Un fantasma recorre la Argentina, el fantasma de la mujer que fue emblema de la resistencia contra el menemismo y eterna defensora de los jubilados y jubiladas. Editorial de “El Círculo Rojo”, programa de La Izquierda Diario que se emite todos los jueves de 22 a 24 por Radio Con Vos 89,9.
Norma Beatriz Guimil fue la hija de un guarda de tranvías y una empleada doméstica que se desempeñaba en la casa de una familia tradicional de la Argentina: la familia Martínez de Hoz.
Norma creció en el barrio de Villa Domínico en el sur de conurbano bonaerense y tuvo que dejar la escuela primaria en segundo grado. Apenas con 13 años comenzó a trabajar en distintos empleos, la mayoría de ellos vinculados con la limpieza, ya sea empresas (como la antigua textil Bernalesa y la alimenticia Bagley) o también en casas particulares. Nunca tuvo un trabajo registrado y no pudo jubilarse, pese a que laburó desde los 13 hasta los 62 años.
Se casó con Miguel que era un obrero gráfico que trabajaba en una fábrica que quebró —como tantas otras en esa época— hacia el final de la dictadura en 1982 y luego nunca pudo volver a encontrar un trabajo formal. Con él vivió en otro barrio del sur del Gran Buenos Aires: el barrio San José de Temperley.
Cuando Miguel falleció, ella recibió una pensión paupérrima que no le alcanzaba para nada, por eso la tenían que ayudar sus hijos para poder sobrevivir.
El apellido de Miguel era “Plá” y Norma no sólo que se lo hizo propio, sino que también lo hizo famoso. Porque Norma Plá se transformó en un emblema de la resistencia contra el menemismo y particularmente de la defensa de quienes siempre son blanco de ataque por parte de los Gobiernos más salvajes: los jubilados y jubiladas.
En la esquina de Pasco y Salta, en el barrio San José de Temperley hay una plazoleta que lleva su nombre. Es chiquita, y es valorable que le hayan puesto su nombre, aunque en un país que tiene plazas, calles y monumentos para tantos sinvergüenzas, merecería más.
Norma Plá fue parte de la educación cívica y política de toda una generación que daba sus primeros pasos en el oficio de resistir a gobiernos que estaban guiados por un principio infame: ser débiles con los fuertes y fuertes con los débiles.
Salió a la calle por primera vez en 1991 para reclamar por un aumento de la jubilación. Participó de las primeras cien marchas que los jubilados y pensionados protagonizaron todos los miércoles durante cinco años frente al Congreso. No faltó a ninguna.
Con Norma Plá a la cabeza, los jubilados arrancaban desde la puerta El Molino, la legendaria confitería de enfrente del Congreso y de ahí iban al Congreso mismo, al Banco Hipotecario, a la sede del PAMI, al Consejo Deliberante, al Ministerio de Economía. A la sede del PAMI la “tomaron” varias veces, y en todos los otros lugares, Norma Plá intentaba entrar saltando vallas o golpeando puertas.
Alguna vez organizó una “choripaneada” frente a la casa de Domingo Cavallo en plena Av. Libertador.
En una movilización a los Tribunales en 1991 en la que solicitaban que se reconocieran fallos judiciales que le daban la razón a los jubilados, le sacó la gorra a un policía.
Después de ese evento, la invitaron a una mesa de los machos alfa del periodismo menemista encabezada por Gerardo Sofovich en el programa “Polémica en el bar”. Les pintó la cara a los Majul y los Trebuck de esos años. Busquen el video en Youtube, era una polemista fenomenal.
Otra vez se subió a un escenario y le dijo al ex-secretario de la Unión Soviética, Mijaíl Gorbachov, que le contara al mundo que los jubilados en la Argentina “estaban cagados de hambre”.
Fue solidaria con otras causas como la de los ferroviarios del Roca en la época de la privatización y los despidos masivos, también en otro momento, hizo una choriceada en memoria de los caídos en Malvinas.
Además del antro de Sofovich, llegó a la mesa de Mirta Legrand, y bandas de rock la homenajearon o la incorporaron en sus letras. Una vez se cruzó con Cavallo y el ministro tuvo que hacer un acting y mientras lloraba reivindicaba su política económica.
Para los que creen que la crueldad llegó con este Gobierno, en octubre de 1992, el entonces presidente Carlos Menem despreció completamente a los jubilados que se manifestaban. Dijo: "Si tienen tanta fuerza para protestar y mandar a policías al hospital, bien podrían tener fuerza para trabajar, y no lo hacen".
Con un cinismo similar, el ministro Guillermo Francos (formado en la escuela del menemismo) “ironizó” en estos días diciendo que “los manifestantes de izquierda parece que se jubilaron jóvenes”, porque estaban en la marcha. Y TN “denunciaba” a los legisladores que estaban en la movilización ¿Dónde se puede estar si no es defendiendo a las personas que laburaron toda la vida en este país y son tratadas como un trapo de piso?
Muchos gobiernos trataron a los jubilados y jubiladas como el último orejón del tarro, mediante el veto de los aumentos o el cambio la fórmula. En general, para ahorrar gastos para pagar la deuda.
Me pareció importante rescatar esta biografía porque —como escribió Rodolfo Walsh— “Nuestras clases dominantes han procurado siempre que los trabajadores no tengan historia”. También procuran reescribir la historia de los jubilados y jubiladas. Y mostrar que siempre fueron todos viejos conservadores. Bueno, Norma Plá es una figura que muestra que hubo otra historia que se enhebró con otras resistencias que fueron mostrando el lado B de la “fiesta menemista”.
El tema de los jubilados y jubiladas fue uno de los karmas del menemismo. También fue el principio del fin del Gobierno de Mauricio Macri en las jornadas contra la reforma previsional de diciembre de 2017. Recordemos que Macri logró aprobar esa reforma, pero sufrió una derrota política y comenzó su declive.
El Gobierno de Milei está subido a su propio pony creyéndose infalible, como tantos otros, quizá con un poco más énfasis. Junto a todas las medidas reaccionarias que está tomando, vetó un aumento magro para los jubilados y jubiladas que había votado el Congreso. La consultora Analogías preguntó en una encuesta que publicó hoy cuál era la opinión sobre ese veto: un 64 % de manifestó en contra; sólo un 22 % a favor (en resto no sabe).
El próximo miércoles está convocada una nueva movilización para que el Congreso se pronuncie contra el veto. Para llamar a la lucha alguna vez Norma Plá dijo: “Tenemos que convocar a jóvenes y no tan jóvenes también, para seguir enfrentando a este Gobierno que nos dice que estamos en el primer mundo. Si este es el primer mundo, yo no lo quiero”. Era necesario ayer y es necesario hoy.
Periodista. Editor y columnista político en La Izquierda Diario. Colabora en revistas y publicaciones nacionales con artículos sobre la realidad política y social. Conduce el programa radial “El Círculo Rojo” que se emite todos los jueves de 22 a 24 hs. por Radio Con Vos 89.9.