El Estado es responsable. Murió Mercedes Figueroa, es la segunda víctima del ataque contra cuatro lesbianas en Barracas

El lunes pasado se dio a conocer la noticia de un ataque de odio contra dos parejas de lesbianas que se encontraban en una pensión en el barrio de Barracas, Ciudad de Buenos Aires. Un hombre lanzó una molotov en la habitación donde se encontraban alojadas provocándoles quemaduras graves.

Andrea Amarante, sobreviviente de la tragedia de Cromañón, se encuentra con el 75% del cuerpo quemado y Sofía Castroriglos con quemaduras pero fuera de peligro. Tras el ataque falleció Pamela Cobos falleció el lunes y días después, hoy miércoles por la tarde, se supo que también falleció Mercedes Figueroa. La noticia llegó en el mismo momento en el que frente a la pensión donde se hospedaban se realizaba una acción exigiendo justicia.

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Se trata de un crimen de odio que se da en un marco donde desde el propio Estado, con el presidente Milei a la cabeza, se reproducen discursos estigmatizantes contra la diversidad sexual que legitiman socialmente esa violencia. En los mismos se refieren a la Educación Sexual Integral como adoctrinamiento o a los derechos de las personas LGBTIQ+ como “privilegios”, al hablar del cupo laboral trans.

"Eso no es libertad, eso es odio" le cantan al fascista Nicolás Márquez, que días atrás negó la homofobia y trató a homosexuales de insanos, en la feria del libro en medio de la presentación de su biografía de Milei. Justicia por Pamela y Mercedes, el Estado es responsable! pic.twitter.com/eBnU1gmtDt

— Pan y Rosas (@PanyRosas_Arg) May 9, 2024

Nicolás Márquez, amigo de Milei y uno de los autores de su biografía recientemente publicada, hace pocos días daba una entrevista donde aseguraba que “la homofobia no existe” y señalaba a las personas homosexuales como “insanas”. Discursos reproducen prejuicios reaccionarios y fomentan la discriminación en un contexto de crisis social profunda que atraviesa el país.

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Esa violencia que Márquez niega cobra nombres propios gobierno tras gobierno, como el de la Pepa Gaitán en 2010, el de Higui de Jesús en 2016 o la desaparición de Tehuel de la Torre en 2021.

Como ya mostró el movimiento Ni Una Menos, la mejor herramienta para reclamar justicia y señalar la responsabilidad del Estado en estos crímenes de odio fue la movilización en las calles, más necesario aún ante los crecientes discursos reaccionarios que buscan la estigmatización, que buscan atacar los derechos de las mujeres y la diversidad sexual.