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Red Internacional
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REPORTAJE A LOHANA BERKINS, DIRIGENTE DE ALITT. “¿No es una obscenidad una Constitución que defiende la propiedad privada antes que la vida?”

Esta entrevista que aquí reproducimos fue publicada en La Verdad Obrera Nº 64, la prensa partidaria del Partido de los Trabajadores Socialistas, del 17 de mayo del 2000. Aquí están las palabras de Lohana Berkins que, en su velatorio, fueron reproducidas en su homenaje por Andrea D’Atri, en nombre del PTS y de la agrupación Pan y Rosas.

Andrea D'Atri

Andrea D’Atri @andreadatri

Sábado 6 de febrero de 2016

Lohana tiene 3…(*) años, es travesti y sobrevivió a costa de prostituirse durante muchos años. Ahora, decidió dejar de hacerlo, pero para ello es necesario que tenga un trabajo digno que no puede conseguir. Entonces, empezó a pelear por este derecho y nos decía lo siguiente: “Mi pedido de trabajo surge cuando tomo conciencia de que ser travesti me inhabilitaba de todos mis derechos. Me dí cuenta de la alienación en la que vivía por la prostitución… yo pensaba que la prostitución dependía sólo de mí… cuando me dí cuenta de que no dependía de mí sino del Estado, de todo un sistema hipócrita, ahí dije: ‘¡No! Esto está mal.’ Hay una prostitución mucho más grande, por ejemplo, del gobierno con el Fondo Monetario Internacional. ¡Eso es prostitución! Cuando Cavallo y Béliz se dicen de todo y después terminan en una alianza, eso es prostitución.

Se aguantan por un interés mutuo, lo mismo que hacemos nosotras con los tipos. Mirá la falsa ‘izquierda’ que representaba el Chacho Álvarez y, en el poder, es la postura más tremendamente reaccionaria y derechista ¡Lo mío, al lado de eso, es una travesura de niña! Me dí cuenta de que la prostitución es algo mucho más grande de lo que la sociedad define como tal. Hoy, haciendo tanto escándalo con el tema de la zona roja, 5 mil travestis nos hemos convertido en la agenda política del Estado, cuando hay 10 millones de personas con hambre. Eso es de una obscenidad sin parangón. Si Cavallo hubiera dicho ‘cuando asuma voy a colgar una travesti en el Obelisco’, Ibarra al instante hubiera matado diez. Esto es lo verdaderamente triste, que nosotras seamos usadas para tapar el verdadero estado de calamidad en el que se encuentra el país. Fijate que ahora todos los medios están haciendo notas por lo que dijo un juez de que se podía andar en bombacha y corpiño ¡y no están instalados en Tartagal, con los piqueteros! A mí me indigna cuando el gobierno dice que va a mandar la Gendarmería a Tartagal a reprimir y eso está justificado, pero cuando el pueblo toma lo que le corresponde es terrorismo, saqueo. Lo de los piqueteros para mí no es terrorismo, es un reclamo justo. ¿No es una obscenidad una Constitución que defiende la propiedad privada antes que la vida? Además yo soy salteña y hoy escuchaba a un señor que cortaba la ruta en Tartagal que decía que vivía con 120 pesos. ¡Cuando María Julia Alsogaray se robó millones de dólares y la mina está divina! ¡Cuando un genocida como Videla está en su casa y yo tengo que ser depositada en las peores cárceles! Me parece que hay que pensar bien cuáles son los valores, cuáles son las prioridades y qué cosas son las que realmente amenazan la seguridad y la integridad de las personas, que no somos las travestis por cierto.”

Ella misma se ríe de esto y señala: “Al final, Cavallo tenía razón cuando dijo que Ibarra era un mentiroso. Porque el código de convivencia urbana es mentira. ¿Qué hizo el gobierno por la convivencia? ¿Un festival, una jornada de reflexión, permitió que fuéramos al colegio, que nos dieran trabajo para que podamos dejar la calle? ¡No! ¡Hizo una cárcel contravencional! ¿Eso es la convivencia?”

Lohana es fundadora de ALITT, la Asociación de Lucha por la Identidad Travesti y Transexual y, aunque el motivo central de este nucleamiento es la pelea por el derecho a su identidad sexual, no se limita sólo a eso. “Yo quisiera que se pudiera ver una travesti secretaria, cocinera, diputada. También hay travestis reaccionarias porque el fascismo no conoce ni sexo, ni identidad sexual. Si es travesti, pero defiende a Videla, la voy a combatir. Me cago en María Julia, en la Fernández Meijide, la Fortabat y le hago un monumento a la mujer que está viviendo en una villa y se está bancando la pobreza, la desocupación. No es lo mismo la Thatcher que la Bonafini, aunque las dos sean mujeres. Nosotras estamos atravesadas por varias cuestiones: por la pobreza, por nuestra condición de clase, por la marginalidad, la exclusión. Entonces empezamos a reflexionar con un grupo de compañeras y nos dimos cuenta de lo que significaba el imperialismo, el neoliberalismo… No es cuestión de que el Estado un día te diga ‘te reconozco que sos travesti’ y ahí termine la cuestión. Yo siempre voy a estar situada en un montón de exclusiones que no tienen que ver necesariamente con ser travesti. Yo creía que era única en el mundo, que las travestis éramos las únicas que sufríamos. Cuando salí al mundo, ví que éramos millones los que sufríamos.”

A fuerza de insistencia, de lucha, de perseverancia, ha conseguido cursar el secundario y este año se recibe de bachiller. “A mí me eligieron delegada del curso. Esto demuestra que la gente asimila más rápido que las instituciones. Como yo dejé la calle absolutamente me cuesta mucho bancarme, porque hay días en que tengo cinco pesos y si no tengo qué comer no como, pero al colegio voy.” De su entrada al colegio cuenta una anécdota en que puso en ridículo al director que pretendía usar alguna excusa para echarla. “Una vez me llama el director y me dice: ‘¿Qué pasaría si una chica se queja de su presencia?’ Yo le digo: ‘Si una chica o un chico se quejan de mi presencia lo que vamos a hacer, tanto usted como yo, es conversar y persuadirlo de que yo tengo derecho a estudiar y si no lo entendiera, el que se va a tener que ir del colegio va a ser él y no yo.’ Lo que le quise decir es que se hiciera cargo, porque si no, con este verso me venía mañana con que había gente ofendida y yo me tenía que volver a la zona roja. Después se le pasó. Creo que como se dio cuenta de que nadie se hizo travesti al otro día corriendo, por contagio, ahora ya no hay problemas. Para mí se esperaba que al otro día fueran todos con plumas, maquillaje, purpurina, ¡qué pelotudo! ¿qué pensaba? ¿Que yo iba a estar corriendo a los tipos desesperada?”

Y cuando nos estamos despidiendo, Lohana me dice: “Mi vida fue muy dura pero a pesar de todo esto, si pudiera nacer de nuevo y elegir, elegiría ser travesti. Sería travesti, negra, boliviana, judía, la que se hizo abortos, la mujer golpeada, asesinada por el policía, la que encarcelaron. Elegiría todo eso de nuevo. Porque el triunfo más grande que voy a tener al final de mi vida es que voy a tener la seguridad de que jamás, mientras fui consciente, soporté una discriminación, una exclusión, ni en público ni en privado. Me rebelo a todo esto. Contra la discriminación, la exclusión, la represión seguiré luchando el resto de mi vida…”

(*) En el original se mencionaba la edad que Lohana había dicho que tenía. Pero permanentemente ocultaba su fecha de nacimiento o mentía acerca de su edad. Por respeto a esta decisión personal, la omitimos en esta reproducción de la entrevista.


Andrea D’Atri

Nació en Buenos Aires. Se especializó en Estudios de la Mujer, dedicándose a la docencia, la investigación y la comunicación. Es dirigente del Partido de los Trabajadores Socialistas (PTS). Con una reconocida militancia en el movimiento de mujeres, en 2003 fundó la agrupación Pan y Rosas de Argentina, que también tiene presencia en Chile, Brasil, México, Bolivia, Uruguay, Perú, Costa Rica, Venezuela, EE.UU., Estado Español, Francia, Alemania e Italia. Ha dictado conferencias y seminarios en América Latina y Europa. Es autora de Pan y Rosas. Pertenencia de género y antagonismo de clase en (…)

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