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Red Internacional
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NEGATIVO DETONACIONES. Siete gendarmes imputados por el crimen de Kevin Molina

Miércoles 12 de noviembre de 2014

Para recordar el caso de Kevin, fue el del nene de 9 años asesinado en una balacera entre bandas narcos, en la Villa Zavaleta hace 14 meses, denunciado fuertemente por la revista del barrio, Garganta Profunda. Por este caso, el fiscal Adrían Giménez inculpó a siete gendarmes por el “incumplimiento de los deberes de funcionario público”, ya que las respuestas de los dos móviles de esta fuerza apostados en la Villa, durante la balacera, fue: “NEGATIVO DETONACIONES”, mientras todos los testigos y las pruebas aducen 105 disparos de ametralladoras UZI y rifles FAL. Tiroteo que duró más de tres horas y se ve que los gendarmes no escucharon. Incumplimiento de les deberes de funcionario público, NO; fue una zona liberada como tantas otras.

Ante el Juzgado Correccional 14, se llevaron la pruebas del cruce de las llamadas al 911 de los vecinos del barrio, todas coincidentes con el horario de la balacera, mientras la respuestas de los oficiales de la gendarmería fue “Negativo Detonaciones”, una clara muestra de zona liberada, para que los narcos resuelvan sus asuntos internos, en completa connivencia con la Gendarmería, la fuerza mimada de Sergio Berni.

Todas las pericias demuestran la realidad de los llamados de los vecinos y comprueban la balacera encubierta por la Gendarmería, y es mas, la misma se llevó a cabo a cincuenta metros de una posta de la Prefectura.

En el centro del barrio en la plaza Kevin, nombre adoptado por otro nene, con el mismo nombre, asesinado en otra balacera hace unos años, fue el epicentro de la disputa entre las bandas narcos, ampliamente denunciadas por los vecinos y las cuelas cuentan con una completa impunidad.

En frente de la plaza se encuentra la casa de Roxana, madre de Kevin, que escondido debajo de la mesa de su cocina recibió un tiro que lo mato instantáneamente a la vista de su madre y hermanos, que por milagro salieron ilesos.

Ante este caso, el fiscal imputó solamente al oficial principal Daniel Stofd, al cabo segundo Walter Quiñones, al cabo primero Miguel Medina, al ayudante principal Darío Chique, al ayudante de tercera Fabián Salas, al cabo segundo Enzo Miño y al cabo segundo Raúl Gómez, quienes estuvieron de guardia en el barrio esa noche.

Desde ya que deben ir presos, pero esto no alcanza. Hay que ir por quienes liberaron la zona, como en tantas otras oportunidades, demostración fehaciente de la connivencia de las bandas organizadas con las fuerzas de seguridad y eso solo se puede dar con la anuencia de las máximas autoridades de estas fuerzas.

Lo que calla la fiscalía son las denuncias de cómo las fuerzas de seguridad quisieron encubrir la balacera, haciendo culpable a la familia de Kevin de ser ellos quienes estaban en la balacera. Fueron los vecinos y los periodistas de la revista Garganta Poderosa, quienes logran desarticular, con una fuerte denuncia, esta nueva vuelta de impunidad de estas fuerzas represivas. Esta debería ser la verdadera causa y no contra algunos oficiales, sino contra toda la institución: “zona liberada, impunidad y connivencia con bandas narcos organizadas”

Este asesinato tira por la borda el gran operativo de seguridad “Cinturón Sur”, que con tantos bombos y platillos presentaron Macri y Cristina Fernández hace unos años, para palear la “Inseguridad” en el sur de la ciudad. Este caso es una demostración fehaciente de que no es un gendarme es toda la institución y que no es una fuerza son todas las fuerzas de seguridad, las que conviven con el delito organizado, mientras en el medio mueren nuestros pibes.