El Grupo Dass lanza, cada 3 o 4 meses, una campaña de terror contra sus trabajadores, que usa de carne de cañón para presionar por favores estatales. Suspende por dos días a la semana. Unas Air Max salen 75 mil pesos, más que el salario de una trabajadora del calzado.
Miércoles 12 de abril de 2023 13:22
"Desde el año pasado tenemos problemas" dicen los gerentes del Grupo Dass.
¿Cuál es la realidad? La empresa, que tiene la licencia de Nike, Adidas, Umbro, Asics, entre otras marcas, en una de las grandes jugadoras del mercado de calzado deportivo. Más exactamente, es conocida como “La Reina de las zapatillas”. En el mercado argentino se venden 30 millones de pares anuales y un tercio son Nike.
Los precios de las primeras marcas son increíbles. Hoy un modelo de Nike Air Max está en 75 mil pesos. El mes que viene no se sabe. Dass capitaliza más del 60% del negocio del calzado deportivo de alta gama.
Además el grupo, de capitales brasileños y argentinos, tiene 12 plantas en el país hermano, con 20 mil empleados, y otras tantas acá.
¿Para qué sirven estos números?
Primero, para entender que estamos ante uno de los grupos más poderosos del sector. Por otro, que no tiene ninguna crisis.
Sin embargo se la pasa llorando. En 2019 y 2020 realizó despidos en sus plantas de El Dorado (Misiones) y Coronel Suárez (PBA). En 2022 amenazó con despidos en la planta misionera.
Hoy vuelve a la carga. Dice que "la industria en general ha enfrentado dificultades, lo que ha afectado el proceso normal de producción de Grupo Dass retrasando el ingreso de algunos componentes y provocando interrupciones parciales en nuestras líneas de producción". Y agrega que “el problema se ha visto agravado por los bajos niveles de stock que se mantienen desde año pasado, debido a los cambios, primero, en las normativas de BCRA y, segundo, en el sistema de control y aprobación de importaciones”. Y que tendrá que trabajar tres días a la semana. Suspensiones. Sus trabajadores y trabajadoras perderían así parte del sueldo. El debate "caliente" entre la patronal y el sindicato es si pagan las horas "no trabajadas" al 40% o 70%. Max Ilegal.
La verdad: Dass pide que le habiliten importaciones y dólares para sus operaciones. Se trata de una empresa que opera a ambos lados de la frontera, utilizando maniobras fiscales y deslocalizando su producción según los favores estatales y el nivel de explotación que consigue en Brasil o Argentina.
Estamos ante un chantaje: las suspensiones y la amenaza de despidos buscan presionar al Gobierno para que lo beneficie (nuevamente). Dass tiene un punto a favor: Daniel Scioli es un amigo de la empresa. Tiene otro en contra: la crítica situación monetaria del Banco Central no da mucho margen a sus amigos.
Pero lo más brutal es que utilizan a los trabajadores y trabajadoras para sus tejes y manejes.
Hoy una obrera del calzado cobra por mes menos que uno de los pares de zapatillas que fabrica. Y fabrican 14 mil pares por día. La escala salarial que acordó la Unión Industrial de Trabajadores del Calzado (UITCRA) dejó la hora para un operario en 492 pesos (categoría promedio). Si le agregamos la merienda, lo calculamos mensualmente y sumamos los ítems no remunerativos, apenas supera los 100 mil pesos. Si hacemos los descuentos correspondientes… el sueldo equivale a un par de zapatillas.
Con la suspensión, las obreras de la planta de El Dorado, directamente pasarán a tener un ingreso por debajo de la indigencia. Ya no será un par de zapatillas, sino una sola.
El gerente del Grupo Dass es Brian Handley, es directivo del CitiBank. Los más “viejos” quizás recuerden a “Richard” Handley, el famoso hombre fuerte del banco norteamericano en los 80 y 90.
Dass corta los cordones, como siempre, por lo más delgado.
Hay que rechazar las suspensiones y despidos. Que la crisis la paguen los empresarios.