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Red Internacional
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CINE Y CULTURA. No importa la caída sino el aterrizaje: A 20 Años de “el Odio”, la gran obra del cine político y social en la Francia de los 90`

Se cumplen 20 años desde que la cinta de Matthieu Kassovitz se presentara en el Festival Internacional de Cine Cannes, convirtiéndose en una película de culto y gran baluarte del cine social francés de los años 90’s.

E.E. Vergara Valparaíso, Chile

Miércoles 6 de mayo de 2015

Cuando Matthieu Kassovitz -director de cine, y actor, más conocido por el papel de Nino en “Le fabuleux destin d’Amelie Poulain”- pensó en filmar “El Odio”, jamás imaginó el impacto que causaría dentro de la opinión pública de aquel año, ni en una generación de jóvenes cuya cinta se convirtió en un referente del cine de denuncia y de combate, en contra de la violencia del aparato policial y el Estado.

Contexto de manifestaciones

El film está inspirado en la muerte de Makomé M’Bowolé, un joven negro de 17 años, quien el 7 de abril de 1993, luego de haber sido detenido sospechosamente junto a sus amigos, pasa a ser interrogado violentamente por un policía, propiciándole un disparo en su rostro y ocasionando su muerte.

La muerte del joven Makomé causó una gran conmoción en la sociedad francesa, producto de la crudeza del acto y el cuestionamiento a la autoridad policial, la cual sistemáticamente venía reprimiendo a la juventud y a los distintos sectores que comenzaban a manifestarse en contra de la política levantada por el entonces Ministro del Interior, Pascal Compain.

El año de su estreno también estuvo marcado por una serie de paralizaciones y manifestaciones de grandes sectores de trabajadores, siendo su punto más álgido la gran huelga llevada a cabo por los trabajadores de servicios, entre noviembre y diciembre de 1995, la cual duró más de 22 días, y fue apoyada por casi un 60% de la población.

El Odio, una bomba de tiempo a punto de estallar

La película trata la historia de tres amigos, Vinz, Said y Hubbert, quienes viven en los suburbios de Chanteloup (comuna ubicada en el centro-norte de Francia) y cuya vida consiste en vagar diariamente por los distintos rincones de la ciudad, buscando algo en qué pasar el tiempo, entre fiestas en las azoteas de algún edificio abandonado o los breakers que buscan un espacio donde expresarse. Su amigo Abdel se encuentra gravemente herido luego de haber recibido un disparo de un inspector tras una redada, y Vinz, tomando dicha situación como un asunto personal, ha prometido tomar venganza, asesinando a un policía, si es que su amigo muere eventualmente.

Es así como la película mostrará en el transcurso de todo un día, los distintos eventos y dilemas que atravesarán sus personajes, tratando de entender la discriminación y el asedio que viven los sectores más marginados y postergados de la sociedad francesa.

Para el rodaje del film, Kassovitz junto a los actores y su equipo técnico, decidieron instalarse por dos meses en la localidad de Chanteloup, buscando desenvolverse con mayor naturalidad en el lugar del rodaje, y poder tener una relación más directa con los distintos locatarios del sector, quienes conforman mayoritariamente el elenco de la película.

Cine de experimentación y denuncia

El Odio es una película con un mensaje político y social totalmente claro, la represión policial, pero cuyo propósito excede la mera representación del conflicto latente entre la juventud y la policía, como quisiera su director. Es una película que nos hace tomar una posición irrenunciable frente a la cohersión y la brutalidad con que actúa el aparataje estatal en las calles y barrios de Francia.

Muestra con crudeza la realidad que deben vivir los distintos sectores de inmigrantes y pobladores que se encuentran apartados de la sociedad, diariamente discriminados y violentados por la legalidad del estado burgués y sus mecanismos de control. Pero, al mismo tiempo, es una película de la juventud, de un director que no tiene miedo de experimentar, a través de pasajes surrealistas, canciones incendiarias de Bob Marley, o planos secuencias de larga extensión, filmando desde una azotea la cite de un DJ, cuya figura se pierde en un recorrido de Edith Piaf, NTM & Cut Killer.

Es una hora y media de un recorrido por Francia en un permanente blanco y negro, que oscila entre la lentitud por el reconocimiento de la audiencia frente a los personajes y la ansiedad que vive el espectador, a través de una acumulación de eventos desafortunados que entre bloques de risa y dispersión, nos vislumbran la tragedia.

El Odio es un claro ejemplo de la potencia que puede adquirir una película con un fuerte contenido político y social, cuando existe la valentía de disponer técnica y creativamente las herramientas para volverla una obra cumbre sobre la ira, la violencia y la rebelión.