presencialidad, y un plan de lucha que recupere la combatividad de un sindicato único, independiente de gobiernos e intereses privados. Junto a los demás sectores de trabajadores golpeados y en lucha, particularmente los de la “primera línea”, trabajadoras y trabajadores de la salud, de planta e informales, jóvenes repartidores, estudiantes y la comunidad, por la salud, la tierra, la vivienda y el trabajo genuino.
Desde la Agrupación NEGRA en el frente Bermellón batallamos por la necesaria unidad de la oposición que las bases requieren, organizándonos con aquellas y aquellos que rechazan la inmutabilidad de la conducción del gremio y están dispuestos a construir la herramienta que recupere el sindicato, su tradición democrática, con reuniones de delegados, distritales y donde deciden las asambleas, no un grupo de dirigentes iluminados.
Dirán que estamos locas y locos, pues Lewis Carroll, también escribió “las mejores personas lo están”.