Sin duda los grandes ganadores de la jornada son los partidos de los 30 años, que, a pesar de ciertos cambios, conservaron de conjunto parte importante del régimen político.
Sábado 7 de mayo de 2022
En una extensa jornada, durante este viernes, el Pleno de la Convención Constitucional se abocó a la discusión y votación del segundo informe de la Comisión de Sistema Político, la llamada “sala de máquinas” de la Convención, en donde se determinan los marcos de las atribuciones y facultades de los poderes del estado.
Las principales polémicas de presidencialismo atenuado y bicameralismo asimétrico, que despertaron horrores en los sectores conservadores, fueron importantemente atenuadas.
Respecto al presidencialismo atenuado, efectivamente se restringen ciertas facultades presidenciales, como por ejemplo se eliminó la exclusividad presidencial para ciertas iniciativas legislativas, pero se mantuvo la necesidad de su patrocinio para ciertas iniciativas legales. Así mismo mantiene ciertas prerrogativas exclusivas referentes a los tratados internacionales. Habría que reconocer que pasamos de un hiperpresidencialismo a un sistema derechamente presidencial a secas.
Sobre el bicameralismo asimétrico, una fórmula que pretende “eliminar” la figura del Senado para reemplazarla por la Cámara de las Regiones. Esta Cámara “asimétrica” trataría temas exclusivamente regionales, sin embargo, tras el fracaso del acuerdo anterior, se optó por reforzar sus atribuciones.
Por ejemplo leyes que regulen la organización y funciones del poder judicial, legislativo y de los órganos autónomos constitucionales, las leyes que regulen Estados de Excepción, leyes que impliquen gastos del Estado y que deban ejecutarse por entidades territoriales, las leyes sobre reforma constitucional y las que implementen derechos sociales. Así mismo, puede conocer de un proyecto que no sea de materia regional, si cuenta con el el respaldo de la mayoría de la Cámara.
Un presidencialismo ni tan atenuado, un bicameralismo no tan asimétrico. Este es el balance de la discusión. En suma el régimen político no pareciera sufrir importantes modificaciones, conservándose en suma un régimen a la medida de los partidos de los 30 años.
Por otro lado, la discusión de hoy fue una dura derrota para los representantes de Pueblo Constituyente, Coordinadora Plurinacional y los Pueblos Originarios, puesto que diversas normas sobre escaños reservados y participación popular fueron rechazados.
La “línea roja” de Pueblo Constituyente y la Coordinadora Plurinacional, que implicaba una norma sobre “pluralismo jurídico”, por medio del cual se le reconocía igualdad a los independientes respecto de las organizaciones políticas para efecto de su participación en elecciones populares, la que fue rechazada.
Así mismo fueron rechazados los mecanismos de participación popular como las iniciativas populares de norma.
Respecto de los pueblos originarios, se rechazó la representación de todos los pueblos originarios mediante escaños reservados, sin embargo esto también fue rechazado, dejando su determinación al debate legislativo.
Como lo decíamos en esta nota el segundo informe de la Comisión de Sistema Político es mucho más moderado que el proyecto original, en diversos aspectos es más autoritario que la redacción actual de la Constitución de Pinochet, al consagrarse la autonomía del Banco Central, la mayor injerencia estatal a los partidos políticos o la determinación de la obligatoriedad del voto en las elecciones populares.
El resultado que va quedando de la Convención Constitucional no parece expresar mucho los anhelos de cambios de la rebelión de octubre. Si bien se han establecido un catálogo de derechos y garantías constitucionales y se incluyen normas de paridad de género, esto no hace más que ponernos al día en algunos aspectos democráticos, sin embargo lo medular no se toca, no se toca la gran propiedad capitalista ni los negocios del gran empresariado.
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Con estas señales la Convención da muestras que ésta no es en ningún caso producto del triunfo de la rebelión, sino una trampa, un desvío, un engaño para sacarnos de las calles, para conservar a Piñera en impunidad y para desactivar a los miles de trabajadores, jóvenes y mujeres luchábamos en todo el país.
Sin embargo este desvío no es armónico, esta especie de nueva transición es convulsiva, pone en tela de juicio a la Convención, con un gobierno tironeado por la derecha y los sectores reaccionarios, por un lado, y, por otro, por las demandas de octubre, sin resolver ni lo uno ni lo otro, esto siembra descontento, el caldo de cultivo para nuevos estallidos.