Desolación. Es lo que se respira en un denso ambiente por las polvorientas calles de Chañaral. Sus habitantes deambulan visitándose los unos a los otros, buscando conversación pero también respuestas. Son muchos los muertos, demasiados los desaparecidos, pero las cifras que aparecen en la televisión sólo les sabe a mentira y más desolación.

Claudia Moreno Antofagasta, Chile

Andree Garró La Pluma, Antofagasta
Lunes 6 de abril de 2015
A casi dos semanas de las lluvias en el norte del país, el agua, el barro y las esperanzas se han ido secando. Levantando una polución que obliga a usar mascarillas a todo el que camine por el pueblo, bajo la luz del pesado sol del desierto de Atacama las familias salen a buscar respuestas.
Desde afiches pegados en los postes buscando a pequeños desaparecidos hasta cuadrillas bajando a la costa a remover escombros y buscar alguna pista del paradero de los familiares. Estas son algunas de las medidas que vienen adoptando los chañaralinos ante un Gobierno que publica cifras que no se condicen con la atroz realidad de la III región.
Los testimonios
La Izquierda Diario Chile se hizo presente durante toda la semana pasada cubriendo la situación. La conclusión de todos es que nadie maneja la cifra real de los desaparecidos y fallecidos, y el Gobierno lo ha estado usando a su favor tras su pésima gestión pre, durante y post catástrofe.
El pasado lunes 30 de marzo el jefe nacional de Operaciones USAR (búsqueda y rescate urbano) de Bomberos, Raúl Bustos, consignó a la prensa que desde su institución ya contabilizaba 91 personas extraviadas sólo en Chañaral. La cifra hasta el día de hoy continúa creciendo en sus propias palabras, y los propios habitantes de dicha ciudad plantean que la cifra es aún mucho mayor pues no contabilizan a las comunas de Diego de Almagro y El Salado.
En el Hospital Regional de Chañaral los funcionarios guardan silencio, incluso no dejan registrar ni tomar declaraciones, de todos modos los familiares presentes entregan testimonios sin dudar. La presencia en el centro de salud de una mujer adulta proveniente de Diego de Almagro relata una increíble historia por la que “está viva para contarla”. Arrastrada por el aluvión de unos 200 metros de ancho, desde su pueblo hasta la costa de Chañaral, sobrevivió y se encuentra en un shock nervioso con un estado grave pero estable. La distancia es de al menos 60 kilómetros de distancia en bajada y cruzando un árido desierto, arrasando con todo a su paso, incluso líneas ferroviarias y pueblos como El Salado que hoy prácticamente han desaparecido.
Aun así, no todos pudieron contar la misma “suerte”. Historias de familias que lloran a ancianos y niños de los que se perdió completamente el rastro es el cruel saldo que hoy día se escucha en la II región.
De noche y en toque de queda
Los rescatistas del USAR de Bomberos día a día son alertados por los chañaralinos de cuerpos que se encuentran en casi toda la costa. Tras las alertas su actuar se trata de marcar el lugar donde presuntamente estarían el o los cuerpos ensartando una larga vara que sostiene una bandera al final en ese lugar.
A la hora del toque de queda, desde las 22:00 hasta las 6:00 horas, los rescatistas comienzan su labor de rastreo y rescate a la luz de la luna y sin testigos presentes, salvo los militares que rondan toda la ciudad.

Claudia Moreno
@abajoelcodigo