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Red Internacional
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NUEVA SECCIÓN: Una mirada desde adentro a la juventud que trabaja como personal de salud

Desde la agrupación de juventud anticapitalista Vencer y la Izquierda Diario damos inicio a la sección que tiene por fin visibilizar las situaciones laborales de la juventud trabajadora que en muchos casos tiene que vivir la peor cara del sistema mercantil del trabajo, que les somete a contratos informales, condiciones irregulares, a jornadas laborales extenuantes, entre otras situaciones de precarización laboral.

Viernes 20 de agosto de 2021

En el sector de la Salud, ya desde antes de la pandemia eran evidentes las condiciones de precariedad tanto de los trabajadores, como hacia los usuarios. Tras la pandemia, vimos como el sistema de salud público no dio a basto, y se evidenciaron y agudizaron las situaciones de precariedad, como la falta de insumos, personal, camas, inestabilidad laboral, aumento de honorarios, etc.

En este sentido, conversamos con trabajadores jóvenes del Hospital Barro Luco para recopilar sus testimonios y conocer en primera persona las principales problemáticas que se viven cotidianamente en el hospital.

Inestabilidad Laboral

Los funcionarios de la salud del hospital Barros Luco tienen diversas condiciones laborales de acuerdo a sus cargos y contratos. Están los trabajadores de planta, contrata (en su mayoría reemplazos), y honorarios, donde una gran cantidad de auxiliares y técnicos están contratados bajo la modalidad de reemplazo y honorarios.

En su testimonio, una trabajadora TENS nos cuenta. “Como trabajamos bajo reemplazo, a veces no nos llegan los pagos, por que no tenemos un cargo fijo. Hay personas que llevan años esperando un cargo fijo, lo que no asegura estabilidad laboral. Ahora están contratando por honorarios”.

Esta desigualdad de condiciones, hace que la inestabilidad sea una constante para los trabajadores jóvenes del hospital, una parte no menor de trabajadoras y trabajadores no saben si su contrato sigue o no al mes siguiente, si recibirán el pago o no, pues en algunos casos depende de si llega o no la licencia de quien reemplazan, e incluso pueden pasar hasta 10 años siendo reemplazo o contrata sin pasar a planta.

Esto genera un problema importante de inestabilidad laboral en el personal de salud nuevo que generalmente es juventud. Además, al momento de querer alzar la voz, no tienen ninguna protección sindical, por lo que están sujetos a las condiciones que les impone el hospital sin ninguna posibilidad de movilizarse o manifestarse, ya que como mencionó una trabajadora auxiliar, “quienes somos nuevos no podemos reclamar, organizarnos o ir a los paros, ya que corremos el riesgo de que nos despidan”.

Falta de insumos

La falta de insumos en la salud pública también ha sido una constante durante la pandemia, trabajadores de la salud de diferentes comunas, hospitales y Cesfam, han denunciado esta situación, que es algo que también comentaron en el Hospital Barros Luco.

Una trabajadora TENS señaló: “Hay muchos servicios donde faltan cosas básicas, como alcohol gel, novas, y las mismas mascarillas KN95, nos entregan una a la semana. Nos pasaron en una ocasión una caja de cloros vencidas”.

Así mismo un auxiliar nos comentó que “Muchas veces faltan varias cosas, por ejemplo las bolsas con que se retira la basura, sábanas y frazadas para hacer las camas, o implementos básicos que son necesarios para hacer la pega al final, como productos de limpieza, paños, pero que no los dan o si los dan son de mala calidad”.

Dentro de otras prácticas y condiciones laborales que molesta a los y las trabajadoras de la salud, es la burocrática forma de organizar el desarrollo de los procedimientos, la utilización de recursos y la entrega de insumos para que se pueda llevar adelante una atención de calidad a los usuarios. Así nos cuenta un joven interno practicante de medicina:

“Hay muchas cosas que se pueden arreglar demasiado fácil pero siempre hay trabas burocráticas. Solicitudes de llenar papeles que los mandan a otro lado tramitándose. Eso al final limita la capacidad de atención de los pacientes; porque uno intenta hacer las cosas, mejorar las condiciones para que los pacientes puedan tener mejor acceso, una infraestructura y una atención de mayor calidad, pero no se puede porque están estas trabas, límites burocráticos.”

Una realidad de miles

Esta situación que nos cuentan las y los funcionarios del Hospital Barros Luco no son casos aislados, sino que es una realidad que viven miles de trabajadores tanto de la salud, de otras áreas, y jóvenes precarizados que se han visto empujados a tener que ingresar a trabajos precarios como comida rapida, delivery, con bajos sueldos, y donde muchos han tenido que dejar de estudiar o tener que hacer ambas al mismo tiempo.

La inestabilidad laboral, “no saber si el próximo mes tendrás pega”, los bajos sueldos, la obligación de hacer horas extras, la falta de insumos e implementos, los atrasos en los pagos y el miedo a organizarse o “reclamar” son problemáticas cotidianas por las que atraviesa la juventud trabajadora, ante las cuales es necesaria la organización y la importancia de pelear por demandas que les garanticen estabilidad y mejores condiciones laborales, como el paso a planta de todas y todos, la reducción de la jornada laboral y la repartición de las horas de trabajo entre cesantes y ocupados, junto con el fin al trabajo precario.