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Red Internacional
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NANTES. Noche de protestas en Francia por el asesinato de un joven a manos de la Policía

Tres barrios de la ciudad de Nantes vivieron una ola de protestas en la madrugada de este miércoles tras llegar la noticia de que un joven había sido asesinado a quemarropa por la policía.

Miércoles 4 de julio de 2018 14:14

Nantes vivió una noche de protestas y bronca en tres barrios populares de esta ciudad del oeste de Francia después de conocerse el asesinato a quemarropa de un joven a manos de la policía antidisturbios.

En la noche del martes un control policial detuvo a Aboubakar, un joven de 22 años, que según distintas versiones intentó retroceder con el auto y fue asesinado a quemarropa por uno de los policías. Varios testigos del popular barrio de Breil dijeron haber visto que Aboubakar no representaba ningún peligro y que la policía disparó a sangre fría, lo que terminó con la muerte del joven en el hospital dos horas después.

Los medios de comunicación intentaron hacer pasar a Aboubakar por un delincuente peligroso, que potencialmente podía estar armado y hasta que uno de los policías había resultado herido. Todas afirmaciones que fueron rechazadas por los testigos y los vecinos del lugar.

Una noche de revueltas violentamente reprimidas

La bronca no tardó en llegar a las calles y extenderse a otros dos barrios populares de Nantes donde cientos de jóvenes protagonizaron una noche de ira contra el accionar recurrente de la policía hacia los habitantes de la periferia de las grandes ciudades.

Decenas de automóviles y una parte de un centro comercial en el barrio de Breil fueron incendiados durante las protestas, que también se extendieron a Malakoff y Dervallières.

Los jóvenes de Breil enfrentaron con bombas molotov y barricadas la brutal represión policial que atacó a los manifestantes con gases lacrimógenos y balas de goma.

El ministro del Interior, Gérard Collomb, trató de desligarse de los hechos aclarando que "Le corresponde a la Justicia, y solamente a ella, esclarecer las circunstancias que han llevado a la muerte de un automovilista tras un control policial", sin embargo aclaró que piensa reprimir cualquier protesta por parte de los jóvenes de los barrios populares, y le garantizó a la alcaldesa de Nantes, Johanna Rolland, "todos los medios necesarios" hasta "calmar la situación y evitar todo nuevo incidente". Es decir, garantizar la militarización de los barrios para evitar un levantamiento de la juventud motorizado por la bronca hacia la represión de la policía y la estigmatización estatal.

No es un hecho aislado

El asesinato de Aboubakar, un joven negro de un distrito de clase trabajadora, no es un hecho aislado. Hace recordar a las muertes de Zyed y Bouna, dos menores electrocutados en 2005 mientras huían de un control policial; Lamine Dieng, que murió en 2007 en una camioneta de la policía después de ser arrestado; Abdoulaye Camara, que murió en diciembre de 2014 en Le Havre después de recibir 23 disparos de parte de dos policías; d’Amine Bentounsi asesinada por una bala en la espalda; el de Adama Traoré, que murió por asfixia el 19 de julio de 2016 durante un control policial. Estas muertes hablan de la violencia policial dirigida específicamente contra los jóvenes de los barrios populares, el acoso diario en los controles arbitrarios y el racismo sistémico de la institución policial.

En el caso de Adama Traoré, solo la batalla llevada adelante por su familia permitió establecer la verdad sobre las circunstancias de su muerte. La segunda autopsia, realizada a petición de la familia por un patólogo forense independiente, estableció que el diagnóstico policial era falso: Adama Traoré, no murió por causas cardíacas, sino por asfixia.

Este es el mismo escenario que se repite en el caso de la muerte de Aboubakar donde se ve a los medios de comunicación lanzando versiones falsas sobre un policía herido para justificar el asesinato a quemarropa. Es un mecanismo siniestro que se repite en cada uno de los asesinatos de jóvenes pobres a manos de la policía.