Texas es solo el comienzo. La Corte Suprema está preparada para derribar al caso “Roe v. Wade”, que dio lugar a la legalización de la interrupción voluntaria del embarazo, y quieren poner fin al derecho nacional al aborto. Los demócratas no defenderán nuestros derechos, necesitamos ya mismo un movimiento en las calles.
Lunes 6 de septiembre de 2021 00:20
En Texas, si se realiza una denuncia a una persona que se realiza un aborto después de la sexta semana de embarazo, se pueden ganar US$10,000. También se puede obtener esta suma si informa que alguien ayuda a otra persona a abortar después de 6 semanas, lo que no se limita a la prestación de servicios directos. No sólo se puede demandar al médico que realiza el procedimiento, sino también al personal de recepción de la clínica, o incluso al conductor del servicio de transporte compartido que llevó a la persona a la clínica.
Esta ley entró en vigencia el 1° de septiembre en Texas, que ya contaba con leyes restrictivas sobre el aborto. Algunos ejemplos incluyen un período de espera de 24 horas entre la consejería de aborto requerida por el estado y el procedimiento real, el consentimiento de los padres requerido para los menores y los proveedores de servicios de aborto que deben mostrar y describir la ecografía del feto. Los planes de seguro no cubren los abortos a menos que la vida de la persona embarazada esté en peligro. Actualmente, hay menos de 35 lugares para realizar un aborto en uno de los estados más grandes del país; en 2017, alrededor del 96 por ciento de los condados de Texas no tenían clínicas donde se pudieran realizar la interrupción voluntaria del embarazo.
Ahora esta ley esencialmente prohíbe la mayoría de los abortos. Prohíbe los abortos después de las seis semanas, lo que significa perder un período, una hazaña para detectar a tiempo incluso para las personas que no tienen períodos irregulares. De hecho, el 85 por ciento de las personas en Texas que requieren de un aborto acceden a la atención médica después de las primeras seis semanas.
Después de seis semanas, las personas en Texas deberán realizarse un aborto en otros estados, algo que en un estado enorme como Texas, puede requerir un día completo de viaje. Para las tejanas de bajos ingresos que viven con un salario mínimo, que pueden no tener un automóvil o no poder tomarse el día libre, esta es una barrera importante o incluso insuperable. Para los inmigrantes indocumentados, las barreras son aún mayores. Hay puestos de control de la patrulla fronteriza en Texas en ciudades cercanas a la frontera, lo que dificulta que los inmigrantes indocumentados abandonen esas áreas sin correr el riesgo de ser arrestados o deportados.
Estas leyes punitivas no afectan a todas las personas en Texas de la misma forma. Las y los más ricos tendrán que tomarse la molestia de ir a otro estado, pero es probable que, en última instancia, puedan recibir atención médica. Sin embargo, la gente de la clase trabajadora, pobre, de color, en su mayoría latina y negra, no podrán acceder a abortos seguros. Son esas personas las que se verán obligadas a dar a luz o las que buscarán abortos ilegales y peligrosos. Son esas vidas las que están en mayor riesgo como resultado de esta terrible ley.
No hay nada "pro vida" en obligar a las personas a realizar abortos ilegales e inseguros. No hay nada "pro vida" en Greg Abott, el gobernador de Texas que impulsó esta ley para detener la ayuda por desempleo durante la pandemia del coronavirus y que apoya un muro fronterizo racista.
Si bien esta es la ley de aborto más restrictiva que se ha promulgado, no es la única. Carolina del Sur, Oklahoma e Idaho también aprobaron prohibiciones del aborto desde el momento en que se escucha el latido del corazón , y Arkansas y Oklahoma aprobaron prohibiciones casi totales del aborto. Estos aún no han entrado en vigor, pero es solo cuestión de tiempo.
La Corte Suprema asesta un golpe
Con este caso de Texas, la Corte Suprema, ya ha asestado un golpe al caso Roe vs. Wade (el primer caso en el que se legalizó aborto en Estados Unidos y que obligó a cambiar la legislación vigente, NdR), y esto probablemente sea solo el comienzo. En una votación de 5-4, la Corte Suprema se negó a bloquear esta extravagante ley. Esta acción crea un precedente para que otros estados aprueben e implementen una legislación similar.
El fallo en este caso fue limitado: el tribunal afirmó que las clínicas y empresas que proveen servicios en relación al aborto que cuestionaban la constitucionalidad no abordaron las cuestiones procesales "complejas y novedosas". Entonces, la Corte Suprema está permitiendo la presión de grupos de choque anti abortistas en Texas y está demostrando que no tiene ningún problema en cuestionar o incluso anular el derecho al aborto.
La corte también está preparada para admitir un caso de Mississippi llamado Dobbs v. Jackson Women’s Health Organization, que esencialmente revisará Roe vs. Wade. El hecho de que el tribunal incluso escuche este caso es un gran problema. En el pasado, la Corte Suprema se ha negado a admitir casos sobre aborto, lo que indicaba que el fallo Roe v Wade se mantendría. El hecho de que estén revisando este caso, junto con su decisión en Texas, significa que están preparados para revocarlo o revocarlo parcialmente.
Anular Roe v. Wade significaría que 22 estados prohibirían o restringirían severamente el acceso al aborto. Solo 14 estados y Washington, DC tienen políticas que ya protegen explícitamente el derecho al aborto si se revoca Roe.
El poder antidemocrático de la Corte Suprema aquí es evidente: nueve personas no elegidas que tienen, desde sus mansiones y hermosas oficinas en Washington, D.C., la capacidad de tomar decisiones sobre la salud y el cuerpo de las personas en todo el país. Tienen la capacidad de obligar a las personas a dar a luz, quitándoles el derecho más básico de la autonomía sobre sus cuerpos.
Sin embargo, frente a un proyecto de ley tan destructivo, las organizaciones de justicia reproductiva y derechos al aborto no han logrado organizar una lucha significativa. Estos grupos, con sus inmensos fondos de financiación y sus redes nacionales de organizaciones sin fines de lucro, llevaron el caso a la Corte Suprema y esperaban lo mejor: una estrategia perdedora infalible.
Mantener el derecho al aborto a través de un caso de la Corte Suprema fue siempre muy delicado. El derecho al aborto seguro se ha erosionado a través de innumerables medidas a nivel estatal, como las que ya se habían aprobado en Texas. El número de clínicas de aborto ha disminuido a la vez que las restricciones se han disparado. Una próxima decisión de la Corte Suprema podría ser “el clavo en el ataúd”, pero los derechos en relación al aborto están atravesando una muerte lenta y dolorosa.
Los demócratas se niegan a aprobar una legislación sobre el aborto
Cada cuatro años, los demócratas exigen que los votantes escépticos se aguanten y voten por ellos, dejando de lado las críticas de la izquierda. Después de todo, tenemos que defender el derecho al aborto, dicen. Pero esto es solo una maniobra cínica para obtener votos. Está claro que estos ataques provienen del Partido Republicano, con diversos grados de intensidad, que se alía con las iglesias cristianas para imponer restricciones patriarcales a la atención médica.
Sin embargo, los demócratas podrían aprobar una legislación para legalizar el aborto y están eligiendo no hacerlo.
Los demócratas obtuvieron mayorías en el Congreso durante el primer mandato de Obama; de hecho, una “supermayoría.” Ahora, tienen la mayoría bajo el gobierno de Biden. Entonces, ¿dónde está la legislación que consagra el derecho al aborto en la ley?
Si bien manifiestan a través su descontento a través de twitter, como lo hizo Joe Biden, o tal vez incluso te pidan donaciones a grupos locales en Texas, los demócratas tienen la capacidad de proteger el derecho al aborto a nivel nacional y simplemente se niegan a hacerlo. De hecho, los demócratas ni siquiera ven la defensa del derecho al aborto como un principio de su plataforma; después de todo, Nancy Pelosi dijo que los demócratas no tienen que ser pro-aborto, y Bernie Sanders hizo campaña por un demócrata anti-aborto.
Como resultado de la protesta pública, Nancy Pelosi se está tomando su tiempo para presentar una legislación el jueves titulada Ley de Protección de la Salud de la Mujer (Women’s Health Protection Act). Se aprobará en la Cámara, pero es probable que el proyecto de ley muera en el Senado. Por un lado, esto se debe a un mecanismo con obstáculos, antidemocrático, que requiere 60 votos para aprobar cualquier proyecto. Pero a los demócratas les encantaría que creyeras que esa es la única razón por la cual el proyecto de ley fracasará, y no lo es en absoluto.
Incluso entre los demócratas, no tienen los votos para aprobar el proyecto de ley. El senador Joe Manchin de West Virginia se describió previamente a sí mismo como "pro-vida y orgulloso de ello" y "un opositor al aborto de por vida". En julio, envió una carta expresando su apoyo a la enmienda Hyde (esta enmienda busca terminar con el financiamiento con presupuesto federal para garantizar el aborto legal).
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El senador Bob Casey de Pensilvania dijo: “Creo que para la mayoría de la gente está claro que la descripción de demócrata pro-vida es precisa. He sido muy consecuente". Ambos votaron con los republicanos sobre recientes proyectos de ley contra el aborto.
No deberíamos aplaudir los tuits de los demócratas contra la ley de Texas. Tienen el poder de proteger el derecho al aborto, pero eligen no hacerlo, ya que alteraría demasiadas plumas de las instituciones cristianas con las que también están aliados. Esto los puso, de facto, del lado de los activistas antiaborto porque ellos también están tomando un papel activo para permitir que se les quite el derecho a un aborto seguro.
Necesitamos un movimiento de masas por el derecho al aborto
Con bases en esta ley y otras que están pendientes actualmente, es muy posible que la Corte Suprema se esté posicionando para deshacerse del derecho al aborto. A pesar de toda su retórica y sus apuros, es probable que los demócratas mantengan la prohibición negándose a aprobar una legislación que proteja el derecho a decidir.
La respuesta de muchas personas de la izquierda ha sido pedir donaciones para los servicios de aborto en Texas, y las redes sociales se han llenado de estas súplicas. Este es un impulso comprensible; después de todo, las personas ahora necesitan ayuda en Texas.
No se trata solo de Texas: el derecho al aborto está en peligro en todas partes.
No lo arreglará la gente de la clase trabajadora donando el poco dinero que tenemos a organizaciones sin fines de lucro, muchas de las cuales terminan canalizando esos fondos hacia directores ejecutivos con sobre sueldos o campañas electorales para los demócratas.
Necesitamos protestas por el derecho al aborto y las necesitamos ahora.
Es muy llamativo que casi no se hayan organizado protestas cuando esta ley de Texas entró en vigencia (pero si estás en Nueva York y quieres ayudar a organizar una protesta, contáctanos aquí). Sin embargo, tenemos ejemplos a los que podemos seguir.
Hay ejemplos poderosos de movimientos feministas que se han ganado el derecho al aborto. Se necesitaron millones de personas en las calles de Argentina durante varios años para que un país católico, hogar del actual Papa, legalizara el aborto. Pero lo hicieron: Argentina legalizó el aborto como resultado de un movimiento masivo heterogéneo. Si bien los partidos capitalistas de todas las tendencias tenían miembros que se negaban a apoyar el derecho al aborto, el movimiento de masas resultó en una victoria.
Se necesitaron protestas masivas organizadas por distintas asambleas de mujeres donde se propusieron iniciativas y demandas y organizaron las protestas. Grupos feministas socialistas como Pan y Rosas lucharon en estas asambleas para llamar a los sindicatos a organizar paros laborales como parte de las “Huelgas de Mujeres” que ocurrieron en Argentina y en todo el mundo.
Lo último que provocarán Joe Biden, los demócratas o las organizaciones sin fines de lucro que los apoyan es un movimiento que sacudirá el barco y hará que se cuestione el sistema, como lo hicieron las protestas de Black Live Matters el año pasado. Es por eso que se ve a Alexandria Ocasio-Cortez tuiteando sobre la donación a clínicas de aborto en lugar de convocar a protestas masivas. Incluso los Socialistas Demócratas de América (DSA), con todos sus funcionarios electos, piden donaciones, pero sólo han organizado muy pocas protestas locales, y ninguna protesta a nivel nacional.
Nuestro poder no está sólo en las urnas o en nuestra billetera quebrada. Nuestro poder está en las calles y en nuestra capacidad como trabajadores para manifestarnos.
Necesitamos un movimiento de masas, y lo necesitamos ahora, para garantizar el aborto legal, seguro y gratuito.
Este artículo fue publicado originalmente en el sitio Left Voice, parte de la Red Internacional de La Izquierda Diario.
Traducción: Gloria Grinberg
Tatiana Cozzarelli
Docente, actualmente estudia Educación Urbana en la CUNY.