Adelanto de la nueva entrega del newsletter El Pie Izquierdo, que sale todos los sábados. Esta semana, las divisiones en las alturas, la vuelta de CFK a los actos con el discurso en la UOM y un debate: los trabajadores tienen que hacer política, ¿pero de qué tipo?
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Javier Nuet @javier_nuet
Sábado 5 de noviembre de 2022
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Una anécdota de anoche en el Congreso de la Unión Obrera Metalúrgica puede servir para hacerse una imagen de cómo están las grandes coaliciones políticas en el país. En pleno discurso de Cristina Fernández de Kirchner, la mención -en realidad, el agradecimiento por la presencia- a Antonio Caló, desató una silbatina como si se hubiera mencionado a Héctor Magnetto o Mauricio Macri.
La incomodidad de la vicepresidenta fue inocultable. “No, muchachos, tenemos que estar todos unidos”. Son las internas en un sindicato en el que fue desbancado hace unos pocos meses el cacique que lo dirigía hacía 18 años. Sin embargo, el conflicto público al interior de las fuerzas políticas que dirigen o dirigieron el país ya se convirtió en un clima “natural”.
Unos días antes, se viralizó un video donde Patricia Bullrich lo encaraba a Felipe Miguel, funcionario del Gobierno de la Ciudad, y le decía “No me crucés más por la tele porque la próxima te rompo la cara. Conmigo no se jode, te lo aviso”. Por suerte, después bajó un cambio (?) y dijo “Si hay un debate, que Larreta discuta conmigo y no que me mande soldaditos a hablar”.
Del otro lado de la “grieta”, el peronismo se arranca los pelos en torno a la conveniencia o no de suspender las PASO el año que viene. Cuanto más se acerca fin de año, más absurda suena la especulación sobre los mecanismos electorales para dentro de unos pocos meses. Pero el Frente de Todos no está preocupado por eso sino por ver si le queda alguna esperanza de reelegir, a pesar de haber hecho un Gobierno imposible de defender. Acaso el triunfo de Lula -con un “Macri” brasilero como vicepresidente les permita soñar con algo que pareciera inalcanzable.
Un poco sobre eso se trató el discurso de ayer de CFK. A las críticas al macrismo le contrapuso su gestión terminada en el 2015. No por repetida, la lógica deja de ser insólita. Habla y parece que no fuera vicepresidenta. Es más, parece que el macrismo hubiera reelegido en el 2019 y todavía estuviera siendo quien aplica el ajuste.
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