Hace dos años por primera vez las mujeres ganábamos las calles al grito de Ni Una Menos. Hartas de la violencia machista y las condiciones de vida a las que somos sometidas miles se rebelaron haciendo visible este flagelo cotidiano y extendido.

Cecilia Soria @Ceci_Soria_
Viernes 2 de junio de 2017
Al día de hoy los gobiernos siguen sin tomar las medidas mínimas y necesarias, la justicia mira para otro lado y junto a las policías garantizan la impunidad y los grandes medios de comunicación desprestigian la organización de las mujeres al mismo tiempo que alimentan el morbo con la cobertura misógina de los femicidios.
Todos ellos intentan contener nuestra fuerza pero eso no ha impedido que una y otra vez Mendoza haya sido sacudida por las mujeres y sus demandas. La organización crece y fuimos protagonistas del Paro de Mujeres en octubre del 2016 y este año hicimos temblar la tierra el 8M con el Paro Internacional de Mujeres exigiendo a las centrales sindicales que paren por nuestras demandas y haciendo paro y asambleas en los lugares de trabajo y estudio.
Pan y Rosas participó de cada una de las movilizaciones por Ni Una Menos y las impulsamos en todos los departamentos donde estamos, también apostamos a fortalecer y acompañar la lucha por la aparición con vida de Johana, Gisela y Soledad, fuimos parte de una campaña militante en todas las escuelas contra el Ítem Aula, y acompañamos cada lucha de los trabajadores y trabajadoras contra los despidos.
Apostamos a transformar la bronca en organización e impulsamos agrupaciones y comisiones de mujeres en los lugares de estudio y trabajo, y llevamos esta pelea a los Encuentros Nacionales de Mujeres junto a cientos de compañeras. Nuestra compañera Noelia Barbeito fue la voz de miles en cada una de estas peleas, plantándose por nuestros derechos y enfrentándose a la casta política que nos los niegan.
El gobierno de Cornejo ha llevado adelante ajuste y tarifazos contra las y los trabajadores y el pueblo, entre ellos el ataque a las trabajadoras de la educación con el extorsivo Ítem Aula que golpea a un sector compuesto por un 95% de mujeres trabajadoras. Y ahora además pretende desaforar e imputar a los legisladores del FIT y referentes sindicales que reclamaron junto a los trabajadores en el paro del 6 de abril, en un claro intento de criminalizar la protesta social.
Como contra cara de esto dice ocuparse del problema de la violencia machista con demagogia punitiva, haciendo crecer el número de presos sin cambiar ni un ápice la situación de las mujeres que sufren violencia destinando un presupuesto irrisorio de 26 millones a la Dirección de Género y Diversidad, con el acompañamiento cómplice de sus aliados de Libres del Sur y Mumalá que son funcionarios de esta política de ajuste.
Por eso se niegan a tratar el proyecto de Emergencia en Violencia de Género que presentó Noelia Barbeito en la Legislatura que plantea una serie de medidas mínimas e indispensables para palear la situación de las mujeres que sufren violencia y condenan a miles de mujeres pero sobre todo a las que tienen menos recursos para enfrentar este flagelo.
Noelia Barbeito encabezando el Paro Internacional de Mujeres del 8 de Marzo
Mientras tanto la “oposición responsable” del FpV hace borrón y cuenta nueva después de años de dirigir el Estado sin darnos derechos mínimos como presupuesto para la Ley 26485 para la prevención y erradicación de la violencia contra las mujeres, educación sexual en las escuelas o el acceso a los abortos no punibles. Ahora cuando el calendario lo amerita hacen discursos para la tribuna pero le votan todas y cada una de las leyes a Cambia Mendoza y llevarán como candidatos en las próximas elecciones a los más fieles representantes de la alianza con los sectores de la reaccionaria Iglesia Católica que es ni más ni menos que la responsable de los abusos en el Instituto Próvolo.
Ninguno está dispuesto a romper con la jerarquía eclesiástica, que con el poder que le da el financiamiento del Estado y su santa alianza con los gobiernos prohíben el aborto legal condenando a miles a las consecuencias de la clandestinidad y encubre a curas abusadores.
Las mujeres siempre nos llevamos la peor parte: somos mayoría entre los 2 millones de desocupados, sufrimos jornadas extenuantes, malos tratos y acosos, tenemos las categorías más bajas, peores salarios y tareas. Estamos hartas y no queremos vivir más así dejando la vida en nuestros trabajos, por eso peleamos por trabajar 6hs 5 días y tener tiempo para pasar en familia, para descansar, pasear y poder estudiar. Estamos convencidas de que nuestras vidas valen más que las ganancias de los empresarios y no vamos a permitir que descarguen la crisis sobre nosotras.
No alcanza con una foto, con medidas demagógicas ni con pronunciamientos formales. Hay que romper con todos los sectores responsables de nuestra opresión. Por eso desde Pan y Rosas y el PTS en el Frente de Izquierda impulsamos cada movilización en la perspectiva de poner en pie un gran movimiento de lucha creando comisiones de mujeres y organizándonos para recuperar los sindicatos y los centros de estudiantes para que se pongan al frente de nuestra lucha.
Dos años después de que nuestro grito ganara las calles hemos mostrado una y otra vez nuestra fuerza y transformamos el dolor y la bronca en organización. Ninguno de nuestros derechos nos será regalado y por eso este 3 de junio tenemos que volver a plantar bandera.