Según un último estudio realizado por Workmonitor Randstad que fue publicado el pasado Lunes en diversos medios de prensa, detalla que un 68% de las y los trabajadores en Chile se encuentran posponiendo su edad de jubilación, como consecuencia de no poder solventar económicamente sus vidas con las actuales pensiones.
Miércoles 7 de junio de 2023
Hace mucho que dejó de ser un secreto a voces que las pensiones en Chile, son de hambre y que la responsabilidad de las AFP en este punto es primordial. Mientras el 68% de quienes están en edad de jubilar se encuentran postergando este proceso, el 39% restante de este estudio declara que retrasará su retiro laboral, para así enfrentar el costo actual de la vida.
Por otro lado, el 48% de las y los trabajadores que tienen entre 55 y 67 años, consideran que la edad de 60 años es una “buena” edad para jubilarse, pero apenas un 5% de los encuestados cree tener las condiciones económicas para hacerlo.
Los niveles de inflación actuales son históricos, respecto a los últimos 30 o 40 años, lo que ha propiciado que las llamadas jubilaciones anticipadas ya no sean una opción, sino que todo lo contrario, retrasar la jubilación, volver al mundo laboral, buscar más de un empleo o aumentar las horas trabajadas, para generar mayores ingresos para poder subsistir.
El sistema de pensiones actual requiere una cirugía importante, pues no se pueden mejorar sustancialmente las pensiones, y que sirvan para subsistir dignamente, sin afectar las ganancias de los grandes empresarios.
La realidad es que hoy los fondos de millones de trabajadores a nivel nacional, no pueden seguir en los tentáculos de los especuladores que se enriquecen a costa de nuestra pobreza y precariedad, estos fondos deben ser arrancados de sus manos y pasar a ser administrados por un sistema estatal de reparto controlado por sus trabajadores. Este sistema para asegurar pensiones dignas se necesita que sean invertidos en los proyectos que estime conveniente la clase trabajadora y los jubilados, y no en la lógica de acumulación capitalista, sino que en beneficio del bien común. Estos fondos pueden invertirse en obras sociales, habitacionales, hospitales o empresas estatales de desarrollo de tecnología para poder estimular un desarrollo productivo nacional.
Es necesario un sistema tripartito de fondo solidario, administrado por trabajadores y jubilados, y que responda las reales necesidades de la tercera edad y que responda a una jubilación digna sobre $650.000, para qué trabajar hasta morir deje de ser una opción, la opción que actualmente ofrece el mercado.
Elizabeth Fernández
Profesora