La verdadera cara del discurso de Bullrich y Cambiemos.
Viernes 12 de octubre de 2018
El pasado jueves, la ministra de Seguridad Patricia Bullrich expuso ante la Bicameral de Seguridad del Congreso nacional. Allí, planteó que las fuerzas represivas son “estigmatizadas” y dijo que su gestión “redignificó” a los uniformados.
Pero esta no fue la única reivindicación de la política represiva del Gobierno. También aseguró que, gracias a la (mal) llamada “lucha contra el narcotráfico”, el 36 % de las detenciones son por consumo personal. En otras palabras, la ministra se jactó de que, en 2018, 17.718 personas fueron apresadas por tenencias mínimas. “Santa Fe se da el mayor número de detenidos”, concluyó.
De acuerdo con datos del Poder Judicial, 2 de cada 3 causas penales abiertas por infracción a la Ley de Estupefacientes son por consumo personal. Estos números muestran una clara persecución a los jóvenes, sobre todo en los barrios pobres. Mientras tanto, el gran negocio del narcotráfico continúa funcionando, con la complicidad de los funcionarios, los jueces y las todas las fuerzas de seguridad.
Legalizar todas las drogas, como plantean múltiples organizaciones sociales y de izquierda, es parte de una política para combatir tanto el narcotráfico como el reforzamiento represivo del Estado que se apoya en este negocio. Mientras tanto la penalización a los usuarios es una herramienta que tiene el Estado para criminalizar.
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Basta recordar que, en abril de este año, la Policía Bonaerense justificó la desaparición de 540 kilos de marihuana del depósito de la Delegación Judicial de Pilar, aludiendo que “se la comieron los ratones”. El titular, que podría resultar gracioso, no lo es. En julio de este año, una noticia más trágica salió a la luz: el policía que encubrió crimen de Nehuén Rodríguez –un caso de gatillo fácil– fue descubierto al robar 17 panes de marihuana. Estos son solo dos ejemplos.
La misma Bullrich que enaltece a los asesinos de Santiago Maldonado, Rafael Nahuel y tantos otros pibes, reivindica la detención de consumidores. Y busca instalar un clima derechista de acuerdo a los planes ajustadores del Gobierno.