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Red Internacional
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DIÁLOGOS EN LA FÁBRICA. No solo en la familia pensamos las mujeres

Sobre qué hablamos las trabajadoras de la alimentación en la línea de producción.

Domingo 31 de julio de 2016 17:30

Estamos en la línea pendientes de cumplir con la producción bajo la mirada de supervisores y encargadas. Nuestras cabezas están pensando si el niño habrá sido abrigado para ir a la escuela, si habrá tomado el remedio para la gripe a horario, si habrán sacado el pollo del frezzer para cocinar a la noche, si habrán juntado la ropa antes que se largue la lluvia. Aprovechamos esos minutos de descanso durante el tiempo que vamos al baño para llamar a casa y asegurarnos que todo esté en orden.

Mientras estamos en la línea pendiente de la producción, cuando las miradas de supervisores se alejan, también debatimos, opinamos, intercambiamos sobre la realidad que nos golpea, que no nos es ajena.

  •  Ahora no podemos prender la estufa por lo caro que esta el gas o la luz, dice una de las trabajadoras.
  •  ¿Y el boleto?, continua otra.
  •  Ya no me alcanza cargarle 100 pesos, ¡ahora gasto el doble!
  •  Yo deje de comprar verduras, hay que darle al fideo y el arroz nomas.
  •  ¡Con Cristina esto no pasaba!, agrega otra.
  •  Y Macri es un empresario, que le va a importar si nos morimos de frió, se queja otra, y sigue:

    - Aunque no se entiende que en tan poco tiempo haya cambiado tanto todo. Esto ya lo estaban preparando desde antes.

  •  Con Cristina no pasaba pero se robaron un montón de plata. Esa plata podría haber hecho que yo tuviese gas natural en vez de garrafa, le responde otra.

    Otra compañera dice:

  •  ¿Vieron los cortes contra el tarifazo? “ruidazo” le dicen. En mi barrio se hizo, yo no fui por que no sabía. ¡La próxima voy!

    Y otra agrega:

  •  Si, hay que ir. Hay que empezar a hacer algo aparte de quejarnos.
  •  Es verdad, asienten todas.
  •  ¡Y la del sindicato vino con lo de la invitación para el día del niño! ¡Yo ahora me doy cuenta que lo del aumento no alcanzo para nada!

    La maquina se rompe y la charla se corta. Tenemos mucho más para decir.

    La industria de la alimentación esta colmada en su mayoría por mujeres. Muchas somos sostén de hogar y muchas otras sumamos nuestro salario al de nuestros compañeros varones porque un solo sueldo no alcanza. Entramos a las fábricas sin que esto nos desligue de las tareas del hogar, el cuidado de los niños. Entramos a las fábricas y nos encontramos con otras mujeres, con otras realidades y aunque la patronal busque todo el tiempo dividirnos, enfrentarnos, juntas nos potenciamos. De a poco nos vamos dando cuenta de eso.