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Red Internacional
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DEBATE EN SENADORES. No tan distintos: cómo vota cada bloque el aborto legal

Pertenecen a diferentes bloques partidarios, sin embargo a la hora de votar en contra del aborto legal no son tan distintos.

Viernes 3 de agosto de 2018 16:07

El miércoles próximo será un día de definiciones, un día por el que el movimiento de mujeres viene luchando hace más de una década. El debate por el proyecto de legalización del aborto tendrá como escenario la Cámara de Senadores.

La paridad entre los que están a favor del aborto legal como aquellos que avalan que las mujeres mueran por la clandestinidad de esta práctica no es una novedad. Sin embargo es importante conocer cómo se reparten los votos contrarios al proyecto aprobado en Diputados, para confirmar que ninguno de los partidos mayoritarios están dispuestos a confrontar a la iglesia católica, que por medio de toda su jerarquía eclesiástica ejerce presiones de manera exponencial sobre los legisladores, en alianza con los gobernadores y funcionarios de turno.

Más allá de los intereses de esta institución medieval, son los mismos políticos de los partidos mayoritarios lo que no dejan de hacer cuentas a la hora de evaluar si levantar la mano por sí o por no. Es que muchos de ellos tienen aspiraciones electorales y no están dispuestos a relegar sus intereses personales, mucho menos si el motivo es evitar la muerte de cientos de mujeres de sectores vulnerables.

Analicemos entonces los votos. El bloque PRO suma un total de 9 integrantes, de los cuales 4 apoyan el proyecto de diputados y 5 lo rechazan.

Por su parte el bloque Justicialista, integrado por 20 legisladores tiene 8 senadores que votarán a favor, 10 lo harán en contra y por el momento todavía hay dos “indecisos”. Quizás sería más acertado decir que no quieren hacer pública su elección. Los senadores peronistas, siguiendo su máxima de “lealtad”, votan en contra de este derecho elemental de acuerdo a la declaración que hicieron hace unas semanas atrás, cuando afirmaron que: “el aborto es un elemento ajeno a la cosmovisión justicialista y que forma parte inescindible de la cultura del descarte”.

La Unión Cívica Radical, también contribuye con sus votos a obstaculizar la promulgación de la ley. Es que de sus 12 senadores, solo 3 votarían a favor, es decir que el 75% de su bloque se opone a que las mujeres interrumpan su embarazo de una manera segura.

Para los radicales de “pura cepa”, esto se ha transformado en una afrenta, sobre todo partiendo de su propia concepción que impone la defensa de derechos civiles. En los últimos días volvieron a mencionarse los nombres de Florentina Gomez Miranda, Elvira Rawson o Clotilde Sabbatini, históricas de ese partido que lucharon por los derechos de las mujeres.

El Frente Para la Victoria, que anunció que todos sus senadores votarán a favor, ha mantenido un silencio absoluto desde que el proyecto de legalización ingresó al Senado. Sin ir más lejos, la expresidenta Cristina Fernández de Kirchner participó del plenario de comisiones del miércoles pasado, en el que debía dictaminarse sobre el texto que ya cuenta con la media sanción, y no emitió palabra.

Luego de haber cajoneado doce años el proyecto de la Campaña Nacional por el derecho al aborto legal, seguro y gratuito, que por ese motivo debió ser presentado siete veces consecutivas en la Cámara baja, el silencio de su bloque no es un dato menor, menos aún cuando todo indica que el 8 de agosto la votación será pareja, poniendo en peligro la sanción de la ley.

Las contradicciones, está claro, atraviesan a todos los bloques parlamentarios, igual que sucedió desde la apertura del debate en la Cámara de Diputados. Solamente el Frente de Izquierda mantuvo con contundencia lo que planteó desde su conformación, tanto en su plataforma política como en su campaña electoral. Sus referentes, como Myriam Bragman, Nathalia González Seligra y Nicolás del Caño, así como sus más de cuarenta parlamentarios provinciales, han acompañado activamente, bajo el gobierno actual como bajo el gobierno anterior, la lucha por este derecho democrático elemental, en el Congreso y en las calles.