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Red Internacional
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Educación. Necesitamos maestres transgénero y de la comunidad sexodiversa en la educación básica

Necesitamos maestres transgénero en educación básica. Es urgente.

Viernes 22 de noviembre de 2019

Andrea Carolina, maestra del estado de Jalisco, fue despedida por su identidad de género: es una maestra transgénero de nivel básico. Luego de una larga pelea legal fue reinstalada en su puesto. Este caso, emblemático, encierra muchas aristas del futuro en la educación básica.

En México, ser de la comunidad transgénero es un peligro: es el segundo lugar en el mundo en tasa de asesinatos por transfobia. La peor cuota la padecen las mujeres transgénero: ellas son discriminadas por la familia, la escuela, en el trabajo y son asesinadas más de 50 por año por crímenes de odio.

La Iglesia les discrimina aludiendo a la sociedad binaria: se nace hombre y se nace mujer, punto. El feminismo TERF (Feminismo Radical Trans-Excluyente por sus siglas en inglés) también les excluye del movimiento de mujeres, pues consideran que las mujeres transgénero tienen los mismo privilegios que los hombres en la sociedad binaria.

Pero también son objeto de diversas formas de discriminación cotidiana que padecen en la peor de las soledades, en silencio. Por ejemplo, en casi todos los “trabajos formales” se les obliga a vivir una doble identidad. Si no se acatan estos mandatos perpetuados por prejuicios conservadores, se les orilla a la exclusión en el trabajo sexual, con una exposición en su salud y seguridad, ultra precarizados, sin goce de ningún derecho laboral, son presa fácil para que sus derechos humanos se violenten sistemáticamente en total impunidad.

Educar a la generación menos heterosexual de la historia

En la Ciudad de México se presentó por primera vez una iniciativa, que aún no se aprueba, que busca que los niños y adolescentes (menores de edad) puedan solicitar su cambio de identidad de género. Este trámite, realizado por medio de quienes ejerzan patria potestad del menor, es progresivo aunque está aún sin votarse.

La iniciativa generó una ola de comentarios. “Un menor de edad está incapacitado de definir su género” argumentan en redes sociales los sectores más conservadores de la sociedad. Mientras el no reconocimiento de la niñez trans, es un factor de riesgo en fenómenos como el suicidio en niñas, niños y adolescentes.

En este nuevo siglo, los jóvenes centennials (una generación que nació entre el año 2000), son lo que más cuestionan la educación binaria cisexista y heterocentrada de la sexualidad. Esto es un elemento importantísimo para pensar la educación del siglo XXI: mientras existe violencia contra la comunidad sexodiversa los jóvenes centennials tienen una apertura mayor a estos temas sin prejuicios de antaño y conservadores.

Según datos proporcionados por encuestas, los centennials tienen dos preocupaciones: la ecología y las experiencias no heterocentradas de vida. Según esta encuesta, sólo el 66% de jóvenes centennials se consideran heterosexuales. Es “la generación menos heterosexual de la historia, ni más ni menos”. Esta información por lo menos nos da dos tesis: la primera, que los jóvenes de hoy son más abiertos en estos temas, pero a la vez, la sociedad está estancada en la ideología heterocentrada, binaria y biologisista.

Según un estudio, en un “contexto liberal creciente” los jóvenes tienen una visión “menos binaria de la sexualidad” en la que no es necesario definirse sólo como heterosexual u homosexual, como lo corrobora el dato que 3 de cada 5 jóvenes británicos de 15 y 16 años cree que “la sexualidad es una escala” y que “es posible estar en algún punto intermedio”.

O sea, cada vez es más cuestionada la concepción biologicista de la sexualidad por lo que ésta se contempla como un hecho social. Los jóvenes centennials miran el mundo a colores, a diferencia de quienes hoy son sus maestros.

La escuela es una institución binaria-cisexista: necesitamos una educación sexual integral

La educación básica en el mundo está centrada en la disciplina y en la construcción de sujetos binarios (hombre y mujer); no existe educación sexual.

Por ejemplo, no existen cursos o capacitaciones en el nivel básico sobre el valor de la lucha de la comunidad sexodiversa, del uso de métodos anticonceptivos y de la opresión a la mujer. Los temarios aún están en el siglo XX. En esta sociedad capitalista, binaria, cisgénero, heterocentrada y patriarcal, la diversidad es considerada como una patología, una enfermedad, una extrañeza.

Los bajos niveles de educación sexual en la educación básica en México son aterradores: el país es el primer lugar en embarazos adolescentes a nivel mundial.

Los docentes críticos de la Agrupación Magisterial y Normalista Nuestra Clase, conscientes de esta situación de opresión y de represión a la diversidad sexual, pensamos que el género es una relación social no biológica y que la identidad de género es una cuestión personal que está regularmente afectada por las múltiples formas de violencia patriarcal.

Pensamos que la comunidad sexodiversa debe pelar por sus derechos, y en las escuelas requerimos maestres para una educación sexual integral que combata la ideología conservadora, oscurantista, heterocentrada, patriarcal y reaccionaria del mundo capitalista.

Es una cuestión que no vamos a lograr sólo en lo individual, debemos organizarnos para luchar unitariamente; no podemos permitir que nos impongan una identidad de género y una sexualidad heterocentrada ni que se reproduzca la violencia con naturalidad.

Hay casos emblemáticos de maestras transgénero en educación básica en Colombia, Argentina y Brasil que han aumentado los niveles de aceptación de la comunidad sexodiversa en las ciudades más pobres del continente. Requerimos una educación que combata el odio a la diversidad, por una educación sexual no patriarcal, no sexista y no heterocentrada para hacernos más libres.

La comunidad trans vive actualmente una discriminación en prácticamente todos los ámbitos de su vida. Uno muy importante es el acceso al trabajo. Como ya lo mencionamos anteriormente las personas trans se ven relegadas a trabajos específicos como el estilismo o se ven orilladas a ejercer la prostitución. Por eso es urgente la existencia de una ley que procure la cuota laboral transgénero para el magisterio y para todos los trabajos en el país.

Salgamos a las calles este 25N a luchar. Los maestros y maestras transgénero tenemos que unir los reclamos a la lucha de las mujeres. Ellas, que padecen la violencia estructural, van a movilizarse desde el Ángel de la Independencia al Zócalo de la Ciudad de México a las 17 horas.