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Red Internacional
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Estado Español. Murió Alfredo Pérez Rubalcaba, un hombre del régimen español

El exsecretario general del PSOE y exvicepresidente del Gobierno de Zapatero falleció este viernes en Madrid a los 67 años debido a un ictus. Un hombre clave en el sostenimiento del régimen.

Viernes 10 de mayo de 2019 17:32

La muerte de Alfredo Pérez Rubalcaba ha generado una reacción unánime en todo el arco político español, cosechando elogiosos mensajes acerca de su carrera política tanto desde la familia del Partido Socialista (PSOE) como también desde el Partido Popular (PP), Ciudadanos, los nacionalistas catalanes y Podemos. Todos han coincidido en calificarlo como “un hombre de Estado” y un político que ha jugado un papel clave en varios acontecimientos centrales de la historia reciente española.

“Muere Alfredo Pérez Rubalcaba, el político socialista que fraguó la derrota de ETA” titulaba el periódico El País, mientras el periódico derechista El Mundo editorializaba: “Una vida al servicio de España”, destacando que había sido un garante de la “moderación socialdemócrata”.

Efectivamente, Rubalcaba fue un “hombre de Estado”, un hombre del Régimen surgido tras la salida del franquismo.

En los gobiernos de Felipe González fue ministro de Educación y Ciencia (1992-1993) y ministro de la Presidencia (1993-1996). En estas funciones fue partícipe de la conversión plena de la socialdemocracia en partido neoliberal, pieza clave en el nuevo régimen imperialista español después de la Transición.

Como portavoz del Gobierno de González encubrió los GAL (siglas del Grupo Antiterrorista de Liberación agrupamiento paramilitar que actuó contra los independentistas vascos) y fue el principal defensor de una auténtica mentira de Estado, la que el gobierno del PSOE no había tenido nada que ver con esta política criminal, algo que repitió una y otra vez en sus comparecencias como portavoz.

Al mismo tiempo, Rubalcaba puso la cara para defender la agenda "socialista" de privatizaciones y reformas laborales.

Con Zapatero, fue ministro del Interior y después vicepresidente del Gobierno, cargo que ejercía en pleno pico de la crisis cuando estalló el 15M al grito de “No nos representan”.

En el 2012 ocupó el puesto de secretario general del PSOE, en el momento en que su partido atravesaba un grave retroceso electoral, en medio de la enorme crisis de representación de los partidos tradicionales. Después de la irrupción de Podemos y tras los malos resultados del PSOE en las elecciones europeas del 2014, decidió dejar su acta de diputado y su puesto como Secretario General, plaza que ocupó Pedro Sánchez.

Pero no antes de jugar un papel clave en el proceso de abdicación de Juan Carlos I, como parte de una política para lavarle la cara a la monarquía con la coronación de Felipe VI y de blindaje "un extremis" del rey emérito -que pidió expresamente que Rubalcaba se mantuviera en su puesto en ese momento- para evitarle cualquier procesamiento por los casos de corrupción en los que presuntamente habría logrado su extensa fortuna.

Entre los mayores “servicios prestados” al Régimen, la prensa del establishment destaca que era ministro del interior en el momento que ETA anunció el fin de su “actividad armada”.

A fines del 2018, aun cuando se encontraba “retirado” de la vida política, Rubalcaba opinaba sobre la cuestión catalana, un tema de candente importancia. Y lo hacía para elogiar la reaccionaria política de la Casa Real. Estas fueron sus palabras en referencia al famoso discurso del Rey del 3 de octubre: “Creo que fue fundamental para dar a los españoles un sentido del Estado. El Rey explicó a los españoles que había un Estado y unas reglas y dijo que había que cumplir la ley. Hizo lo que tenía que hacer y lo que algunos creíamos”.

Además, siempre fue un claro defensor de las políticas imperialistas del Estado español. Así lo expresaba en el año 2010, dirigiéndose a las tropas del ejército español que ocupaban Afganistán: “La seguridad de Afganistán es la libertad de España”.

La trayectoria política de Rubalcaba es la de un “hombre de partido” que sintetiza el papel clave del PSOE en el sostenimiento del régimen imperialista español en los últimos 40 años.