La disposición de que los funcionarios se bañen al terminar su turno es parte de las condiciones mínimas de prevención de un eventual contagio pero ¿Qué tan efectiva puede ser si el lugar destinado no tiene condiciones mínimas de higiene?
Lunes 23 de marzo de 2020
La actual crisis sanitaria que representa la expansión del COVID-19 ha planteado la pregunta sobre los resguardos a los propios trabajadores de la salud, quienes hoy son la primera línea de combate al virus.
Como hemos visto en España e Italia, parte importante de la crisis de los sistemas sanitarios han sido las bajas en el personal disponible para la atención de los usuarios a causa de la exposición a casos con contagio positivo, y que ya comienza a trasladarse al país con la reciente cuarentena para 68 funcionarios de la urgencia del Hospital de La Florida, debilitando la capacidad de respuesta de este establecimiento.
Esta misma situación tiene una especial crudeza en el Hospital Barros Luco Trudeau, donde por medio de una circular de las autoridades encabezada por la cuestionada doctora Gisella Castiglione, se recuerda la correcta disposición de usar el uniforme solamente al interior del hospital acompañando cada cambio de ropa con un baño para evitar posibles contagios.
Sin embargo, los problemas comienzan cuando se observa la infraestructura destinada para estas acciones. Trabajadores del hospital, que prefirieron mantenerse en el anonimato para evitar represalias de la directora, realizaron a este medio una denuncia de las condiciones en las que deben cumplir las disposiciones mínimas sanitarias.
A través de imágenes tomadas al interior de los espacios destinados a la higiene de los funcionarios, se puede observar desde puertas y duchas en mal estado, duchas sin puertas ni cortinas así como la presencia de óxido y hongos que vuelven completamente inservible la disposición higiénica e incluso representan un claro foco de contagio, no sólo del temido COVID-19, sino que de otros agentes patógenos que encuentran en estos espacios un medio ideal.
Esta negligencia de parte de las autoridades pone por delante la necesidad de que los trabajadores de la salud tomen activamente en sus manos la prevención y el tratamiento de esta pandemia, levantando comisiones de Seguridad e Higiene que permita denunciar y fiscalizar este tipo de situaciones, pero también debatir los datos y estadísticas de contagio en el país para impulsar las medidas necesarias para la realidad del hospital, y en conjunto con los usuarios, diseñar estrategias de contención que no sólo resguarde a la población sino que también a los funcionarios y sus familias.