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Red Internacional
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Ni con la derecha, ni con los Rectores: la movilización nacional la ganaremos junto a las mujeres trabajadoras

Rectores llamando a deponer las tomas y Piñera anunciando su agenda de equidad de género ¿de qué lado debe colocarse el movimiento de mujeres y con qué perspectivas?

Nancy López

Nancy López Profesora. Agrupación Nuestra Clase

Martes 22 de mayo de 2018

Un mes de movilizaciones en unas 20 universidades y el gobierno da un giro ofensivo anunciando su agenda de Equidad de Género, a la vez que Gerardo Varela se reúne con los rectores del Cruch para trabajar en conjunto nuevos protocolos para las instituciones, apuntando a la Ley de Universidades Estatales.

Así, en los distintos planteles ya se alzan las voces de sus máximas autoridades, llamando al diálogo, en función de que “los estudiantes depongan las ocupaciones de las facultades en toma para producir un diálogo abierto y propositivo”, reanudando la normalidad de las actividades académicas, como en aquellas palabras de Carlos Saavedra, Rector de la Universidad de Concepción.

Mientras que en los liceos, el gobierno ya expresó cuál será su línea, a través del alcalde de Santiago Felipe Alessandri (RN) quien ya advirtió a las y los estudiantes: “colegio tomado, colegio desalojado (…) No tenemos dobles discursos”.

Piñera y su agenda: dejar contentos a todos con iniciativas que no resuelven nada

Este miércoles 23 a las 10.00hrs se realizará la ceremonia en La Moneda, donde con bombos y platillos el empresario y Presidente de derecha, Sebastián Piñera, realizará el anuncio de su agenda de Equidad de Género.

Mediante proyectos de ley e iniciativas por vía administrativa se buscará aprobar al menos 4 medidas: un instructivo de igualdad de género para el sector público liderado por la Ministra antiaborto Isabel Plá (UDI); la modificación al régimen de sociedad conyugal para permitir a la mujer administrar bienes propios y/o sociedades; la aprobación del proyecto por violencia “en relaciones de pareja sin convivencia”; y el ingreso de un segundo proyecto para acceso a sala cuna a las trabajadoras con hijos/as.

Sin embargo, lo que las movilizaciones a nivel nacional cuestionan de fondo no se resolverá allí, sino que más bien son signos políticos del gobierno que buscan desactivar la movilización a cambio de pequeños “avances”, bajo un discurso a través de Plá, de que para instalar la “igualdad” entre hombres y mujeres es necesario un “cambio cultural” a largo plazo, que no lo aseguraría “ninguna agenda política”.

De esta forma, la derecha reaccionaria y conservadora, se va haciendo de un discurso político que les permite mostrarse del lado de las demandas de las mujeres, que se han puesto al centro a nivel nacional gracias a las movilizaciones, y a las cuales también apuntan directamente con el anuncio de la conformación de una mesa de trabajo, que permita tratar las tomas que hoy se desarrollan en las distintas universidades.

Unidad del movimiento de mujeres, con enemigos y demandas claras

El movimiento que se viene desarrollando a nivel nacional claramente busca ser capitalizado por el gobierno de la derecha integrándolo a su agenda inmediata, quienes se pueden permitir hacer algunos cambios parciales que les entreguen mayor aprobación, principalmente en las clases medias.

Esto porque para las mujeres trabajadoras no hay nada que decir, ya que para ellas se mantiene la brecha salarial de un 30% respecto de los hombres, con el 83,5% de ellas recibiendo un sueldo inferior a los 550.000 pesos, el desempleo para 6 de cada 10 mujeres en el país, o los menos de 28.000 pesos que recibieron la mitad de nuevas pensionadas en febrero del 2018.

Justamente uno de los aspectos más progresivos de la movilización que a nivel nacional ha levantado distintas universidades, es el trabajo triestamental que se ha comenzado a realizar junto a funcionarias y académicas, buscando recoger demandas históricas como el paso a planta y el fin de la subcontratación, que afectan fundamentalmente a las trabajadoras mujeres en las universidades.

Hoy se vuelve esencial delimitarnos claramente del gobierno y también de las autoridades universitarias. Ha sido la derecha la oposición más férrea que durante años encontró el movimiento de mujeres ante la demanda de un aborto libre, legal, seguro y gratuito, y aquello no lo podemos olvidar. Son los representantes de los grandes empresarios, que no están dispuestos a rebajar sus millonarias ganancias para entregar ningún mínimo derecho.

Así mismo, no debemos perder de vista que las movilizaciones que emergieron a nivel nacional tuvieron como punto de partida el autoritarismo de los rectores en las universidades, quienes no dieron ninguna respuesta a las exigencias de las y los estudiantes, más allá de protocolos que se encontraban totalmente bajo su propia determinación, y que por lo mismo, fueron completamente infertiles.

Un pliego único nacional para fortalecer y ampliar nuestra movilización

Necesitamos elaborar un pliego único y nacional de demandas, que lejos de tener como perspectiva su discusión con los ministros de la derecha, debe orientar nuestra lucha y definir el horizonte de nuestras demandas, para dar un nuevo impulso a la movilización nacional.

Debemos incluir en él la composición de comisiones triestamentales, electas y resolutivas que con independencia de las autoridades, puedan definir los procedimientos frente a los casos de violencia machista, para dotar de mayor poder de decisión a funcionarios/as, académicos/as y estudiantes, y quitar aquellas decisiones de manos de las autoridades.

Aquello será un primer paso para buscar romper con la estructura autoritaria de las universidades que, en última instancia, es el sustento material para la reproducción de la violencia machista en su interior, que luego se expresa en nuestras mallas, las contrataciones de docentes, o la precarización laboral. Por eso, también debemos apostar por la votación universal de las autoridades unipersonales, y así abrirnos un camino claro hacia el cogobierno universitario.

A diferencia de los que dicen que esto se trata de un “cambio cultural”, desde Pan y Rosas pensamos que esto se trata de un sistema que se perpetúa a través de la explotación y la opresión, y que descansa precisamente en los hombros de las y los más precarizados.

Las mujeres trabajadoras son parte de aquella precarización estructural, ganando sueldos de hambre, mueriendo por abortos clandestinos y con dobles o triples jornadas laborales por el trabajo doméstico no remunerado, del cual también se alimenta el sistema capitalista y los empresarios millonarios. Por ello, el erradicar la violencia machista, para nosotras pasa necesariamente por librar una lucha anticapitalista, que el movimiento de mujeres puede y debe tomar en sus manos, separándose claramente del gobierno, la Iglesia y los grandes empresarios, sean hombres o mujeres quienes les representen.

De ahí la importancia una lucha triestamental al interior de las universidades, pero también de la unificación con las y los trabajadores, poniendo reivindicaciones en común y buscando levantar con la mayor fuerza las movilizaciones, como la convocatoria hecha para este 1 de junio por la Confech y la coordinadora 8 de Marzo, donde debemos demostrar en las calles nuestra fuerza organizada, con un Paro Nacional efectivo al que llamen los grandes organismos sindicales como la CUT y el Colegio de Profesores, y donde podamos decir fuerte y claro que el movimiento de mujeres se encuentra del lado de las trabajadoras, y no de Isabel Plá ni Sebastián Piñera.


Nancy López

Profesora. Agrupación Nuestra Clase

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