En la base del proyecto se encuentra un ataque a una de las conquistas históricas más importantes en la historia de la clase trabajadora: una jornada laboral de 8 horas, base para una vida “equilibrada” entre 8 horas de trabajo, 8 de descanso y 8 de recreación. Si embargo, la realidad de miles de familias trabajadoras en Costa Rica se alejan de este ideal.
Jueves 1ro de junio de 2023
Fotografía de Tatiana Saballos en AR Prensa
Y es que uno de los problemas centrales del proyecto propuesto por UCCAEP e impulsado por el Gobierno, es el no contemplar el avance de la precarización de la vida y del trabajo al que se ven sometidos miles de trabajadores y trabajadoras día con día. En última instancia, el supuesto incremento de la productividad a la que apunta el gran empresariado del país con el proyecto, va a tener que pagarse con una enorme precarización laboral de los trabajadores y trabajadoras en general.
En el Proyecto de Ley se plantea una jornada laboral de 12 horas que no contempla los tiempos de traslado a los centros de trabajo (y de regreso al hogar después de la jornada), en un país con fuertes deficiencias en su infraestructura vial y en donde miles de personas deben viajar hasta por 2 o más horas debido a las presas.
Por otro lado, el tema se agrava aún más cuando se consideran los derechos de las mujeres trabajadoras, quienes ya de por sí deben enfrentar situaciones de precarización, trabajo invisibilizado y una importante brecha salarial. En Costa Rica, las estadísticas oficiales del INEC apuntan a una mayoría de hogares con jefaturas femeninas en los quintiles de menores ingresos, es decir, la pobreza en el país tiene rostro de mujer.
Las labores de cuido, tanto con adultos mayores, personas con discapacidades de diferente tipo o con niños pequeños, quedan por fuera de la lógica del Proyecto de Ley. Estas no son actividades que puedan realizarse en un día libre “adicional”, no son acumulables y no pueden esperar “a que nos acomodemos”. De igual forma es golpeada la juventud, que ya de por sí debe lidiar con universidades públicas que tienen una orientación para mantener a la juventud trabajadora lejos de las aulas: los problemas con permisos, horarios y cursos que hoy en día ya son difíciles de conseguir con jornadas de 8 horas se volverían imposibles bajo una modalidad de 4x3. Esto es importante ya que el Proyecto de Ley tiene puesto su énfasis de las industrias de partes médicas, call centers y otras similares presentes en zonas francas y zonas industriales. Trabajos que por lo general, emplean jovenes como fuerza de trabajo.
Días atrás el presidente Chaves habría declarado que “No le estamos haciendo el favor a ningún empresario”, afirmando que las jornadas 4x3 serán opcionales para los trabajadores. Sin embargo, la realidad de la precarización y la informalidad en el país más bien nos llevan a otra conclusión. Al seguir de cerca casos como en de La Perla, se aclara cuál es la situación de muchísimas familias trabajadoras en manos de grandes multinacionales, las mismas que el presidente desea mantener atraídas a la economía nacional: trabajadores afectados permanentemente en su salud, debido al uso de agroquímicos peligrosos y la ausencia de las correctas medidas de seguridad. Un proceso de denuncia que hemos seguido desde La Izquierda Diario, en donde instancias como Juzgados de Trabajo o el propio INS, hacen oídos sordos a los reclamos por un trabajo y una vida dignas por parte de las familias obreras del banano, con un proceso de investigación e inspección laboral ineficiente, demuestran quién es el gran ganador de una legislación con rasgos antitrabajadores.
Otro de los argumentos con los que se defiende el Proyecto de Ley es el tema del desempleo. El desempleo en el país ha ido en disminución durante los últimos meses en comparación con los últimos años marcados por la crisis sanitaria del Covid-19. Sin embargo, cuando el presidente menciona esto en sus conferencias de prensa, olvida mencionar que la razón detrás de la disminución del desempleo es la destrucción de puestos de trabajo. De acuerdo a los datos del INEC de octubre del año pasado a abril de este año, el “ejército laboral” del país pasó de 2.195.192 personas a 2.142.883, una reducción de casi 52.000 personas. El hecho de que miles de personas jovenes hayan renunciado a la posibilidad de encontrar un trabajo es la razón principal detrás de la disminución de la tasa de desempleo en la que se apoya Cháves para presionar el Proyecto de Ley.
¿Cuál es la salida por Izquierda?
La izquierda política tiene una gran responsabilidad en el debate sobre los derechos y las condiciones de vida y de trabajo de miles. Históricamente, organizaciones de trabajadores, militantes y activistas han reivindicado y defendido el derecho a una jornada laboral que esté en función de nuestras vidas y proyectos; y no en función de la codicia insaciable del gran capital.
En el país, es llamativo que las principales organizaciones y partidos de izquierda sostienen un elemento en común: la política de organizar un Encuentro. Es una política fundamental para darle una salida desde la clase trabajadora a la bronca que se expresa por abajo ante la inflación, la precarización, el deterioro de los servicios. A lo que hay que sumar todas las provocaciones reaccionarias de Rodrigo Chaves, Rodrigo Arias y el resto del personal político de la burguesía en los últimos meses.
Esto se suma al hecho de que las burocracias sindicales en este momento no tienen ninguna voluntad de detener ninguno de los ataques que hemos sufrido desde la restricción del derecho a huelga hasta la jornada de 12 horas. Lejos de ello, después de los desvíos de la lucha de clases en 2018 y 2020, las burocracias sindicales son mucho cerradas. Hay una gran diferencia entre la disposición de enfrentar al Gobierno que se ha expresado por ejemplo en la masiva movilización contra los recortes al FEES, en la importante movilización del 8M, la gran movilización campesina (con la toda la gama que presenta) y también la movilización contra los recortes al Ministerio de Cultura y las políticas que tienen las burocracias sindicales de no preparar ninguna lucha en serio contra Chaves.
Y no es menor que sean organizaciones de izquierda quienes lleven adelante un Encuentro de la clase trabajadora. Organizaciones como el PT, el NPS y el PRT han manifestado públicamente estar de acuerdo con una medida de este tipo. Esto es especialmente importante en un momento en donde oportunistas burgueses como Figueres pueden desviar el descontento y la bronca contra el gobierno hacia procesos de desmovilización y desmoralización. Valoramos que un encuentro impulsado por el PT, OSR, PRT, NPS, Lucha Mujer, Pan y Rosas, Las Rojas, La Alianza Campesina, el Bloque de Vivienda, etc. puede ser un espacio político fundamental para poner en pie a la clase trabajadora del país, detener toda la política neoliberal y antidemocrática del Gobierno y sus aliados. Siendo que los cuatro grupos estamos de acuerdo en una posición tan específica, llamamos a poner manos a la obra para organizar este Encuentro.
Por otro lado, emplazamos a las diputaciones del Frente Amplio, al igual que a las direcciones sindicales de APSE, ANDE, BUSSCO, etc. a que llamen a movilizarse contra el proyecto de jornadas 4x3, para ponerle un alto a la agenda neoliberal de Cháves en las calles.
Desde OSR sostenemos la necesidad de luchar para aplicar una escala móvil de salarios y una escala móvil de horas de trabajo, de manera que las dinámicas de explotación y precarización como el subempleo, pueden combatirse de raíz. Repartir las horas de trabajo entre empleados y desempleados, manteniendo un aumento de salario que cubra una canasta básica real acorde a la inflación a expensas de los grandes capitales, sobretodo aquellos que han reportado históricamente 0 ganancias y 0 pérdidas. La solución para el desempleo no es la precarización de la vida, sino la repartición de las horas de trabajo: trabajar menos, trabajar todos.
