El ejecutivo murió este miércoles en Zurich. Reconocido por haber "salvado" a la Fiat de la quiebra, los sindicatos lo acusaron de haber atacado las condiciones laborales de los trabajadores.
Miércoles 25 de julio de 2018 11:37
Algunos sugirieron que Marchionne, que se hizo cargo de la Fiat cuando estaba al borde de la quiebra en 2004, convirtió a la empresa italiana de "patito feo" en el "cisne blanco" de las automotrices. Pero la reconversión no fue por arte de magia, como este mismo miércoles salió a denunciar la central sindical CGIL, Marchionne no respetaba los derechos de los trabajadores y se negaba a negociar con los sindicatos.
El exconsejero delegado de Fiat Chrysler Automobiles (FCA) Sergio Marchionne falleció este miércoles en una clínica en Suiza a los 66 años, tras 14 en la sociedad de la familia Agnelli, en los que logró sacar de una fuerte crisis a Fiat y relanzar también el grupo Ferrari.
El ejecutivo había sido operado hace algunas semanas en el hombro, pero algunas complicaciones tras la operación provocaron su estado irreversible, según publicaron algunos medios. Su grave estado provocó que FCA y Ferrari tuvieran que elegir a sus sucesores anticipadamente en un consejo de administración reunido urgente el pasado sábado.
Marchionne había anunciado su marcha de FCA en la primavera de 2019 y de Ferrari en 2021.
El nieto de Gianni Agnelli señaló que él y su familia le serán "siempre gratos por todo lo que hizo". La familia Agnelli es dueña de Ferrari e histórica accionista de la Fiat. Fueron los encargados de convocar a Marchione ante la amenaza de quiebra una década atrás.
La historia en Fiat de Marchionne comenzó en 2003, cuando Umberto Agnelli lo llamó para que formar parte del consejo de administración de Fiat a pesar de que no tenía alguna experiencia en automóviles y llegaba del sector de los seguros.
El año siguiente se convirtió en administrador delegado en un momento en el que la sociedad acumulaba grandes perdidas.
Su gestión es conocida por sacar a la empresa de la crisis. Según las cifras públicas, Fiat pasó de facturar 47.000 millones de euros en 2004 a los 141.000 millones del pasado ejercicio, mientras que de unas perdidas de 1.500 millones de euros en 2004 pasó a un beneficio neto de 4.400 millones en 2007.
El secreto de su éxito. Un ataque en regla a los trabajadores
No son pocos los que lo describen como un visionario y un emprendedor que además se hizo cargo de la firma Ferrari y logró la fusión con el grupo estadounidense Chrysler en 2009. Todo esto relanzó la compañía de la familia Agnelli, aunque ahora con sede legal en Amsterdam (Holanda) y fiscal en Londres. La internacionalización de los distintos domicilios de la empresa no fue en vano, tuvo el objetivo de lograr una evasión multimillonaria de impuestos, que fue parte del "milagro".
Sin embargo el secreto de su éxito parece estar en otro lado. Como denunció el sindicato italiano CGIL, Marchionne era "un tipo duro" que pulverizó el convenio colectivo de los trabajadores de Fiat. La CGIL, a pesar de su rol conciliador, no pudo evitar hacer mención a los ataques sobre los trabajadores que Marchionne llevó adelante en los últimos años. En un comunicado dijo que no respetaba a los trabajadores y los sindicatos y que había eliminado el convenio colectivo para acabar con la capacidad de negociación sindical de los trabajadores. Estos ataques, que se fueron incrementando en la última década, contaron con la complicidad de los dirigentes sindicales, como los de la CGIL, pero sobre todo los de la FIOM que no dio ninguna lucha seria y llegaron a traicionar las huelgas más importantes contra el plan de flexibilización de Marchionne y la familia Agnelli.
Tras la fusión con la Chrysler de Estados Unidos Marchione dijo que era necesario estandarizar el contrato de los trabajadores italianos al contrato de los trabajadores estadounidenses. No era una casualidad, en el Estados Unidos pos crisis económica de 2008 los derechos de los trabajadores habían sido brutalmente atacados y en el caso de la Chrysler, cuando Marchionne logró la fusión ya se había garantizado que sus empleados no tuvieran derechos. En una negociación en la que fue cómplice el sindicato estadounidense UAW, había logrado que los trabajadores de Chrysler perdieran su fondo de pensiones y de salud, una importante reducción salarial y la prohibición de hacer huelgas durante cinco años.
Es por esto que la Fiat volvió a ser noticia la última semana cuando un grupo de trabajadores alzó la voz contra la contratación multimillonaria del futbolista Cristino Ronaldo en el club Juventus. La Juventus también es propiedad de la familia Agnelli y los trabajadores rechazaban que se paguen millones de euros a un jugador mientras que a los trabajadores de la Fiat se les exigían sacrificios y se les congelaban los sueldos.
Como se ve, lo de Marchionne no fue magia, detrás de este empresario exitoso se repitió la fórmula de las principales empresas del mundo, precarización laboral y maniobras impositivas, una dupla que nunca falla.